Los daños causados por el huracán María en Puerto Rico pronto podrían estar tocando la puerta de muchos en Estados Unidos continental, a miles de kilómetros de la isla caribeña.
El estado libre asociado tiene una amplia presencia de laboratorios farmacéuticos y muy probablemente la producción de medicamentos se vea resentida, hasta el punto de provocar algunas ausencias en farmacias y dispensarios médicos en todo el país.
Según estadísticas de la Compañía de Desarrollo Industrial de Puerto Rico, doce de las veinte principales compañías farmacéuticas y biotecnológicas del mundo poseen instalaciones de fabricación en la isla. De hecho, Puerto Rico fabrica siete de los 10 medicamentos más vendidos a nivel mundial.
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Como más de una cuarta parte de los medicamentos importados por los Estados Unidos se fabrican en Puerto Rico, las compañías farmacéuticas que operan más de 50 plantas y centros de distribución en la isla han tenido que enfocarse ahora mismo en prevenir una baja notable en sus producciones y sus exportaciones.
Gracias a los incentivos fiscales para los fabricantes, desde la década de 1970 Puerto Rico se convirtió en un motor de peso en esta industria. Según Nicolette Louissaint, quien dirige Healthcare Ready, una organización sin fines de lucro que trabaja en las respuestas a desastres para la salud, esta isla juega un papel importante en la cadena de suministro farmacéutico, y no sólo en la manufactura.
La Isla del Encanto es también un punto central en la distribución de medicamentos hacia el resto del Caribe, una región que ha sido azotada durante esta temporada de huracanes, y que no puede permitirse interrupciones en su suministro de medicamentos recetados.
Sin embargo, la misma Louissaint cree que posible que no se produzca una escasez ya que las mismas compañías farmacéuticas planean para desastres naturales, como los que dejaron tras su paso los huracanes Irma y María.
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“Cada año se produce una temporada de huracanes -precisó Louissaint-. Las empresas son muy conscientes de los peligros particulares que tienen que afrontar, y tienen planes de continuidad para casos de contingencia”.
Estos planes comprenden el almacenamiento de combustible de reserva para los generadores, el adiestramiento de personal de emergencia, así como el despacho urgente de medicamentos que ya han sido fabricados para mantener la calidad.
Esta semana, de acuerdo con Forbes, el comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, Scott Gottlieb, publicó una declaración en la que se refería al papel de preparación y seguimiento de esta agencia para evitar la escasez de fármacos fabricados en Puerto Rico, muchos de los cuales describe como salvavidas.
“Durante y después del huracán -se lee en el documento-, hemos trabajado con las empresas farmacéuticas y los dispositivos médicos para averiguar si las instalaciones de fabricación fueron dañadas, o si todavía estaban en funcionamiento y podían seguir laborando con la ayuda de generadores”.
Además, Gottlieb asegura que se hacen esfuerzos extensos para prevenir o limitar la pérdida o escasez de múltiples medicamentos esenciales para los pacientes estadounidenses por causas como la refrigeración, el almacenamiento y el transporte.
“Nuestra agencia ha estado trabajando estrechamente para reubicar los productos en coordinación con nuestros colegas del gobierno local y las compañías farmacéuticas”, concluyó.
Aunque también es cierto que, por culpa de María, el daño a largo plazo a la industria farmacéutica puertorriqueña es una posibilidad real.
De acuerdo con el analista David Hitchcock, de S & P Global Ratings, los beneficios fiscales que estimularon a la industria farmacéutica de la isla fueron eliminados en 2006.
“Desde entonces -abundó Hitchcock-, los laboratorios farmacéuticos han disminuido en número, las compañías no han incorporado nuevas plantas, y como las ya existentes quedan obsoletas, estas no han sido reemplazadas; todo ello contribuye al actual problema económico de Puerto Rico”.
Lo peor sería que, como augura Hitchcock, al observar las secuelas que ha dejado María, los farmacéuticos aprovechen la oportunidad para concluir sus operaciones en la Isla del Encanto.