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La Reserva Federal sube 75 puntos básicos las tasas de interés para frenar la inflación

La decisión encarece el costo de las hipotecas, los préstamos de automóviles y las tarjetas de crédito, y enfriará la economía para detener los precios. Pero, ¿desencadenará una recesión?

Por Christopher Rugaber - The Associated Press

Con la inflación desbocada en su máximo en cuatro décadas, la Reserva Federal (Fed) anunció este miércoles, al acabar su reunión sobre política monetaria, una nueva subida 75 puntos básicos de las tasas de interés de referencia, que pasan así al rango de 2.25% y 2.5%.

Es el cuarto aumento del banco central desde marzo y el segundo consecutivo de 0.75 puntos porcentuales después del de junio, que supuso el mayor incremento de tasas de interés desde 1994.

La decisión de la Fed encarecerá el costo de las hipotecas, los préstamos para automóviles o las tarjetas de crédito. Espera que los consumidores y las empresas gasten menos, de forma que la economía se enfríe y el incremento de los precios se frene.

Las subidas de tipos de interés ya ha provocado que la tasa media de una hipoteca fija a 30 años se duplique en el último año, hasta el 5.5%, y que las ventas de viviendas caigan. La Fed quiere limitar el crecimiento lo suficiente como para controlar la inflación, pero no tanto como para provocar una recesión, una maniobra que muchos economistas temen que pueda acabar mal.

[La inflación sube al 9.1% en junio, su récord en 41 años, por gasolina, comida y vivienda]

Algunos expertos señalan que la economía se está enfriando e incluso podría haberse contraído en la primera mitad del año. Les preocupa que la Fed acabe endureciendo demasiado rápido el crédito, y termine en una recesión que provoque despidos y dispare el desempleo.

El aumento de la inflación y el temor a una recesión han erosionado la confianza de los consumidores y han despertado la ansiedad de la gente sobre la economía, que está enviando señales frustrantes y contradictorias. Con la proximidad de las elecciones de medio mandato de noviembre, el descontento de los ciudadanos se ha reflejado en una caída del índice de aprobación del presidente, Joe Biden, y ha aumentado la probabilidad de que los demócratas pierdan el control de la Cámara de Representantes y el Senado.

Algunos analistas creen que el producto interior bruto (PIB) de abril a junio, que anunciará el Gobierno este jueves, revele que la economía se contrajo por segundo trimestre consecutivo.

Pero los economistas apuntan que un mal dato no significaría el inicio de una recesión. Durante esos mismos seis meses en los que la economía podría haberse contraído, el país sumó 2.7 millones de puestos de trabajo, más de los que se crearon en la mayoría de años previos a la pandemia. Los salarios también están aumentando a un ritmo saludable, aunque muchos empresarios siguen luchando por atraer y retener a suficiente mano de obra.

La definición de recesión más ampliamente aceptada es la ofrecida por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (NBER, por sus siglas en inglés), un grupo de economistas cuyo Comité de Datación del Ciclo Económico la define como “un descenso significativo de la actividad económica que se extiende por toda la economía y dura más de unos pocos meses”. El comité evalúa una serie de factores antes de declarar públicamente el ceses de la expansión económica y el inicio de una recesión — y a menudo lo hace mucho después de que comenzara.