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El Gobierno pone en peligro a especies amenazadas para construir el muro de Trump en la frontera

Trump prometió un muro fronterizo y ha suspendido 14 leyes ambientales para agilizar su construcción. Pero estos grupos ecologistas no se han quedado de brazos cruzados
Agentes de la Patrulla Fronteriza montados viajan a lo largo de una estructura de muro fronterizo reforzada
Agentes de la Patrulla Fronteriza montados viajan a lo largo de una estructura de muro fronterizo reforzada el viernes 26 de octubre de 2018.AP
/ Source: Telemundo

WASHINGTON.— El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) mantiene en la mira un refugio silvestre cerca del Río Grande, donde viven especies en peligro de extinción, al suspender hoy más leyes ambientales para agilizar la construcción de barreras en el sur de Texas, lo que generó la condena de grupos ecologistas.

El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, autorizó la suspensión de varias leyes y regulaciones ambientales para eliminar posibles trabas a la construcción de barreras en los condados de Hidalgo y Farr, en el marco de la estrategia de la Administración Trump contra la inmigración ilegal.

Los dos condados están ubicados en la región del Valle del Río Grande, que ha visto un incremento en los cruces ilegales desde 2017, y la suspensión de esas regulaciones ambientales debía entrar en vigor hoy mismo.

Sólo que el área de construcción de esas barreras incluye partes de reservas naturales protegidas,  entre éstas la del verdoso Refugio Silvestre Nacional de Santa Ana, un popular sitio frecuentado por más de 165,000 turistas cada año, que invierten en la economía local alrededor de $462 millones.  

Resistencia contra el muro

Grupos ambientalistas como el Sierra Club, el Centro para la Diversidad Biológica, y la Asociación Nacional para e Refugio de la Vida Silvestre (“NWRA”, por su sigla en inglés), se han opuesto desde siempre a la expansión de un muro fronterizo por zonas protegidas, al advertir del daño ecológico en una de las zonas de mayor diversidad biológica en EEUU.

Activistas consultados hoy por Noticias Telemundo coincidieron en que la Administración Trump se las ingeniado para avanzar con la construcción del muro, burlando incluso las restricciones que ha impuesto el Congreso.

La Administración "ha recurrido a fondos que no están supeditados a la aprobación legislativa, como intenta con los fondos del Pentágono, y con eso demuestra que no respeta la autoridad del Congreso”, explicó Laiken Jordahl, organizador de la zona fronteriza del “Centro para la Diversidad Biológica”.

“La frontera no es sólo arena, rocas, desierto y lagartijas, hay mucha diversidad ecológica, y estamos educando a la opinión pública para que sepan lo que está en juego”, agregó Jordahl, cuyo grupo está impugnando la autoridad de la Administración para emitir exenciones ambientales.

Por su parte, Scott Nicol, activista del Sierra Club en la zona fronteriza, señaló que el DHS argumenta que la construcción “no será propiamente en el área (del refugio) de Santa Ana, sino al lado”, pero omite decir que el proyecto requerirá la eliminación de acres para construir una carretera de patrullaje fronterizo.

“En esa zona, el muro en sí sería de menos de una milla, pero la claramente la construcción se extendería por unos 150 pies hasta los límites del refugio de Santa Ana”, precisó Nicol, quien realizó un video en la zona para explicar el impacto del proyecto.

Aunque el DHS aseguró que la construcción en Texas sería inminente, Nicol dijo que no está claro que la agencia pueda comenzar pronto las obras.

“Oásis biológico”

El refugio silvestre de Santa Ana, uno de tres en el sur de Texas, es considerado un “oasis biológico” y sus 2,088 acres de terreno sirven de hogar a más de 400 especies de pájaros, 450 tipos de plantas, la mitad de las especies de mariposas y numerosas especies en peligro de extinción, según NWRA.

Al enterarse del anuncio de McAleenan, la NWRA emitió un mensaje contundente: “los muros y la vida silvestre no se mezclan”, ni antes ni ahora.

El Congreso aprobó fondos para el prometido muro fronterizo del presidente Donald Trump en los presupuestos para 2018 y 2019 con la condición de que no se construyeran barreras de ningún tipo en el refugio de Santa Ana, y en sitios como el “Parque Histórico La Lomita”, el Parque Estatal Bentsen, y un mariposario nacional.

Pero, según el DHS, una ley contra la inmigración ilegal de 1996 le permite a McAleenan emitir exenciones, o “waivers” en inglés”, a los requisitos legales, si lo considera necesario para agilizar la construcción de carreteras, muros y barreras autorizados bajo esa legislación.

El Sierra Club envió esta semana un documento de 44 páginas a McAleenan y líderes de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP) en la que describió los daños ecológicos en la zona.

“La construcción de barreras entre 18 y 30 pies de altura… dañaría el medio ambiente y afectaría la cultura, comercio, y calidad de vida para las comunidades y residentes cerca del área del proyecto. Proyectos de muros similares han perjudicado y destruido paisajes, han interferido con esfuerzos binacionales para la conservación, han obstruido el (libre) movimiento de la vida silvestre, e impactado las comunidades colindantes”, indicó el documento.

El grupo además advirtió que la construcción de muros, barreras o diques, en los condados en cuestión, también violaría un acuerdo bilateral con México.  

Por ello, el Sierra Club instó a la CBP a que evalúe los posibles daños que acarrea el proyecto fronterizo en el medio ambiente, la economía, las especies en peligro de extensión, la calidad del aire y agua, los suministros hídricos, los recursos cultures, y la salud pública, antes de proceder con sus planes.

Nicol dijo que ha contactado a legisladores de distritos fronterizos para que sopesen medidas para frenar este proyecto.

Ya hay más de 650 millas de barreras en la frontera con México, y a principios de agosto el DHS emitió una exención para comenzar la construcción de barreras en una zona frágil del desierto en Arizona.

Desde que Trump asumió el poder en 2017, DHS ha emitido 14 exenciones ambientales para avanzar la construcción del muro fronterizo, pero se ha topado a cada paso con demandas de varios grupos ecologistas, incluyendo el “Centro para la Diversidad Biológica”.

Una demanda en 2018 de parte de una coalición de grupos ecologistas continúa su curso en los tribunales, mientras que la Administración Trump ganó otra similar entablada en 2017.

En febrero pasado, la Administración Trump emitió una “declaración de emergencia” para canalizar unos $4.000 millones en fondos del Pentágono para la construcción del muro. Ayer jueves, abogados del Condado de El Paso (Texas) y la Red Fronteriza para los Derechos Humanos acudieron a un tribunal federal para frenar el traslado de esos fondos.