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El Pachuca, a un paso de ser el campeón de la liga de fútbol mexicana

Ganó el Pachuca porque supo darle vuelta a un partido que hasta casi al final del primer tiempo tenía perdido pero que por esas cosas del fútbol cuando se saben manejar los tiempos, un gol cambia todo.

Por Carlos Rajo

En un partido intenso, de constante ida y venida en el que Pachuca mostró que a veces la clave para el éxito es la mezcla justa de veteranía, juventud y olfato goleador, el equipo al que pocos le daban posibilidades de ser campeón, ganó 3 a 2 el primer partido de la final de la Liga Mexicana de fútbol.

Vaya partido. Todo lo que se había dicho sobre que quizá habría algún arreglo bajo la mesa debido a que tanto el Pachuca como el León pertenecen a los mismos dueños fue más insulto a la inteligencia de los jugadores y al fútbol mexicano todo que cosa cierta.

Ganó el Pachuca porque supo darle vuelta a un partido que hasta casi al final del primer tiempo tenía perdido pero que por esas cosas del fútbol cuando se saben manejar los tiempos, un gol cambia todo.

El gol del empate del Pachuca llegó al minuto 41, en un pase de tiro libre que aprovechó el goleador del Pachuca, el ecuatoriano Enner Valencia, ganándole la espalda a la defensa y tocándola a a pocos metros de la portería. Valencia confirmó el buen momento por el que pasa ya que es además el goleador de la Liga. Hasta ese momento el dominio había sido casi completo del León, el que iba adelante gracias al gol de Carlos “el Gullit” Peña, confirmando también en ese primer tiempo porque se le considera titular indiscutible en la selección mexicana.

Antes del gol del empate el técnico del Pachuca, Enrique “el Ojitos” Meza, había dado muestras de su oficio y experiencia al hacer un cambio a los 30 minutos -cosa inusual en el fútbol profesional-. Meza sacó a un centro delantero por un volante. El cambio modificó el ritmo del partido. De pronto el León ya no tenia el dominio completo de la media cancha y el gol del empate cayó casi como cosa natural al equilibrio que se había establecido. 

El segundo tiempo fue otro partido. Aunque siempre el ir y venir y el León tuvo varias oportunidades de empatar, nunca volvió a ejercer ese control que tuvo en casi todo el primer tiempo. Pronto vendría el segundo gol del Pachuca, de nuevo otra gran jugada de oportunidad o de olfato de gol de Valencia. Un córner y el delantero que le gana el salto al mismo defensa Jonny Magallón al que le había ganado el espacio en el primer gol. Frentazo abajo a la izquierda del arquero William Yarbrough del León.

Extraño este equipo del Pachuca. Por un lado tiene al jugador más veterano del fútbol mexicano, el arquero Oscar “el Conejo” Pérez, de 41 años, quien más allá de mostrarse débil en las salidas por alto sigue dando muestras de que es un gigante atajando. Lo más espectacular: un zurdazo fuera del área en el minuto 94 del descuento que el Conejo quita dando un paso al frente y luego volando hacia su izquierda y sacándolo al córner. Y todavía más, en la última jugada del partido ataja también con lujo tirándose hacia su izquierda en la linea de meta ante un tiro libre del capitán del León, Rafael Márquez.

Junto a esta veteranía, el Pachucha ánade una camada de jugadores jóvenes que al verlos más parecen muchachos de preparatoria o de selecciones juveniles que integrantes de uno de los equipos que juega la final de la Liga mexicana. Veteranos y jóvenes, ayudados por el olfato goleador de Valencia y conducidos por un entrenador que se las sabe todas, el Pachuca pareciera haberse descarrilado lo que parecía el imparable tren del León. Un sólo dato para ilustrar el golpe dado al León: tanto Peña como Luis Montes, también volante y otro indiscutible en el Tri mexicano, fueron sustituidos en el segundo tiempo, superados por jugadores sin mayores credenciales que en la noche del jueves sin embargo mostraron que ahí nomás a la vuelta de la esquina viene ya una nueva generación de futbolistas. Uno de estos, Hirving Lozano, un joven con acné de adolescente en su cara, hizo el tercer gol de la victoria del Pachuca. 

Muchas veces en el fútbol las rachas por las que pasan los goleadores son las que definen si un equipo gana o pierde. En el caso del Pachuca, Valencia pasa por uno de estos momentos en los que pareciera que el tipo está casado con el gol. Si la racha de este ecuatoriano continúa habría que dar como favorito al Pachuca para coronarse campeón en el partido de vuelta. 

Con el León y su goleador hoy pasa lo contrario. El argentino Mario Boselli, quien en el torneo pasado las metía todas hoy no acierta una (se le otorgó el segundo gol pero en realidad fue un auto gol de un central del Pachuca). Por mucho que el equipo arme y genere jugadas de peligro, si el goleador anda alejado del gol las posibilidades de victoria son mucho menores. En el caso del León, aun peor si también sus volantes estrellas -Peña y Montes en particular- tampoco andan bien. Peña hizo el primer gol del León, sin embargo a partir de ahí se fue desdibujando hasta lo que sacó el técnico uruguayo Gustavo Matosas.

De llegar como el invitado de palo a la final y por el cual casi nadie apostaba un cinco, el Pachuca está hoy a un paso de ser el campeón de la Liga mexicana de fútbol. Es un buen ejemplo no sólo de buena administración de sus directivos sino de la experiencia de su técnico para armar un equipo en el cual no hay grandes nombres -quizá el más famoso sea otro ecuatoriano que no jugo por estar suspendido, el volante Walter Ayoví- pero en el cual sin embargo se ha logrado hacer un excelente balance entre jugadores veteranos, jóvenes y un goleador al que le salen todas.