El mercado laboral sumó 372,000 puestos de trabajo en junio, informó este viernes el Departamento de Trabajo, un número menor al registrado en el mismo mes de hace un año, pero que aún así muestra indicios de que el crecimiento económico se mantiene sólido pese al miedo a una recesión inminente por la alta inflación.
La tasa de desempleo en junio se mantuvo por cuarto mes consecutivo en el 3.6%, lo que puede influir en la política de la Reserva Federal de subidas agresivas de las tasas de interés para combatir el encarecimiento de precios, factor fundamental de quienes temen que la economía se dirija hacia una crisis.
En junio de 2021, se creó una mayor cantidad de empleos, pero esto ocurrió en el contexto de una vigorosa recuperación económica tras la crisis de la pandemia del COVID-19.
El contexto actual difiere totalmente. El crecimiento económico ha sido negativo durante dos trimestres consecutivos, mientras la inflación alcanzó su punto máximo en cuatro décadas y las ventas de viviendas han caído debido a que la Reserva Federal ha aumentado los costos de los préstamos.
La mayoría de los nuevos puestos de trabajo se produjeron en los servicios profesionales y empresariales, el ocio, la hostelería y la atención sanitaria, según el departamento.
Sin embargo, los datos muestran que muchas empresas continúan contratando, con aproximadamente dos puestos de trabajo disponibles por cada trabajador desempleado. Y la cantidad de personas que buscan beneficios de desempleo, un indicador de despidos y un indicador temprano de una recesión, sigue muy por debajo de los promedios históricos, aunque haya aumentado recientemente.
La Administración de Joe Biden ha dado señales que busca desacelerar el crecimiento del empleo, al menos modestamente, para enfriar la economía y frenar la alta inflación. Los funcionarios han tratado de presentar cualquier retroceso en la contratación como parte de una transición bienvenida hacia una economía más sostenible que ayudará a mantener los precios.
Que aumente el empleo, pero en cifras más bajas, “será una señal de que estamos avanzando con éxito hacia la siguiente fase de recuperación” que es “estable y constante”, dijo el jueves un alto funcionario de la Casa Blanca.
Los riesgos de una recesión
Sin embargo, es probable que la transición llegue con inconvenientes. Si, por ejemplo, los recortes de tasas de la Reserva Federal terminan por ralentizar demasiado el crecimiento, como temen muchos analistas, la economía podría entrar en recesión el próximo año. Ya son evidentes los signos de una desaceleración. En mayo, el gasto del consumidor, ajustado por inflación, cayó por primera vez desde diciembre. Las ventas de viviendas usadas han caído casi un 9% respecto a hace un año.
Y algunas empresas están anunciando despidos o han pausado la contratación. En particular, varios grandes minoristas, incluidos Walmart y Amazon, han dicho que contrataron en exceso durante la pandemia, y Walmart redujo su plantilla por desgaste.
Tesla está recortando alrededor del 3.5% de su plantilla total. Netflix ha despedido a unos 450 empleados después de que reportó una pérdida de suscriptores por primera vez en más de una década. El minorista de automóviles en línea Carvana y las empresas de bienes raíces Redfin y Compass también han anunciado recortes de empleos.
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El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha mantenido la esperanza de que la economía continúe expandiéndose incluso cuando el Banco Central aumenta los costos de los préstamos. Pero Powell también ha reconocido que factores extranjeros, como la invasión rusa de Ucrania, que ha elevado los precios de la gasolina y los alimentos, dificultarán que se pueda evitar una recesión.
El mes pasado, admitió que una recesión “no es nuestro resultado previsto, pero ciertamente es una posibilidad”.
Cómo están los salarios
El informe de empleos del viernes para junio también brinda una actualización sobre el crecimiento del salario promedio. Los aumentos salariales se han debilitado en los últimos meses, pero aún se encuentran en niveles mucho más altos que antes de la pandemia.
Ganancias salariales más pequeñas también podrían ayudar a moderar la inflación. Reduciría la presión sobre las empresas, particularmente las pequeñas empresas, que generalmente tienen márgenes de ganancia más pequeños, para aumentar los precios para cubrir sus costos laborales más altos. En los últimos tres meses, el salario promedio por hora aumentó a una tasa anual de alrededor del 4.5%, por debajo del ritmo del 6% a finales del año pasado.
Los economistas también observarán de cerca la proporción de estadounidenses que trabajaban o buscaban trabajo en junio. Esa cifra ha aumentado sustancialmente desde hace un año, del 61.6% al 62.3%, pero aún está un punto porcentual por debajo de su nivel previo a la pandemia.
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Un aumento en el número de personas en la fuerza laboral aliviaría la escasez de mano de obra y podría facilitar que los empleadores cubran puestos de trabajo sin tener que ofrecer aumentos salariales significativos. Cualquier tendencia de este tipo ayudaría a aliviar las presiones inflacionarias.