Por Aldo Meza
Alma Delia Velazco sintió un escalofrío cuando, la noche del 3 de mayo, supo a través de las redes sociales que se había accidentado un tren de la Línea 12 del metro. Su padre, Melitón, y sus hermanos, Adán y Salvador, la usaban a diario para ir a trabajar y regresar a su casa de Chalco, en el Estado de México.
Inmediatamente tomó su teléfono celular y mandó un mensaje a sus familiares para preguntar si tenían más información del accidente. La respuesta que recibió confirmó sus temores: su padre y sus dos hermanos viajaban en el tren accidentado.
Los tres fueron trasladados a un hospital público en Tláhuac para su atención. Melitón, de 56 años, murió en el quirófano. Sus dos hermanos, de 21 y 17 años, sufrieron fracturas de las que aún se recuperan. En el colapso del tren murieron 26 personas y más de cien resultaron heridas.
Igual que ellos, más de cinco millones y medio de mexicanos usan el metro a diario.
Noticias Telemundo Investiga ha tenido acceso a un informe publicado en mayo de 2019 que el Congreso de la Ciudad de México encargó a la dirección del metro sobre los retrasos en el servicio y el estado administrativo y financiero del ente.
El informe es conocido por el Congreso y el Gobierno de la Ciudad de México, así como por los tres sindicatos: el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, el Sindicato Mexicano de Trabajadores del Metro y el Sindicato Democrático Independiente.
[En fotos: Así colapsó el metro de Ciudad de México]
En el documento, Florencia Serranía, directora del metro, califica las fallas e irregularidades reportadas como “muy preocupantes”, en especial las de la Línea 12.
Pero las deficiencias, que impiden “garantizar la calidad del servicio”, afectan a toda la red: hay taquilleras ejerciendo de técnicos de mantenimiento, trenes fuera de servicio durante meses y se emplean piezas de repuesto de mala calidad, entre otras irregularidades.
Noticias Telemundo Investiga solicitó una entrevista con la dirección del metro y los autores del informe pero no obtuvo respuesta.
“Estamos viajando sobre bombas de tiempo”
El informe justifica los retrasos del servicio en varias líneas de metro en la falta de personal de mantenimiento, el uso de piezas defectuosas para reparar los trenes y un sistema deficiente en el monitoreo de las fallas:
- Hay 105 trenes fuera de servicio del total de 385 con los que cuenta el metro. 40 de ellos no circulan desde hace más de un año por falta de mantenimiento o piezas. Tampoco hay espacio para repararlos. En el taller donde se desarman, conocido como “Ticomán”, solo hay lugar para dos. No hay registro de cuántos de los trenes que entran a mantenimiento son reparados realmente.
- Los repuestos que se adquieren no son de calidad, a veces no llegan a tiempo o no son los que se necesitan para el mantenimiento del tren. “Al no recibir oportunamente su mantenimiento, genera fallas en el servicio”, apunta Florencia Serranía.
- Horas trabajadas en averías: se desconoce la manera en que se realiza el mantenimiento preventivo para evitar accidentes y cuántas horas emplean los trabajadores para la reparación de averías.
- Todos los fallos se clasifican igual, sin distinguir graves o leves. No se sabe si se trata de averías simples o complejas y esto impide resolverlas adecuadamente.
“Estamos viajando sobre bombas de tiempo que no sabemos en qué momento van a estallar”, advierte Erick Serna, doctor en Estudios urbanos y ambientales por el Colegio de México y especialista en el impacto del metro en la ciudad. Una de esas bombas de tiempo estalló el pasado 3 de mayo en la estación Olivos de la Línea 12.
Riesgo de incendio y trabajadores fantasma
Serna cree que los fallos en la polémica Línea 12 no son producto de un solo error o un único culpable, sino de un cúmulo de negligencias: “La administración de Marcelo Ebrard la diseñó mal; la de Miguel Ángel Mancera no logró solucionar los defectos detectados; y en la administración actual [Claudia Sheinbaum], la reducción del presupuesto hace que no se le preste el mantenimiento adecuado”.
Desde antes de ser inaugurada, en octubre de 2012, la Línea 12 ya traía rondando el fantasma de la ineficiencia, la corrupción y los errores en su planeación y construcción. Dos años más tarde, se cerraron 11 de sus 20 estaciones.
Cuando se inauguró, se crearon nuevas plazas de trabajo pero “no se sabe dónde están desempeñando sus funciones ni qué responsabilidades tienen” esos trabajadores ahora, señala el informe.
A este tipo de trabajadores que están contratados y cobran un salario pero no asisten a laborar se les conoce como “fantasmas” o “aviadores”.
Se trata de una práctica que a veces se utiliza en las dependencias del Gobierno para aprovechar que se tiene un presupuesto y un salario destinado a una plaza laboral, sin que nadie rinda cuentas por ella.
El informe de 2019 advierte de un riesgo más en la línea: un incendio. La red contra incendios solo es mantenida una vez al año. Lo que marca la normativa es que debe supervisarse al menos tres veces.
No se hace porque no hay personal suficiente destinado a realizar el trabajo: hay una persona en el turno de día; otra en el turno de tarde y cuatro personas en el turno de noche. (El informe no aclara por qué hay más personal trabajando de noche que de día.)
Si en la Línea 12 hubiera un incendio, no se sabe si la red para apagarlo podría funcionar correctamente
De taquilleras a técnicas en mantenimiento
Otro punto destacado en el informe es la falta de personal cualificado: no todos los técnicos en mantenimiento tienen un perfil especializado. De hecho, se ha habilitado a taquilleras como técnicas en mantenimiento con un solo curso, “que no es suficiente, dándoles la categoría de Técnico Profesional, sin tener estudios necesarios”, detalla el informe.
De esta manera, subraya, ha ido disminuyendo la cantidad y calidad técnica del personal responsable de dar mantenimiento a los equipos.
Pedro Gerardo Grajeda, que trabajó 32 años como técnico de mantenimiento, acusa al Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo de entregar plazas a empleados que carecen de los conocimientos necesarios.
El objetivo, dice, es mantener el mayor número de puestos laborales afiliados al sindicato.
[La madre del niño muerto en el colapso del metro en México demandará a funcionarios del Gobierno]
Hace 10 años, cuando él aún trabajaba en el metro, el sindicato eliminó el examen práctico de mantenimiento en vías. De esta manera, para acceder a ese puesto, solo era necesario superar un examen teórico.
“Y así nunca comprobaban que realmente el encargado del mantenimiento supiera reparar y encuadrar las vías. ¿En qué taller se ve eso?”
Noticias Telemundo Investiga pidió un comentario a la dirección del sindicato, pero no obtuvo respuesta.
Gerardo asegura que fue suspendido de su empleo en varias ocasiones por denunciar estas prácticas. Además, señala las deficiencias de las que fue testigo en su área. En una ocasión, en 2017, era necesario cambiar los durmientes de las vías de la Línea 12, pero no contaban con todo el material necesario:
“Había madera nueva, pero no había tornillos nuevos. Se tuvieron que meter todos los tornillos usados que ya no tenían cuerda y no tenían fijación. Así, con esas condiciones estábamos trabajando”.
Crímenes administrativos
El escaso personal, su magra cualificación o las refacciones defectuosas se han traducido en infinidad de fallas en el servicio cada año.
Noticias Telemundo Investiga obtuvo la respuesta a una solicitud de información pública que detalla que entre enero de 2012 y marzo de 2019, el metro registró 271,047 fallas. Las más recurrentes son las que tienen que ver con el pilotaje automático y el sistema de tracción y frenado.
La investigación del accidente de la Línea 12 sigue abierta y hasta la fecha no hay detenidos. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido que “no habrá impunidad” con los responsables.
El urbanista Erick Serna lo duda: “Las autoridades nunca acaban pagando una pena por el derroche de presupuesto público o por la negligencia que ya cobró víctimas”, señala, “y esas personas siguen estando en diferentes puestos administrativos”.
Y añade: “Hace falta esa conciencia ciudadana que exija las penas y los castigos para este tipo de delitos administrativos, que son tan graves como un asesinato”.