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El problema de los salarios mínimos no se deben dejar debajo de la alformbra

vivir con el salario minimo en eeuu

Por Carlos Rajo

¿Será posible sobrevivir con un salario mínimo de $7,25 la hora? 

O tomando el mismo tema desde otra perspectiva, ¿habría que considerar como pobre a una familia que sin embargo tiene trabajo, automóvil, televisor e Internet? tal como se cuestiona el diario New York Times.

Estas preguntas tienen especial resonancia hoy en este fecha que se celebra en casi todo el mundo el Día de los Trabajadores -menos en Estados Unidos, no obstante que aquí fue donde se originaron los hechos que dieron origen a la celebración-. Y además, porque fue precisamente ayer que murió en el Senado una iniciativa de los demócratas para aumentar el salario mínimo a $10,10 por hora.

El proyecto de ley en el Senado terminó sus días como han terminado muchas otras iniciativas de los demócratas: no pudieron conseguir los 60 senadores que se necesitan para llevar la ley a votación. En este caso, ningún senador republicano apoyó la moción de los demócratas bajo el argumento de que un aumento en el salario mínimo traerá despidos y menos creación de nuevos trabajos.

El argumento republicano es por supuesto objeto de debate y refleja lo que tradicionalmente ha sido la posición conservadora -apoyada por los dueños de restaurantes y compañías de comida rápida- de que hay que dejar que el mercado mismo determine los salarios. Que el gobierno no puede o debe imponer algo que no refleja lo que en efecto sucede en la economía. 

Dejemos el debate para otra ocasión. 

Baste decir que la gran mayoría de economistas coinciden en que los efectos en el desempleo/empleo de un aumento del salario mínimo son muy pocos, es decir, no es cierto que de la noche a la mañana los MacDonald’s del mundo comenzarán a despedir gente sólo porque le tengan que pagar a sus trabajadores un par de dólares más por hora. Al contrario, los nuevos salarios les traerán beneficios en el sentido de que sus trabajadores durarán más tiempo con ellos y su productividad será mayor.

La respuesta a lo de si es posible sobrevivir con el salario mínimo es por supuesto positiva. Es claro que hay mucha gente que gana ese salario mínimo y de alguna manera se las arregla para sobrevivir. Esto no quiere decir que no sea legítima la necesidad de que se de tal aumento. O tampoco quiere decir que sólo porque se sobrevive con ese salario mínimo no se viva en la pobreza.

Y aquí cae como anillo al dedo la pieza del NYTimes. El diario recoge el testimonio de diferentes trabajadores que como se dijo, tienen acceso a cosas que antes no tenía una familia pobre: un vehículo o un enorme televisor. Esto es en parte gracias al llamado “efecto Walmart”, el de que muchos productos se venden a precios relativamente tan baratos que aun las familias pobres los pueden adquirir.

El problema es que el tener un vehículo, un televisor o acceso a Internet no hace que la familia deje de vivir en la pobreza. Parte del problema es que otras cosas también necesarias en la vida como la educación, la vivienda, el cuidado médico o el cuidado de los niños, no son baratas.

“La verdad es que no obstante la mejoría en los niveles de vida, los pobres han quedado mucho más atrás que las clases medias y los ricos tanto en ingreso como en consumo”, detalla el periódico. “Para muchas familias trabajadoras pobres, la más apta descripción de sus finanzas y estilo vida es que estas son frágiles”, sigue el diario.

“Aun con un salario fijo el pagar las cuentas se convierte en un acto de equilibrista y el ahorrar es algo imposible”, asegura el periódico.

La nota del NYTimes describe la situación de varios trabajadores quienes ganan el salario mínimo o un poco más, siendo el común denominador el que la gente esté endeudada, tenga que vender cosas para alcanzar la quincena -una mujer vendió su carro en $500 para pagar la renta-, o por supuesto, eso que es común con muchos inmigrantes latinos: tener dos o hasta tres trabajos para pagar las cuentas. 

Lo de que el NYTimes aborde este tema de la pobreza no es algo inusual. En los últimos meses se ha dado en el país un debate sobre la desigualdad en el cual por supuesto cuando se habla de todo el dinero que tiene el llamado “1% de la población” -los más ricos de los ricos-, igualmente se habla tanto de la clase media como de los pobres. 

El tema sin embargo suena un tanto alejado del discurso que más se escucha en la opinión pública latina debido a que casi todo el oxígeno del debate se lo lleva lo de la reforma migratoria. Con todo, debido precisamente a que la mayoría de latinos y en particular los inmigrantes no son ajenos a esas historias de pobreza, salario mínimo y demás, el tema debería ser de interés. 

Más allá de la grandeza de USA, de lo del país de las oportunidades, del “Sueño Americano” y demás cosas que con toda la sinceridad del mundo muchos latinos sienten y viven, la realidad de los bajos salarios, la pobreza, la desigualdad, e incluso el racismo -hoy que está tan de moda con lo dicho por el tipo de los Clippers- son aspectos de la vida en Estados Unidos que no deberían de echarse debajo de la alfombra. En especial en este Día de los Trabajadores (la celebración se origina por algo que sucedió en Chicago en 1886, cuando un mitin de trabajadores en protesta por las acciones de un día antes de la policía terminó en un enfrentamiento con los uniformados en el cual murieron varios civiles y policías).