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Las peticiones de ayuda por desempleo caen a su nivel más bajo en la pandemia pero casi 900,000 personas perdieron su trabajo en una semana

Una de cada cinco pequeñas empresas estima que deberá cerrar antes de seis meses si no se produce un cambio económico o se aprueba un paquete de estímulo del Gobierno.

Martha C. White - NBC News

Más de 880,000 trabajadores solicitaron nuevas ayudas por desempleo en la última semana de agosto, una cifra inferior a las estimaciones de los analistas y que es además la más baja desde el inicio de la pandemia, según informó este jueves el Departamento de Trabajo.

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Aunque el presidente, Donald Trump, se ha jactado en la red social Twitter de las crecientes mejoras en el empleo en los últimos tres meses, los economistas dicen que esto ignora el hecho ineludible de que la economía ha perdido casi 13 millones de puestos de trabajo desde febrero y las empresas, que son el principal motor de crecimiento laboral en Estados Unidos, siguen perdiendo terreno.

Gráfico de desempleo en agosto.
Gráfico de desempleo en agosto.Noticias Telemundo

“El hecho es que se trata de cifras extremadamente elevadas y que tenemos que prepararnos para una mayor pérdida de empleos en las próximas semanas y meses”, dijo Mark Hamrick, analista económico senior de Bankrate.com.

"Las pequeñas empresas representan el 65 por ciento de todos los nuevos empleos creados", dijo Eric Groves, cofundador y director ejecutivo de la empresa de tecnología, que descubrió una nueva y alarmante tendencia: los propietarios anticipan más despidos.

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Alignable encuestó a más de 4,000 dueños de negocios y encontró que en agosto habían recuperado el 80% de la fuerza laboral que perdieron antes del inicio de la pandemia, pero temen que la cifra de sus trabajadores disminuya un 70% en los próximos 30 días.

“Por primera vez desde julio, cuando comenzamos a sentir la recuperación, vimos disminuir la perspectiva. Habíamos visto la perspectiva plana antes, pero nunca la había visto caer", dijo Groves en referencia a la recuperación. 

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“Me da mucho miedo traer a alguien de regreso”, dijo Tina Lyons, propietaria de una empresa de transporte de mercancías en Portland, Oregon. 

“Simplemente agacharé la cabeza y lo tomaré por un tiempo, simplemente haré el trabajo yo misma. Las cosas son muy inciertas", lamentó.
 
Después de que su negocio se desplomara en marzo y abril, Lyons tuvo que despedir a uno de sus cuatro empleados en junio.

Aunque dijo que la demanda ahora se ha estabilizado lo suficiente como para poder cubrir los costos de nómina por el momento, describió cómo negocio está “cojeando”, víctima primero de disputas comerciales y luego de la pandemia.

“El año pasado fue tan malo por los aranceles. Tenemos un doble impacto en nuestra industria”, explicó.

Los datos gubernamentales publicados el miércoles sobre el mercado laboral de julio en casi 400 áreas metropolitanas fueron igualmente desalentadores: El Centro, California, tenía la tasa de desempleo más alta del país con un 26.8%.

Yuma, Arizona, y Atlantic City, Nueva Jersey, no se quedaron atrás con tasas de desempleo de aproximadamente el 25% y el 24%, respectivamente.

"Son porcentajes que rozan el 27%, las cifras que se registraron en la era de la Depresión", dijo Hamrick.

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En total, 116 áreas metropolitanas tienen un desempleo más alto que el promedio nacional del 10.2%. El área metropolitana de Los Ángeles tiene una tasa de desempleo de casi el 17%, y la ciudad de Nueva York no se queda atrás con poco más del 16%.

Como predijeron muchos economistas, el fin de los fondos del Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP, en inglés) del gobierno está llevando rápidamente a los negocios a un punto de inflexión. Una reciente encuesta realizada por el grupo de comercio de pequeñas empresas National Federation of Independent Business reveló que el 84% de los beneficiarios de PPP dijeron que no les queda nada de ese dinero, un aumento de 13 puntos porcentuales en un solo mes. Uno de cada cinco estimó que, si no se produce un cambio económico u otro alivio del gobierno, tendrán que cerrar sus puertas en seis meses.

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“Mis ventas han bajado constantemente un 40% desde abril”, dijo Deborah Field, propietaria de una tienda especializada en impresión y diseño en Phoenix.

Field recibió un préstamo de PPP que le permitió volver a contratar a los dos empleados que tuvo que despedir en mayo, pero con poca demanda, desde tarjetas de presentación hasta invitaciones de boda, no tuvo más remedio que dejar ir a esos trabajadores una vez que se agotaron los fondos. 

“Tuve que despedirlos de nuevo porque las ventas no han vuelto”, dijo. "Todavía necesitamos ayuda".

Los débiles datos de empleo del sector privado de agosto de la empresa procesadora de nóminas ADP ponen también de manifiesto la preocupante fragilidad de las pequeñas empresas. La contratación de 428,000 personas el mes pasado, menos de la mitad del millón esperado por los analistas, se concentró fuertemente en las firmas más grandes. Las empresas con 1,000 o más empleados constituían 270,000 de los nuevos puestos de trabajo. Las empresas con menos de 20 empleados agregaron solo 43,000.

"En muchos sentidos, las pequeñas empresas enfrentan el mayor grado de riesgo a medida que persiste esta recesión", dijo Hamrick. “Las empresas más pequeñas tienden a administrar con menos efectivo disponible”, sostuvo, y muchas simplemente no tienen margen de maniobra. "No hay camino al éxito para esas empresas en este momento si no pueden recuperar a sus clientes".

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“Teníamos siete empleados en marzo y despedimos a todos en abril”, dijo Canden Arciniega, propietario de una empresa de viajes con sede en Washington, D.C., que perdió casi todas sus reservas en los primeros días de la pandemia.

Como muchos dueños de negocios, la duración de las prohibiciones de viaje y cierres de empresas negocios han impedido que Arciniega pueda recuperarse. "Pudimos obtener un préstamo PPP, pero eso solo duró ocho semanas, y desde entonces tuvimos que despedir a todos nuevamente".

Agregó que el negocio es apenas un goteo de clientes en comparación con la situación antes de la pandemia y le preocupa el futuro. “Estamos luchando como empresa, nuestros guías turísticos están luchando y yo luchando”, dijo. "Reviso las noticias todos los días esperando que el Congreso regrese y nos ayude... Me estoy ahogando y esperando ingenuamente que el gobierno ayude, con cualquier cosa".