Hasta la mitad de la ayuda por desempleo pudo haber sido robada por delincuentes, el equivalente a unos 400,000 millones de dólares, según reportó Axios.
Blake Hall, director general de ID.me, un servicio que trata de evitar este tipo de fraudes, explicó al medio citado que Estados Unidos pudo haber perdido en robos hasta el 50% de todo el dinero de la ayuda por desempleo.
La mayor parte del dinero acabó probablemente en manos de grupos criminales extranjeros, lo que convierte el problema en una cuestión de seguridad nacional.
Por su parte, Haywood Talcove, director general de LexisNexis Risk Solutions, calculó que al menos el 70% del dinero robado terminó en manos de grupos criminales en China, Nigeria, Rusia y otros lugares.
El resto del dinero fue robado por grupos criminales del país.
Los delincuentes suelen hacerse pasar por reclamantes de los subsidios. Otros engañan a las personas para que ellos mismos entreguen su información personal. Algunos estafadores reciben tarjetas de débito y sacan dinero de los cajeros automáticos para, más tarde, transferir este dinero al extranjero, muchas veces por medio de bitcoin.
Los estados que no tienen servicios de detección de fraudes son los más atacados.
Esto se da a conocer a pocos días de que al menos 25 estados, como Maryland y Virginia, cancelen parte de la ayuda federal a los desempleados, incluyendo un beneficio federal de 300 dólares a la semana, a partir de este 12 de junio. Los críticos argumentan que la ayuda federal adicional por desempleo, además de los beneficios estatales regulares por desempleo, desalienta a algunos de los desempleados a buscar trabajo.
El mercado laboral en Estados Unidos está recuperándose. El número de estadounidenses que buscan beneficios por desempleo cayó la semana pasada por quinta semana consecutiva a un nuevo mínimo durante la pandemia.
La disminución de las solicitudes refleja un rápido repunte en el crecimiento económico y la recuperación del mercado laboral de la recesión del coronavirus. Más estadounidenses se están aventurando a comprar, viajar, cenar y reunirse en lugares de entretenimiento. Todo ese gasto renovado ha llevado a las empresas a buscar nuevos trabajadores.
Las nóminas privadas aumentaron en 978,000 el mes pasado, y el Departamento de Trabajo dijo que las solicitudes iniciales de desempleo cayeron a 385,000, su nivel más bajo desde que golpeó la pandemia, aunque aún duplica el promedio anterior a la crisis sanitaria.
Sin embargo, las empresas aún enfrentan escasez de trabajadores, ya que las personas enfrentan la falta de cuidado infantil y el miedo a contraer el virus, y otras se están jubilando anticipadamente o reconsiderando su trayectoria profesional.
Con información de Axios.