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La inflación sube al 9.1% en junio, su récord en 41 años, por gasolina, comida y vivienda

El alza, del 1.3% respecto a mayo, supera las previsiones de los economistas y refuerza el miedo a que la Reserva Federal incremente demasiado las tasas y provoque una recesión.

Por Christopher Rugaber - The Associated Press

La inflación creció el 9.1% en junio respecto al mismo mes del año anterior, hasta su máximo en los últimos 41 años, impulsada por el precio desbocado de la gasolina, los alimentos, los alquileres y los autos, según los datos del Gobierno publicados este miércoles, que indican que los precios aumentaron un 1.3% en el último mes.

Este dato supera las previsiones de los economistas, que apuntaban a una inflación de 8.8%. La tasa se situó en mayo en 8.6% de mayo.

Una inflación de este nivel puede provocar que la Reserva Federal (Fed) aplique otra agresiva subida de tasas de interés en su próxima reunión en de dos semanas.

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Los costos de bienes de primera necesidad se han disparado a un ritmo más rápido que los ingresos, dañando a las familias y, en especial, a las de menos ingresos, entre ellos latinos y negros, que gastan un mayor porcentaje de sus presupuestos en artículos como la gasolina, los alimentos y el alquiler, los que más han subido.

En lo que va de julio, los precios de la gasolina han bajado desde los exorbitantes cinco dólares por galón de mediados de junio a una media de 4.66 dólares en todo el país hasta el martes. Esta cifra sigue siendo muy superior a la de hace un año, pero el descenso apunta a una posible reducción de la inflación en agosto.

El aumento de los precios ha provocado un fuerte descenso de la confianza de los consumidores en la economía, ha hecho caer los índices de aprobación del presidente, Joe Biden, y presenta importantes riesgos políticos para los demócratas en las elecciones parlamentarias de medio mandato de este otoño.

En una encuesta de junio de AP-NORC, el 40% de estadounidenses afirmó que la lucha contra la inflación debe ser una prioridad para el Gobierno este año, frente a sólo el 14% en diciembre.

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Hace un año, los ciudadanos aumentaron considerablemente sus gastos al disminuir la pandemia, invirtiendo en muebles, aparatos de gimnasia y otros artículos para el hogar y, en los últimos meses, dedicándose más a viajar, salir a cenar e ir al cine y a conciertos.

El aumento de la demanda, alimentado en parte por los cheques de estímulo, desbordó las cadenas de suministro y disparó los precios.

Una mujer carga gasolina en un minimercado Sunoco en Independence, Ohio, el martes 12 de julio de 2022.
Una mujer carga gasolina en Independence, Ohio, en julio.Gene J. Puskar / AP

Un aumento mensual podría convencer a la Reserva Federal para incrementar de nuevo 0.75 puntos porcentuales su tipo de interés de referencia a corto plazo, que actualmente se sitúa entre el 1.5% y el 1.75%. En su reunión de fijación de tasas del mes pasado, la Fed aplicó una subida de 0.75 puntos, la mayor en casi tres décadas.

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La persistencia de la inflación ha inquietado al presidente de la Fed, Jerome Powell, y a otros funcionarios de la misma, que están llevando a cabo la serie más rápida de subidas de tasas desde finales de la década de 1980 en un esfuerzo por ponerla a raya.

Powell ha subrayado que el banco central quiere ver “pruebas convincentes” de que la inflación se está desacelerando antes de reducir sus subidas de tasas. Dicha evidencia tendría que ser una “serie de lecturas mensuales de inflación en caída”, dijo en junio.

A algunos economistas les preocupa que el deseo de la Reserva Federal de sofocar la inflación pueda llevarla a subir las tasas demasiado rápido, incluso cuando la economía, según algunas medidas, se está desacelerando. Unos costos de financiación mucho más elevados podrían provocar una recesión el año que viene.

Los consumidores han empezado a reducir el gasto, las ventas de viviendas están cayendo a medida que suben los tasas de interés de las hipotecas, y la producción de las fábricas cayó en mayo.

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A la Reserva Federal le gustaría ver un crecimiento más débil, lo que ayudaría a reducir la inflación. Los saludables aumentos del empleo en junio apuntan a una economía que sigue en expansión, con pocos indicios de una inminente recesión.

Es probable que la inflación se ralentice este año, pero no está claro en qué medida. Los precios del petróleo cayeron el martes a unos 96 dólares el barril y otras materias primas, incluidos los metales como el cobre, también se han abaratado, sobre todo por el temor a la recesión en Estados Unidos y Europa.

Los costes de envío de la carga internacional han bajado y hay menos barcos atascados en el puerto de Los Ángeles y Long Beach, el mayor de Estados Unidos. Los precios de la gasolina al por mayor han bajado a unos 3.40 dólares el galón, lo que sugiere que los precios al por menor podrían bajar hasta 4.20 dólares en agosto, según Omair Sharif, fundador de Inflation Insights.

Los precios al por mayor de los coches usados también están bajando, lo que apunta a un descenso de los precios de los coches usados en los próximos meses.

Sin embargo, muchos artículos siguen subiendo de precio. Los alquileres de apartamentos se han disparado a medida que las ganancias de empleo más sólidas y los aumentos salariales han animado a más estadounidenses a mudarse por su cuenta.

Los alquileres medios de los nuevos arrendamientos han aumentado un 14% en el último año, según la agencia inmobiliaria Redfin, hasta una media de 2,016 dólares al mes.

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Los alquileres medidos por el índice de inflación del gobierno han aumentado más lentamente porque incluyen todos los alquileres, incluso los existentes. Pero los economistas esperan que el aumento de los gastos de los nuevos alquileres haga subir la medida de la inflación del Gobierno en los próximos meses.

La inflación también se ha disparado en el extranjero. En el Reino Unido alcanzó el 9.1% en mayo, el nivel más alto en cuatro décadas, impulsado sobre todo por el aumento del coste del gas y los alimentos. En los 19 países europeos que utilizan la moneda euro, alcanzó el 8.1% ese mes, desde un año antes, el más alto en los registros que se remontan a 1997.