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"No pueden poner el aire acondicionado". Así está afectando el calor y el costo de la energía a algunas comunidades de EE.UU.

El calor sofocante y la humedad han afectado a grandes zonas de Estados Unidos, donde muchas personas también se enfrentan a los altos costos de la energía: “Para las familias de bajos ingresos, esto es catastrófico”.

Por Denise Chow, Evan Bush y Alicia Victoria Lozano - NBC News

Las altas temperaturas y la humedad que afectaron a gran parte de Estados Unidos la semana pasada se ha juntado con los problemas que muchas personas sufren por la inflación y los altos costos de la energía.

En Macon, Georgia, donde se esperaba que las temperaturas estuvieran por encima de los 90 °F (32 °C) durante el fin de semana antes de llegar a los tres dígitos esta semana, la sargento Melissa White, administradora del cuerpo del Ejército de Salvación, contó que sus instalaciones han estado repletas de personas que buscan alivio del calor.

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“Con el precio de la gasolina, la gente no puede permitirse el lujo de hacer funcionar los aires acondicionados, incluso si los tienen”, explicó White. “Así que está obligando a mucha gente que nunca ha buscado ayuda a acudir a estas estaciones de refrigeración”, añadió.

Casi un tercio de la población de EE.UU. estaba bajo advertencias y avisos de calor la semana pasada debido a una ola de calor de principios de temporada que está cubriendo una gran parte del país, trayendo temperaturas abrasadoras y alta humedad a millones de estadounidenses en todo el Medio Oeste y el Sur.

Los científicos han afirmado que el cambio climático está provocando olas de calor más frecuentes e intensas en Estados Unidos y en todo el mundo. A medida que suben las temperaturas, el acceso a los recursos de refrigeración puede ser una cuestión de vida o muerte. 

El Ejército de Salvación de Macon está ampliando sus operaciones durante la ola de calor para servir como centro de refrigeración para el público. La organización también gestiona un refugio donde la gente puede pasar la noche, y White dijo que ella y sus colegas ya están luchando para mantenerse al día con la demanda, especialmente con los pronósticos que proyectan que el alto calor y la humedad permanecerán durante semanas.

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“Tenemos una afluencia tan grande que estamos estudiando la posibilidad de abrir un segundo lugar en nuestro centro de culto”, explicó. “Técnicamente, tenemos un sistema de 122 camas, pero también tenemos catres y seguimos acogiendo a la gente hasta que ya no podemos meterla”, agregó.

Ciudades de todo el país están tomando medidas similares para proteger a los residentes de las enfermedades y muertes relacionadas con el calor. Los Gobiernos locales de Phoenix, Denver y Detroit anunciaron la semana pasada planes para abrir centros de refrigeración, distribuir agua y levantar nuevas estructuras para dar sombra.

El calor se conoce a veces como un “asesino silencioso” porque los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor pueden pasar a menudo desapercibidos hasta que es demasiado tarde. Los órganos del cuerpo pueden sobrecargarse y apagarse si pierden la capacidad de regular la temperatura, y el calor también puede agravar los síntomas de afecciones subyacentes como enfermedades cardíacas, diabetes o problemas renales.

Los niños juegan en un parque acuático mientras la temperatura alcanza los 115 °F el 12 de junio de 2022 en Imperial, California.
Los niños juegan en un parque acuático mientras la temperatura alcanza los 115 °F el 12 de junio de 2022 en Imperial, California.Sandy Huffaker / Getty Images

Los niños pequeños, los ancianos, las personas sin hogar y los individuos con enfermedades preexistentes se encuentran entre los que corren mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor y de morir cuando las temperaturas se disparan.

En la zona de Columbus, Ohio, ha hecho tanto calor que el aire acondicionado no da abasto, afirma Yvette Moyler, de 59 años.

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“Con este tiempo, es difícil respirar”, afirmó Moyler, que vive en Worthington, un suburbio del norte de Columbus, donde un aviso de calor estaba en efecto hasta el jueves. Las temperaturas alcanzaron los 90 °F grados el martes, y el índice de calor superó los 110 °F (43 °C), según el Servicio Meteorológico Nacional

Moyler, que vive sola, se recupera en su casa de Columbus tras un tratamiento contra el cáncer de mama y sigue experimentando los efectos secundarios de la radiación y otros tratamientos. El calor intensifica sus síntomas. 

El calor le seca los senos paranasales, dañados durante el tratamiento, y le dificulta la respiración. Intensifica los sofocos que experimenta al tomar la medicación. Y le deja los huesos doloridos. 

“Si hace demasiado calor, me duele”, lamenta Moyler. 

Los cortes de electricidad de la semana pasada agravaron los problemas de calor en la zona de Columbus. Moyler se quedó sin electricidad durante la noche del martes, pero se consideró afortunada, ya que los residentes y negocios cercanos habían sufrido cortes más prolongados. 

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La semana pasada, las fuertes tormentas en Ohio derribaron líneas eléctricas y dañaron la infraestructura. Casi un cuarto de millón de clientes de la empresa local de servicios públicos, AEP Ohio, se quedaron sin electricidad el martes por la noche, incluidos muchos en la zona de Columbus, según el sitio web de la empresa. 

La gente camina por el centro de la ciudad mientras la temperatura alcanza unos 115 grados el 12 de junio de 2022 en Calexico, California.
La gente camina por el centro de la ciudad mientras la temperatura alcanza unos 115 grados el 12 de junio de 2022 en Calexico, California.Sandy Huffaker / Getty Images

El apagón, combinado con el calor, hizo que el personal de Lifecare Alliance, una organización local sin ánimo de lucro, se esforzara por repartir ventiladores, transportar a la gente a un centro con aire acondicionado y proporcionar comidas a los necesitados.

Moyler recibió un ventilador de la agencia, que distribuye unos 4,000 al año. 

Chuck Gehring, presidente y director general de LifeCare Alliance, que tiene unos 30,000 clientes en el centro de Ohio, dijo que los voluntarios de la organización llamaron el martes a más de 1,500 clientes para comprobar sus necesidades de refrigeración y alimentación.

Dijo que muchas personas estaban siendo exprimidas por el costo de refrigeración, que este año se ha agravado por la inflación y los altos precios de la energía.  

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“Tenemos a mucha gente que, o bien no tiene aire acondicionado en una casa antigua, o bien no puede permitirse encenderlo”, detalló Gehring. “Muchos de ellos no lo encienden porque temen que si no pueden pagar las facturas los desalojen”, agregó.

La inflación y el aumento de los precios de la energía tienen un impacto desproporcionado. El Departamento de Energía de EE.UU. afirma que las familias con bajos ingresos suelen gastar alrededor del 8.6% de su presupuesto en energía, casi el triple de lo que pagan las familias con mayores ingresos

Se prevé que el precio medio de la electricidad residencial aumente casi un 4% con respecto al verano pasado, según las perspectivas energéticas de verano de la Administración de Información Energética de EE.UU. 

“Para las familias de clase media es muy duro: les están afectando los precios más altos de la gasolina, los precios más altos de la energía doméstica y los costos más altos de la calefacción doméstica del próximo invierno”, afirmó Mark Wolfe, director ejecutivo de la asociación nacional de directores de asistencia energética. “Para las familias de bajos ingresos, esto es catastrófico”, añadió.

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En California, donde las temperaturas pueden variar 20 o más grados entre las ciudades costeras y las comunidades del interior, las olas de calor se han convertido en una crisis de salud pública agravada por las desigualdades de ingresos. 

Un estudio realizado en 2021 por la Universidad de California, en Davis, reveló que las zonas de bajos ingresos del suroeste tienen una media de 4 a 7 grados más de calor que los barrios ricos de las mismas regiones metropolitanas. 

Las mayores disparidades de calor se encontraron en las ciudades de Riverside y San Bernardino, en el sur de California, y las comunidades latinas fueron las más afectadas por las abrasadoras temperaturas. Según el estudio, los barrios latinos tienen casi 7 grados más de calor que las zonas no latinas. 

Este impacto desproporcionado puede suponer un aumento de las llamadas de emergencia y de las visitas al hospital durante las olas de calor.

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“En cualquier día de calor extremo, las salas de urgencias de Los Ángeles atienden a 1,500 pacientes más”, afirma el Dr. David Eisenman, director del Centro de Salud Pública y Desastres de la Universidad de California en Los Ángeles. “Calculamos que en un solo día de calor mueren 16 personas más en el condado de Los Ángeles”.

Las comunidades negras y latinas son las que sufren las peores consecuencias para la salud durante los episodios de calor extremo, añadió, con un exceso de muertes de hasta el 18% en comparación con la población blanca de Los Ángeles.

Por ejemplo, los vecindarios de las zonas de bajos ingresos, como el sur de Los Ángeles, envían entre 20 y 30 personas más a la sala de emergencias en los días de calor, en comparación con dos personas más de los vecindarios más ricos que se encuentran a pocos kilómetros de distancia, dijo Eisenman.

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Se espera que estas desigualdades se agranden, ya que las olas de calor son cada vez más frecuentes y graves como consecuencia de la emergencia climática, lo que supone una presión adicional sobre los recursos de refrigeración para la salud y la seguridad públicas.

“La refrigeración todavía se percibe más como un lujo. Es una visión anticuada de hace 30 o 40 años”, lamentó Wolfe.