El ambicioso plan de infraestructura que presentó el presidente, Joe Biden, el miércoles pasado va mucho más allá de la construcción de puentes y caminos: incluye fondos para generar energía limpia, conectar todo el país a Internet de alta velocidad y ofrecer más apoyo a cuidadores de adultos mayores y niños. El monto total propuesto es de 2.3 billones de dólares.
El Plan de Trabajo para los Estadounidenses (American Jobs Plan) destinaría 400,000 millones de dólares para los adultos mayores y las personas con discapacidades a través de Medicaid. Con estos fondos, se podría pagar a cuidadores para que visiten a las personas necesitadas en sus hogares, de modo que muchos de ellos ya no necesitarían vivir de manera permanente en hogares para ancianos u otro tipo de instalaciones de estancia prolongada.
"Es un cambio en la percepción de lo que significa la infraestructura", dijo Mary Kay Henry a Yahoo News, presidenta internacional del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios.
Para Henry, la pandemia de coronavirus ha evidenciado la importancia de los trabajadores esenciales para el funcionamiento de la economía, entre ellos las personas que se dedican a cuidar de otros.
Aunque la Administración ha dejado muchos de los detalles del plan al Congreso, uno de los objetivos que se ha planteado es aumentar los sueldos de las personas que provén servicios de cuidado. La mayoría de estas personas son mujeres que pertenecen a minorías, en particular inmigrantes indocumentados que suelen recibir salarios más bajos.
"Desde hace mucho tiempo, las cuidadoras, que en su mayoría son mujeres de color e inmigrantes, han sido invisibilizadas, subvaloradas y mal pagadas", dijo Biden el miércoles durante el discurso en Pittsburgh al presentar su plan.
El cuidado de las personas es uno de los sectores de la economía que más ha crecido durante las últimas décadas. Precisamente en Pittsburgh, una ciudad industrial en transición, los trabajos en el área de la tecnología y la salud han proporcionado una nueva fuente de trabajo para miles de personas que perdieron sus empleos en la industria del acero por la competencia internacional.
Además de los fondos para quienes se dedican a cuidar de los adultos mayores y la infancia, Biden ha propuesto remozar las redes eléctricas, construir puentes y caminos e invertir en energías renovables e Internet de banda ancha en las áreas rurales.
Este plan de ocho años, que sería pagado con un aumento en los impuestos a las corporaciones durante los próximos 15 años, es tan abarcador que ha sido comparado con el New Deal de Franklin Roosevelt, impulsado en la década de 1930 o el Great Society de Lyndon Johnson, en la década de 1960.
Llevar el Internet de banda ancha a todos los rincones del país
Durante la pandemia, el teletrabajo por Internet se convirtió en una necesidad para un sinnúmero de compañías y sus empleados. Las escuelas también recayeron en esta tecnología para seguir operando por vía remota. Pero al menos 30 millones de personas en las áreas rurales del país no tienen acceso a un Internet de alta velocidad y hay millones más que no pueden pagarlo.
Biden ha propuesto destinar alrededor de 100,000 millones de dólares para extender a las comunidades rurales la red de fibra óptica que lleva el Internet de banda ancha.
En una referencia a la Ley de electrificación rural en la década de los años 1930, tras la gran depresión, Biden llamó el Internet "la nueva electricidad", que se ha vuelto necesaria para todos los estadounidenses.
La propuesta busca abaratar el precio del Internet incentivado la competencia y construyendo redes que sean propiedad de gobiernos locales, cooperativas y organizaciones sin fines de lucro. Aunque no ofrece más detalles sobre cómo se lograría esto.
El Gobierno federal ya gastó más de 47,000 millones de dólares entre 2007 y 2017 tratando de llevar el Internet de banda ancha a las comunidades más remotas, según un reporte gubernamental.
Para algunos expertos la política de Internet rural de Estados Unidos ha sido un error. "Mucho de lo que tenemos es muy lento", dijo a The Associated Press Gigi Sohn, un funcionario de la Comisión Federal de Comunicaciones en la Administración Obama.
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La Casa Blanca ha dicho ahora que quiere redes "preparadas para el futuro" en "áreas desatendidas y subatendidas", para no tener que reconstruirlas años después porque están desactualizadas.
Tampoco está claro exactamente qué significa eso en términos de qué tipo de red deberá construirse y en dónde. Muchos republicanos se oponen a financiar proyectos de Internet en lugares que ya cuentan con una red, aunque esta sea muy lenta, algo que llaman "sobreconstrucción".
¿El plan de infraestructura de Biden tiene futuro en el Congreso?
La inversión en infraestructura es una oportunidad única para Biden de tener éxito en un tema en el que sus dos predecesores, Barack Obama y Donald Trump, hicieron grandes promesas que nunca llegaron a materializarse.
Sin embargo, la propuesta ya ha enfrentado críticas tanto de la derecha como de la izquierda, en un momento en el que los demócratas tienen un escaso margen en la Cámara de Representantes y uno más estrecho todavía en el Senado, donde están divididos 50 contra 50 con el voto de la vicepresidenta, Kamala Harris, para el desempate.
A los republicanos les preocupa el tamaño y la amplitud del plan y se han pronunciado en contra de que aumenten los impuestos a las corporaciones.
"Cuando la gente piensa en infraestructura, piensa en carreteras, puentes, puertos y aeropuertos. Esa es una parte muy pequeña de lo que han presentado como un paquete de infraestructura", dijo Blunt en la cadena ABC. "El otro 70% del paquete, más o menos, no tiene mucho que ver con la infraestructura", agregó.
Algunos demócratas moderados también han mostrado preocupación por el elevado precio del plan y el aumento que conllevaría en los impuestos y la deuda pública, mientras que para otros demócratas del ala progresista el paquete no sería suficiente.
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“El presidente nos ha hecho una propuesta seria. Hay que trabajar mucho más en ese sentido”, dijo el senador de Vermont Bernie Sanders en la cadena CNN. “Estamos detrás de muchos otros países de todo el mundo en la prestación de servicios para las familias trabajadoras, los ancianos y los niños”, agregó.
El representante Ritchie Torres, demócrata por Nueva York, dijo por su lado a la cadena CBS que los fondos para vivienda pública deberían ser del doble.
El presidente necesitaría el apoyo de todos los demócratas en el Senado y de al menos 10 republicanos para aprobar la ley, a menos de que usaran un procedimiento especial conocido como reconciliación presupuestaria por el que podrían aprobarla con una mayoría simple, algo que no han descartado llevar cabo.
Con información de Yahoo News, The Associated Press y The Wall Street Journal.