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"La gente vive en sus automóviles". Millones de personas sufren el impacto de los retrasos en los beneficios por desempleo

Los estragos en la economía provocados por la pandemia de coronavirus colapsaron las oficinas de desempleo de solicitudes que se estancaron en la red burocrática. Meses después, millones de personas desempleadas aún no han recibido beneficios por desempleo o han sufrido grandes retrasos.

Por Daniella Silva - NBC News

Antes de que la suspendieran en marzo debido a la pandemia de coronavirus, Chantel Clark llevaba años trabajando como comerciante visual [encargada de distribuir los productos en el espacio interior de un comercio] en un Macy's en Georgia. Así, disponía de flexibilidad horaria para cuidar a su hijo, que tiene necesidades especiales.

Cuando la llamaron de vuelta al trabajo en mayo, aprovechó la oportunidad. Pero el campamento y la escuela de necesidades especiales de su hijo de ocho años dejaron de ofrecer clases presenciales, y la familia se quedó sin "buenas opciones de cuidado infantil", lamenta Clark, de 39 años. A falta de tener derecho a un permiso familiar, tuvo que renunciar para cuidar a su hijo.

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Ella no calificaba para un seguro de desempleo regular por haber renunciado a su trabajo. Pero creía que sería elegible para la Asistencia de desempleo pandémica (PUA, por su sigla en inglés), una compensación especial por desempleo para las personas que normalmente no califican para ayudas de este tipo, incluidos los padres que no pueden trabajar debido a las necesidades de cuidado infantil durante la pandemia.

Por el sistema de Georgia, primero tenía que solicitar el seguro de desempleo estatal, que se le negaría, antes de poder solicitar la PUA, la cual también cubre a los trabajadores autónomos. Presentó su solicitud en agosto, pero tanto su petición inicial como una posterior fueron denegadas. La alegación era que no cumplía con los criterios para recibir beneficios y está esperando los resultados de una apelación.

"Hasta ahora, no he recibido ni un centavo de nadie", afirma.

Clark está lejos de ser la única. Meses después de que el coronavirus comenzara a golpear la economía de EE. UU., millones de personas desempleadas aún no han recibido beneficios por desempleo, según una estimación del grupo de expertos no partidista Century Foundation. Otros han sufrido grandes retrasos.

En algunos casos, los estados están saturados para hacer frente a sus inmensos retrasos en las solicitudes, según Andrew Stettner, investigador principal de la fundación. En otros, los sistemas para erradicar el fraude se están desacelerando para ofrecer esta ayuda tan necesitada.

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"Ha sido muy difícil y muy frustrante. Algunas personas han esperado semanas o incluso meses por sus beneficios. Es un gran problema", señala Stettner.

Para llegar a fin de mes, Clark y su esposo se sirvieron del dinero que habían estado ahorrando para comprar una casa. Ya no pueden pagar la terapia del habla o la terapia conductual de su hijo. Vendieron su segundo auto. Y el esposo de Clark trabaja en turnos dobles, haciendo trabajo extra siempre que puede, "solo para mantenern a flote" a la familia.

El marido de Clark sufre diabetes y la familia está "haciendo milagros todos los meses solo para pagar sus medicamentos recetados, ya que son muy caros", segín cuenta ella.

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"Tratamos de aguantar día a día y es mucho más difícil cuando no tienes comunicación con nadie", explica. "Te agota mental y emocionalmente, y te hace sentir inútil, como si estuvieras rogando a alguien que te dé algo que tienes derecho a recibir", agrega. 

Las solicitudes por desempleo se mantienen muy por encima de los niveles previos a la pandemia, cuando las peticiones semanales rondaban las 225,000. Las reclamaciones alcanzaron un máximo de siete millones en marzo, según el Departamento de Trabajo, antes de caer en el verano.

Negocio a punto de cerrar en Winnetka, Illinois
Un hombre pasa junto a una tienda minorista que está cerrando debido a la pandemia de coronavirus en Winnetka, Illinois, el martes 23 de junio de 2020.AP Photo/Nam Y. Huh

El número de personas que hicieron peticiones por desempleo por primera vez ha rondado el millón en los últimos meses. La semana que terminó el 23 de enero se presentaron 847,000 reclamos, según informó el departamento. Casi 16 millones de personas reciben algún tipo de asistencia por desempleo.

Las agencias estatales afirman que han contratado nuevos empleados, han traído de vuelta a los jubilados y han trabajado siete días a la semana para tratar de mantenerse al día con la asombrosa cantidad de reclamos, al mismo tiempo que intentan combatir el fraude.

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Millones de personas todavía están esperando una confirmación o un rechazo a sus solicitudes para recibir beneficios, según Stettner, que citó los datos de la fundación.

La fundación también analizó los niveles de reclamaciones el 26 de diciembre y estimó cuánto se habría pagado si los beneficios no se hubieran interrumpido por la demora en la promulgación de la ley de estímulo a finales del año pasado.

La organización descubrió que el programa debería haber pagado 11,500 millones de dólares por semana en enero. En cambio, los pagos reales reportados por el Departamento del Tesoro para todos los beneficiarios por desempleo ascendieron a 28,700 millones a finales de enero, alrededor de 17,300 millones menos que los 46,100 millones en beneficios "que se habrían pagado si todos hubieran recibido la ayuda prometida a tiempo".

Stettner dice que, debido a que los sistemas estatales se han visto tan saturados, "cualquiera que tuviera algún tipo de complicación en su solicitud estaba sufriendo problemas y graves retrasos en el proceso".

Ese ha sido el caso de Nicole, de 34 años, actriz y artista docente en California. Nicole, quien pidió que no se usara su apellido por miedo a sufrir represalias laborales en el futuro, solicitó el seguro de desempleo estatal después de que su lugar de trabajo cerrar en marzo del año pasado. Solicitó ayuda por desempleo y pasó meses sin respuesta.

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"Toda la espera y todas las llamadas que tienes que hacer te quita tiempo de buscar trabajo o de mejorar tu vida", lamenta.

Unos meses después de que Nicole presentara la solicitud, la oficina de desempleo de California le comunicó que el problema era que había ganado dinero en Nueva York y Nueva Jersey antes de mudarse a California en septiembre de 2019.

"No solo la oficina de desempleo de California estaba colapsada, sino que tuvieron que llamar a la oficina de desempleo de Nueva York para confirmar mis ingresos y también están saturados, de modo que llaman a Nueva Jersey para verificar mis ingresos", señala. “Y yo les respondí: 'Tengo todos mis formularios de impuestos. Se los envié por fax y por correo electrónico", recuerda.

"No entiendo esta tontería de verificar mis ingresos cuando tengo documentos federales que prueban lo que hice", apunta.

Nicole tuvo que comprar cupones de alimentos por primera vez, aceptar cajas de comida donadas y pedir dinero prestado a sus padres. "Si no tuviera eso, me habría quedado sin hogar. Seguro que habría tenido que dormir en el sofá de alguien", afirma.

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Recibió sus beneficios atrasados en agosto, cinco meses después de haber presentado la solicitud, pero debido a que el estado aún tiene que verificar sus ingresos en Nueva Jersey, el dinero que recibió aún estaba por debajo de lo que le debería de haber llegado.

El alivio que sintió fue breve. En septiembre, los beneficios de Nicole cesaron sin explicación. Volvió a llamar a la oficina de desempleo del estado hasta que la asistencia comenzó nuevamente este mes. "Me hizo sentir muy pequeña e impotente. Sentí vergüenza, y todavía la siento", dice.

Como parte de su propuesta de paquete de ayuda por 1.9 billones de dólares, el presidente, Joe Biden, pretende incluir pagos directos de 1,400 dólares por persona y un programa federal de desempleo de 400 dólares semanales.

La Administración de Biden estableció a través de una orden ejecutiva un sistema de coordinación entre las agencias federales para ayudar a las personas a determinar a qué beneficios califican. La Casa Blanca citó la dificultad que han tenido los trabajadores en licencia sin salario o despedidos temporalmente para obtener acceso a los beneficios.

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Mary Proffitt, de 64 años, solicitó beneficios por desempleo por primera vez después de que la despidieran de su trabajo en un restaurante en Kentucky en marzo. Inicialmente, el sistema del estado seguía fallando.

Finalmente pudo pasar a fines de marzo y recibió ayuda durante algunas semanas, pero después de tener que certificarse en mayo, de repente se encontró en una cola de devolución de llamadas. Esperó 18 semanas antes de recibir pagos atrasados ​​y poder pagar sus facturas.

Mary Proffitt con su hijo Isaac.
Mary Proffitt con su hijo Isaac.Cortesía de Mary Proffitt

"Había estado viviendo de los pocos ahorros que tenía, porque literalmente no puedes pasar 18 semanas sin un centavo", señala Proffitt, cuyo hijo adolescente tiene necesidades especiales y cuyo padre inmunodeprimido necesita ayuda.

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"Lo más estresante es tener que hacer malabares con las prioridades y no tener ningún ingreso", explica. "¿Es la factura de la luz? Tengo que tener cable, porque necesitamos WiFi para la escuela", recordó.

Cuando llegó el dinero, sus beneficios estatales por desempleo eran de solo 131 dólares. "Con 131 dólares a la semana no llegs  muy lejos. Todo tiene que ser priorizado", dijo¡¡ce. Su factura de calefacción el mes pasado fue de 184 dólares y la cesta de la compra le supone alrededor de 100 dólares semanales.

Para complementar sus ingresos, se puso a hacer y vender mascarillas bordadas por 20 dólares. "Comimos gracias a mi negocio de mascarillas por un tiempo", afirma. 

Ahora, se encuentra nuevamente en una cola de devolución de llamadas y no ha recibido ayuda desde noviembre. "Si lo pienso en el profundo de mi alma, es un milagro que no sea una suicida, y he hablado con personas que están que no pueden más", añadió Proffitt.

"Realmente siento que las personas desempleadas son como las últimas personas en el planeta en ser escuchadas, y especialmente las personas mayores. Porque estamos estancados. Nunca me recuperaré económicamente de esto", explicó.

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Pero la parte más difícil fueron las vacaciones.

"Tuve que decirle a mi hijo con necesidades especiales que la luz y la calefacción eran la Navidad", cuenta

Incluso cuando personas como Proffitt cobran el desempleo con éxito, la cantidad recibida puede ser demasiado baja para que muchas familias puedan vivir solas.

Stettner afirma que los beneficios estatales por desempleo tienen un promedio de 339 dólares semanales. La PUA garantiza en media 240 a la semana, según agrega.

La Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus, o Ley CARES, la ley de alivio económico por la pandemia de coronavirus que el Congreso aprobó el año pasado, otorgó a quienes recibían beneficios por desempleo 600 dólares adicionales por semana desde abril hasta finales de julio.

Cuando la ayuda caducó a fines de julio, la Administración Trump implementó un programa a corto plazo llamado Asistencia para salarios perdidos, un suplemento de 300 dólares que duró unas cinco semanas.

Los activistas han presionado para continuar con esos pagos de ayuda, tanto para ayudar a las personas a llegar a fin de mes como para estimular la economía.

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Stephanie Freed, codirectora de ExtendPUA, un grupo que aboga por el que las ayudas de alivio económico por la pandemia se centren en el desempleo y los trabajadores, ha estado desempleada desde marzo debido a la pandemia.

Freed, electricista autónoma y diseñadora de iluminación en el negocio del entretenimiento en la ciudad de Nueva York, afirma que en una encuesta realizada en diciembre a 1,300 trabajadores desempleados y subempleados en la web de la organización, el 9.9% reveló que aún no había recibido beneficios.

"Sin un impulso al desempleo, no se va a resolver", dijo. "La gente vive en sus automóviles. Una mujer se acercó a nosotros, vive en su automóvil y ahora ya no puede ir a las entrevistas de trabajo porque no puede pagar la gasolina", cuenta.

"Nos hemos metido en una desesperación donde millones de personas, no cientos, se están quedando atrás", dice.

Rachel Deutsch, abogada supervisora ​​de justicia laboral en el Centro para la Democracia Popular, un grupo de defensa progresista, asegura que cuando las personas enfrentan períodos de desempleo potencialmente largos, "sin seguro de desempleo estatal regular con algún ingresos adicionales, van a enfrentar consecuencias extremadamente graves".

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Valerie Turos, de 35 años, ingeniera de sonido, trabajó en el Festival Shakespeare de Oregón y más tarde para otro teatro en California antes de que la despidieran en la primavera debido a la pandemia. Turos dijo que inicialmente no tuvo problemas con su reclamo de desempleo en Oregon porque tenía abierto una petición previa. 
 

Gwen y Valerie Turos.
Gwen y Valerie Turos.Cortesía de Gwen Turos

Su terrible experiencia comenzó cuando se agotó el reclamo y el Departamento de Empleo de Oregon le dijo que presentara una solicitud en California, ya que desde entonces también había trabajado allí.

El proceso de verificación avanzó lentamente hasta que, finalmente, le dijeron que parte del problema era que su formulario W2 estaba demasiado borroso. La reclamación está pendiente desde septiembre.

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"Seguí llamando todas las semanas, y la atención que recibía de California podía cambiar mucho ya que había mucha gente que acababa de ser contratada. Así que, dependiendo de quién me contestaba, recibía más o menos ayuda", cuenta.

Finalmente, le dijeron que estaría en la cola para comenzar un nuevo reclamo nuevamente en Oregon, pero debido a que había reclamado otro estado a través de su solicitud de California, tuvo que hacerlo por teléfono.

"He estado tratando de llamar al servicio desempleo de Oregon las últimas semanas. Esta mañana, mi esposa y yo llamamos 50 veces cada uno, y siempre están ocupados. No sé cómo puedes comunicarte por teléfono en este momento", afirmó.

"Es un proceso realmente aterrador y agotador. Seguir llamando y que te digan que vuelvas a llamar o no puedes comunicarte. Todos necesitamos una red de seguridad cuando caemos y no existe", recordó.

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"La gente ahora se ha dado cuenta de que no importa quién eres o lo que hayas logrado en tu vida profesional: puedes ser vulnerable a este tipo de precariedad", dijo.

"Sí, necesitamos un alivio inmediato. El proyecto de ley de alivio de diciembre no fue suficiente. Pero también, debemos mirar hacia el tipo de cambios estructurales que se requieren para que nadie tenga que pasar por esto nuevamente", concluyó.