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EE.UU. intercepta cuatro petroleros iraníes con destino a Venezuela: “Irán no debería estar haciendo eso”, dice Trump

El Departamento de Justicia asegura que no se usó violencia, pero la Marina iraní abordó después "por la fuerza un buque no relacionado en un aparente intento de recuperar el petróleo incautado”.
El barco petrolero iraní Fortuna anclado en el muelle de la refinería El Palito cerca de Puerto Cabello, Venezuela, en mayo de 2020.
El barco petrolero iraní Fortuna anclado en el muelle de la refinería El Palito cerca de Puerto Cabello, Venezuela, en mayo de 2020.AP / AP
/ Source: Telemundo

El Departamento de Justicia informó este viernes de la “exitosa” incautación de un cargamento de combustible perteneciente a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y que se dirigía hacia Venezuela.

“Es la mayor incautación jamás realizada de cargamentos de combustible procedentes de Irán por parte del Gobierno”, aseguró en un comunicado.

Según el documento, las autoridades han ejecutado “con éxito” una orden de embargo emitida por el juez del Distrito de Columbia Jeb Boasberg, en respuesta a una denuncia presentada por Estados Unidos el 2 de julio para decomisar todos los productos derivados del petróleo transportados por los buques.

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El petróleo era transportado en cuatro buques, llamados Luna, Pandi, Bering y Bella. Se han decomisado 1,116 millones de barriles, con la ayuda de socios extranjeros que no fueron identificados.

El Bering y el Bella navegaban por aguas de Cabo Verde cuando el Gobierno federal interpuso la demanda para su incautación en julio, mientras que la última señal conocida del Pandi y el Luna fue en Omán

El presidente, Donald Trump, ha dicho que ahora se dirigen ya hacia el puerto de Houston (Texas). “Se supone que no deberían estar haciendo eso, Irán no debería estar haciendo eso”, afirmó el presidente.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, señaló en un comunicado que cada vez más flotas de transporte marítimo evitan comerciar con Irán y Venezuela por las sanciones estadounidenses.

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En octubre de 2017, Estados Unidos sancionóa la Guardia Revolucionaria Islámica por su presunto apoyo al terrorismo. La decisión se adoptó, en concreto, por "dar apoyo a la Fuerza Al Quds, la principal entidad iraní que facilita la campaña incesante del presidente (sirio Bachar al) Asad de violencia brutal contra su propio pueblo, así como las actividades letales de Hezbolá y Hamás, y otros grupos terroristas".

Según el Departamento de Justicia, después de la operación de interceptación, la Marina de Irán “abordó por la fuerza un buque no relacionado (con los sujetos a la incautación) en un aparente intento de recuperar el petróleo incautado”, sin tener éxito.

El valor de la carga incautada puede dirigirse “total o parcialmente” al fondo para las víctimas del terrorismo, detalló el Departamento de Justicia.

Los fiscales federales en Washington alegan que la venta del combustible fue concertada por un empresario, Mahmud Madanipour, vinculado con la Guardia Revolucionaria Islámica. En ese momento, expertos en sanciones pensaban que sería imposible hacer efectiva una orden de una corte estadounidense en aguas internacionales.

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Un alto funcionario federal le dijo el jueves a la agencia de noticias The Associated Press que no se recurrió al uso de la fuerza para ejecutar los decomisos y que los buques no fueron confiscados físicamente.

En su lugar, funcionarios estadounidenses amenazaron a los propietarios, aseguradoras y capitanes de los barcos con sancionarlos para obligarlos a entregar sus cargas, que ahora se han convertido en propiedad estadounidense, según el funcionario.

El embajador iraní en Caracas, Hojat Soltani, señaló este jueves que los cuatro buques "no tienen nada que ver con Irán".

El gobierno de Trump ha estado intensificando la presión a los propietarios de barcos para que acaten las sanciones impuestas a adversarios de Estados Unidos como Irán, Venezuela y Corea del Norte.

En mayo emitió un aviso en el que apremiaba al sector marítimo global a mantenerse alerta ante tácticas para evadir sanciones como las peligrosas transferencias de buque a buque y el apagado de dispositivos obligatorios de rastreo, ambas utilizadas en las recientes entregas de crudo de Irán a Venezuela.

Una de las compañías implicadas en los envíos a Venezuela, el Avantgarde Group, fue previamente vinculada con la Guardia Revolucionaria e intentos para evadir las sanciones estadounidenses, según los fiscales.

Una filial de Avantgarde facilitó la compra para la Guardia Revolucionaria del Grace 1, un buque decomisado el año pasado por Gran Bretaña debido a las acusaciones de Estados Unidos de que llevaba petróleo a Siria.

Irán negó las acusaciones y el Grace 1 fue liberado a la larga. Sin embargo, la incautación provocó una crisis internacional en la que Teherán confiscó en represalia un barco de bandera británica.

Según la demanda para el embargo de los activos, una compañía no mencionada por su nombre facturó en febrero a Avantgarde un pago en efectivo de 14,9 millones de dólares por la venta de la gasolina a bordo del Pandi. Sin embargo, un mensaje de texto entre Madanipour y otro conspirador no mencionado deja entrever que hubo dificultades para realizar la travesía.

“El propietario del barco no quiere ir debido a la amenaza estadounidense, pero queremos que vaya, e incluso acordamos que también compraremos el barco”, se afirmaba en el mensaje, según un extracto de la demanda.

Con información de EFE y AP