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La inflación se enfría ligeramente en enero pero cae menos de lo previsto por expertos

El IPC desciende en enero una décima hasta el 6.4% respecto al año pasado y da muestras de frenar en su bajada de los últimos meses pese a las pronunciadas subidas de tasas de interés.

Por Christopher Rugaber - The Associated Press

Los precios de bienes y servicios en Estados Unidos aumentaron un 0.5% en enero respecto al mes anterior, según informó este martes el Departamento del Trabajo, pero la inflación cayó una décima, hasta el 6.4%, respecto a la tasa de hace justo un año. Esta bajada es inferior a la prevista por los expertos, que auguraban que llegara al 6.2%, lo que muestra un frenazo en las caídas de meses anteriores.

Un grupo de cajeras atiende a los clientes en un supermercado Walmart de North Bergen, Nueva Jersey, el 9 de febrero de 2023.
Cajeras en un supermercado Walmart de North Bergen, Nueva Jersey, el 9 de febrero de 2023.Eduardo Muñoz Alvarez / AP

Se trata de la séptima desaceleración interanual consecutiva, que deja el índice muy por debajo del máximo del 9.1% registrado en junio. Aun así, sigue estando muy por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal (Fed), que ha aprobado en los últimos meses una agresiva subida de tasas de interés para intentar ponerle freno.

“El proceso de reducción de la inflación ha comenzado”, aseguró la semana pasada el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, pero “es probable que este proceso lleve bastante tiempo. No va a ser, no creemos, suave, probablemente va a estar lleno de baches”.

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En términos mensuales, el alza de gasolina, alimentos y ropa impulsó la inflación en enero cinco décimas, mucho más que la décima de diciembre. Por el contrario, los precios de los billetes de avión apenas han variado de diciembre a enero.

En general, el informe de inflación mostró el patrón continuado de los últimos meses: los precios de los bienes, desde los muebles hasta los juguetes y los artículos deportivos, están bajando. Pero los precios de los servicios (restaurantes, espectáculos, dentistas, etc.) se están encareciendo más deprisa que antes de la pandemia y amenazan con mantener elevada la inflación.

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El objetivo de la Reserva Federal, subiendo su tasa de interés de referencia a su nivel más alto de los últimos 15 años, es frenar el endeudamiento y el gasto, enfriar el ritmo de contratación y aliviar la presión que muchas empresas sienten al tener que subir los salarios para encontrar o mantener trabajadores. Las empresas suelen trasladar sus mayores costos laborales a sus clientes en forma de precios más altos, alimentando así la inflación.

Hasta ahora, la mayor parte de la ralentización de la inflación refleja una mayor fluidez en las cadenas de suministro y el descenso de los precios de los carburantes. Pero el aumento de las tasas de la Reserva Federal -ocho desde marzo del año pasado- no han tenido un efecto perceptible en el mercado laboral estadounidense, que sigue siendo excepcionalmente fuerte.

La tasa de desempleo ha caído al 3.4%, el nivel más bajo en 53 años, y siguen abundando las ofertas de empleo. A su vez, la fortaleza del mercado laboral ha contribuido a mantener el gasto de la gente, que sustenta la mayor parte de la economía estadounidense.

Los salarios medios están creciendo a un ritmo rápido de alrededor del 5% desde hace un año. Estas subidas, repartidas por toda la economía, probablemente están inflando los precios de los servicios con gran intensidad de mano de obra. Powell ha señalado a menudo los fuertes aumentos salariales como un factor que está haciendo subir los precios de los servicios y manteniendo alta la inflación, incluso cuando otras categorías, como el alquiler, probablemente desaceleren sus precios.

Muchos economistas esperan que la inflación baje hasta cerca del 4% a finales de este año. Pero podría estancarse en ese punto si la contratación y los aumentos salariales siguen fuertes. En ese caso, el banco central podría mantener altos las tasas de interés hasta bien entrado 2024, o incluso a seguir subiéndolos este año.

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El Gobierno de Joe Biden calculó la semana pasada una medida de los salarios en las industrias de servicios, dejando fuera la vivienda, el sector de la economía que la Reserva Federal siguen más de cerca. El Consejo de Asesores Económicos de la Administración concluyó que los salarios de los trabajadores de esas industrias, sin contar el de los directivos, se dispararon un 8% en enero respecto al año anterior, pero desde entonces se han ralentizado a un ritmo anual de alrededor del 5%.

Esto sugiere que la inflación de los servicios podría ralentizarse pronto, sobre todo si se mantiene la tendencia. Aun así, los aumentos salariales de ese nivel siguen siendo demasiado elevados para el gusto de la Reserva Federal, que preferirían ver un alza salarial de alrededor del 3.5%, coherente con su objetivo de inflación del 2%.

Una cuestión clave para la economía este año es si el desempleo tendría que aumentar significativamente para lograr esa desaceleración del crecimiento salarial. Powell y otros funcionarios de la Reserva Federal han dicho que frenar la alta inflación requeriría cierto “dolor” para los trabajadores. Un mayor desempleo suele reducir la presión sobre las empresas para que paguen mayores sueldos y salarios.

Sin embargo, por ahora, el mercado laboral sigue siendo históricamente muy fuerte. A principios de este mes, el Gobierno informó de que las empresas crearon 517,000 puestos de trabajo en enero, casi el doble que en diciembre. La tasa de desempleo bajó al 3.4%, el nivel más bajo desde 1969. Las ofertas de empleo siguen siendo elevadas.

Powell declaró la semana pasada que los datos de empleo eran “ciertamente más sólidos de lo que nadie que yo conozca esperaba”, y sugirió que, de mantenerse estos datos tan positivos, podrían ser necesarias más subidas de tipos de las previstas.

Otros funcionarios de la Reserva Federal subrayaron la semana pasada su convencimiento de que se avecinan más subidas de los tipos de interés. La Reserva Federal prevé otras dos subidas de tipos de un cuarto de punto en sus reuniones de marzo y mayo. Esas subidas elevarían su tipo de referencia a una horquilla del 5% al 5.25%, el nivel más alto en 15 años.

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En su última reunión del 1 de febrero, la Reserva Federal subió los tipos un cuarto de punto, después de haber subido medio punto en diciembre y cuatro subidas anteriores de tres cuartos de punto.

Los mercados financieros prevén dos subidas más este año y no esperan que la Fed cambie de rumbo y recorte los tipos hasta algún momento de 2024. Por ahora, esas expectativas han puesto fin a un pulso entre la Fed y los inversores de Wall Street, que antes apostaban por que la Fed se vería obligada a recortar los tipos en 2023, al caer la inflación más rápido de lo esperado y debilitarse la economía.