Los precios de bienes y servicios en Estados Unidos subieron cuatro décimas en abril con respecto al mes anterior, según lo previsto por expertos, y la inflación interanual bajó al 4.9% por primera vez en dos años, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales.
El aumento en el precio de la vivienda fue el que más contribuyó al aumento mensual de todos los artículos, seguido del aumento del precio de autos y camiones usados y de la gasolina. El aumento del precio de la gasolina compensó con creces los descensos de otros componentes energéticos; la energía subió un 0.6% en abril.
El precio de los alimentos se mantuvo sin cambios en abril, al igual que en marzo. El precio de alimentos en el hogar cayó un 0.2% durante el mes, mientras que el de los alimentos fuera del hogar subió un 0.4%.
Si se excluyen los precios de los alimentos y la energía, la inflación subyacente subió 0.4% en abril, igual que en marzo. La Reserva Federal (Fed) y muchos economistas creen que este indicador mide mejor la inflación en la economía del país.
Por primera vez en dos años, la inflación interanual bajó al 4.9%.

Según una encuesta realizada entre economistas por el proveedor de datos FactSet, los expertos apuntaban a que los precios habrían subido un 0.4% de marzo a abril, mucho más deprisa que el 0.1% del mes anterior.
Durante más de dos años, la elevada inflación ha sido una carga importante para los consumidores estadounidenses, una amenaza constante para la economía y un reto frustrante para la Reserva Federal. Sin mbargo, ahora están surgiendo nuevos problemas.
Desde marzo de 2022, la Reserva Federal ha subido su tasa de interés oficial 5 puntos porcentuales para tratar de reducir la inflación hasta su objetivo del 2%. Además de encarecer los préstamos a consumidores y empresas, estas tasas más altas han contribuido a la quiebra de tres grandes bancos en los últimos dos meses y a un probable retroceso de los préstamos bancarios. El resultado podría ser a corto plazo un mayor debilitamiento de la economía.
Y lo que es aún más inquietante, el techo de la deuda pública podría sobrepasarse a principios de junio. Los republicanos del Congreso se niegan a elevarlo a menos que el presidente, Joe Biden, y los congresistas demócratas acuerden fuertes recortes del gasto. Si el techo de la deuda no se eleva a tiempo, el país dejaría de pagar su deuda, un escenario que podría desencadenar una crisis económica mundial.
La inflación se ha ralentizado drásticamente desde que alcanzó un máximo del 9.1% anual el pasado mes de junio. Aun así, muchos economistas afirman que el descenso hasta ahora ha sido probablemente la fase fácil. Ya se han resuelto los problemas en la cadena de suministro que dejaron vacías las estanterías de muchos supermercados y retrasaron la entrega de muebles, vehículos y aparatos electrónicos. Los precios del gas también han bajado de forma constante después de haber subido como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, aunque volvieron a escalar en abril cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordara disminuir la producción de petróleo.
Subida persistente en los servicios básicos
A diferencia de los precios de los bienes, el costo de los servicios —desde las comidas en restaurantes a los seguros de automóvil, pasando por la atención dental o la educación— sigue subiendo. Una de las principales razones es que las empresas han tenido que subir los salarios en esos sectores para encontrar y retener a los trabajadores. Los funcionarios de la Reserva Federal afirman que el rápido aumento de los salarios, si bien es bueno para los trabajadores, ha contribuido al aumento de los costes en el sector servicios, ya que la mano de obra representa una parte importante de los gastos de este sector.
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“El área de inflación más persistente es la de los servicios básicos, excluida la vivienda, que se ha mantenido en torno al 4.5% desde el pasado agosto", dijo el martes John Williams, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Williams, cercano a Powell, es una voz influyente en la política de la Fed.
“Esto está impulsado por un continuo desequilibrio en la oferta y la demanda global, y es lo que más tardará en bajar”, dijo Williams.
En su reunión de la semana pasada, los responsables políticos de la Fed acordaron subir su tipo de referencia en un cuarto de punto, la décima subida consecutiva, hasta cerca del 5.1%, el nivel más alto en 16 años. Las subidas de tipos de la Fed, que pretenden enfriar el gasto, el crecimiento y la inflación, han provocado un aumento de los costes de las hipotecas, los préstamos para automóviles y los préstamos para tarjetas de crédito y empresas.