Por Martha C. White - NBC News
La economía que heredará el presidente electo, Joe Biden, cuando jure el cargo en enero, está maltrecha, según economistas y analistas de mercado. Aunque los datos económicos han mejorado desde que tocaron fondo en marzo y abril, el ritmo de mejora se ha desacelerado, y los analistas temen que la segunda ola de coronavirus frene el impulso económico ganado con tanto esfuerzo hasta ahora.
No será fácil. El control del Senado aún está en el aire, pero muchos creen que es probable que la Cámara Alta del Congreso todavía tenga una mayoría republicana con el senador Mitch McConnell, republicano por Kentucky, como líder de la mayoría.
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Aunque Biden ha hecho referencia a su trabajo con McConnell en el pasado para reforzar sus credenciales de político dialogante con la oposición, el respaldo público de McConnell a la negativa del presidente saliente, Donald Trump, a reconocer la victoria del Biden fue, al menos, una clara indicación de que el bipartidismo pueda ser esquivo para Biden.
“Parece poco probable que con un Congreso dividido, algunas de las principales prioridades legislativas de la Administración Biden, salgan adelante", explicó Ross Mayfield, analista de estrategia de inversión de Baird. "Cualquier tipo de aumento importante de impuestos corporativos o impuesto sobre el patrimonio parece increíblemente improbable que se apruebe con un Senado republicano", recordó.
A pesar de que Biden se califica de centrista, los economistas no esperan mucha cooperación entre todos. Después de que se apruebe un acuerdo de estímulo, "creo que será difícil hacer mucho más allá de eso, legislativamente", apuntó Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics.
Aunque Biden no podrá poner en acción la mayoría de sus iniciativas, y las de su partido, más audaces, Zandi dijo que el nuevo presidente probablemente implementaría una serie de órdenes ejecutivas, muchas de ellas dirigidas a deshacer las políticas que Trump había impuesto unilateralmente de la misma manera.
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"Biden va a revertir las medidas de Trump en materia de comercio, inmigración, cambio climático y regulaciones bancarias", afirmó. "No son grandes cambios... serán cambios más graduales", opinó.
Los economistas dicen que estos son los desafíos de la primera semana y el primer día que enfrentará Biden tan pronto como preste juramento, y cómo podría enfrentarlos.
Cercar el coronavirus
Aunque ante todo se trata de una crisis de salud pública, los expertos coinciden en que contener y reducir la segunda ola de coronavirus es la única forma de aliviar la crisis económica que se ha apoderado del país desde marzo.
Tener el virus bajo control garantizará que las tiendas, restaurantes, hoteles y lugares de entretenimiento puedan permanecer abiertos, y que los estadounidenses tengan la confianza, y los ingresos disponibles, para tomar vuelos, asistir a espectáculos deportivos, comer en restaurantes y comprar en comercios.
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"Él va a alentar a los gobernadores a recomendar que las mascarillas sean obligatorias para conseguir que la economía se abra lo más rápido posible", señaló Sam Stovall, estratega jefe de inversiones de la firma de inversión CFRA Research. "Creo que todo el mundo se da cuenta de que se necesita más acción", anotó.
Su Administración deberá invertir en recursos humanos, equipos y tecnología para mejorar la disponibilidad y precisión de las pruebas, la producción y difusión de Equipos de Protección Individual (EPP) y el desarrollo de protocolos de rastreo de contactos y mitigación de virus, todos objetivos respaldados por funcionarios de salud pública.
Sin embargo, los observadores advierten que Biden podría encontrarse con la resistencia de los miembros del Congreso republicano y los gobernadores por cuestiones como la imposición de utilizar mascarillas y el aumento de fondos para pruebas y rastreo de contactos.
Más estímulo para el país
El Congreso no pudo llegar a un acuerdo sobre los términos de un paquete de estímulo antes de las elecciones. Los economistas están divididos sobre cuándo podría llegar esta ayuda. “Aún parece probable cualquier tipo de legislación de estímulo fiscal para el coronavirus, [pero] algunos de los buenos datos económicos recientes muestran un impulso económico que ha frenado la voluntad por un gran proyecto de ley”, señaló Mayfield.
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La mayoría de los analistas, junto con altos funcionarios como el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, están de acuerdo en la necesidad de un estímulo adicional. El anuncio de la farmaceútica Pfizer el lunes sobre el progreso de su vacuna contra el coronavirus fue prometedor, pero no anuló la necesidad de que los legisladores actúen a corto plazo.
“Independientemente de la evolución de la pandemia, creo que existe una conciencia bastante alta en todo el espectro partidista de que debe haber algún tipo de proyecto de ley para llevar esta recuperación a la meta”, afirmó Mayfield.
Un panorama de salud pública que empeora podría incentivar a los legisladores a trabajar rápidamente. “La resistencia de McConnell a seguir adelante con un proyecto de ley de alivio económico en los últimos meses sugiere que será una cuesta arriba en trineo, aunque muchos expertos creen que la pandemia será considerablemente peor cuando Biden preste juramento, lo que puede hacer que los políticos se vuelvan más flexibles”, explicó Mason B. Williams, profesor de ciencias políticas en Williams College.
Recuperar trabajos
Un número creciente de empleos perdidos está pasando de temporal a permanente, un cambio siniestro que, según los economistas laborales, empeorará entre ahora y enero, especialmente si la alarmante trayectoria actual de crecimiento de contagios continúa sin control.
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Los economistas están de acuerdo en que, incluso si la Administración de Biden puede controlar el coronavirus lo suficiente para evitar la reimposición de cierres, los estadounidenses necesitarán los medios y la voluntad de consumir.
Asegurar más estímulos es un primer paso importante, señaló Stovall. “Querrá concentrarse en el estímulo inmediato para salvar tantos puestos de trabajo como pueda”, apuntó.
Dado que el gasto de los consumidores es el mayor contribuyente al PIB, poner dinero en los bolsillos de los ciudadanos es una forma rápida de salvar los trabajos de innumerables cajeros, cocineros, peluqueros, empleados de hoteles y otros en puestos del sector servicios.
Mayfield explicó que otra forma en que Biden podría contribuir a la generación de empleo sería coordinar más producción de equipos de protección en las fábricas estadounidenses. "Creo que probablemente impulsará la utilización de la Ley de Producción de Defensa para movilizar parte de la fabricación estadounidense", afirmó.
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Esto tendría un impacto de amplio espectro entre las diferentes prioridades de la Administración de Biden: crear empleos, asegurar suficientes equipos de protección para para combatir los contagios de coronavirus y revitalizar el tejido industrial.
El sitio web de transición de Biden exige el establecimiento de un cuerpo de trabajo de 100,000 personas para combatir el coronavirus. “Al proponer un Cuerpo de Empleos de Salud Pública, Biden está copiando sabiamente el libro de jugadas del New Deal de crear empleo de 'emergencia' a corto plazo, de modo que estimulará el crecimiento económico a largo plazo”, explicó Williams.
Aunque es aclamada por algunos como una forma proactiva de abordar los considerables desafíos económicos y de salud pública del país, esta propuesta probablemente enfrentará la resistencia de los republicanos del Congreso.
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Del mismo modo, las propuestas de Biden para desarrollar empleos en sectores tan diversos como la infraestructura, la energía verde y el cuidado de niños y ancianos requerirían el tipo de desembolsos que es poco probable que obtenga de un Senado liderado por el Partido Republicano.
"Es incluso menos probable que los senadores republicanos apoyen las prioridades de gasto de Biden de lo que probablemente apoyarían algunas de las prioridades económicas de Trump", concluyó Chris Zaccarelli, director de inversiones de Independent Advisor Alliance.