Por Christopher Rugaber - The Associated Press
Los datos de empleo anunciados por el Gobierno este viernes reflejan una desaceleración de las contrataciones con 261,000 nuevos puestos de trabajo en octubre, por debajo de los 372,000 registrados en septiembre. Sin embargo, el mercado laboral sigue fuerte.
Esta cifra se acogida con los brazos abiertos por la Reserva Federal (Fed), que hace dos días anunció una subida de las tasas de interés de 0.75 puntos porcentuales, el sexto aumento consecutivo en lo que va de año, en un nuevo esfuerzo por atajar la descontrolada inflación, que está en máximos desde hace cuatro décadas.
La proporción de nuevos empleos es una señal de que el mercado laboral sigue estando en plena forma y que las empresas mantienen la necesidad de cubrir vacantes. Pero si la cifra es superior a la esperada, significaría que los salarios que se ofrecen siguen siendo altos, lo que continuará alimentando la inflación.
El encarecimiento de la economía está golpeando con fuerza millones de hogares y se ha convertido en uno de los temas centrales de las elecciones legislativas de mitad de mandato que se celebrarán el 8 de noviembre ante la preocupación de los votantes. Esta situación también ha servido para que los candidatos republicanos de todo el país ataquen a los demócratas ante su incapacidad por controlar la inflación, en su estrategia por recuperar el control del Congreso.
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Estas coyunturas ponen de manifiesto los retos a los que se enfrenta la Fed al subir las tasas de interés al ritmo más rápido desde principios de los años ochenta para tratar de reducir la inflación. Una tasa de desempleo baja y unas ganancias salariales fuertes son buenas para los trabajadores. Pero los aumentos salariales considerables, sobre todo si no incrementan la eficiencia de los trabajadores, pueden contribuir a una mayor inflación.
En una conferencia de prensa el miércoles, el presidente del banco central, Jerome Powell, señaló que la solidad del mercado laboral está alimentando las presiones inflacionarias, ya que las empresas buscan atraer y mantener a los trabajadores aumentando los salarios. En septiembre, los salarios medios aumentaron más del 6% con respecto a los 12 meses anteriores, según el Banco de la Reserva Federal de Atlanta. Se trata del ritmo más rápido en 40 años, aunque sigue siendo inferior a la inflación.
La subida de las tasas de interés tienen un impacto en el valor de las hipotecas y los préstamos, cada vez más costosos y tensando el riesgo a que la economía entre en recesión.
Los responsables de la política monetaria de la Fed abrieron la puerta el miércoles a la posibilidad de una menor subida de tasas cuando se reúnan en diciembre. Pero Powell subrayó que para controlar la inflación, el banco central probablemente tendrá que subirlos lo suficiente como para debilitar el mercado laboral. Eso podría significar que la contratación se ralentice en los próximos meses o incluso que muchos empresarios recorten puestos de trabajo y aumente el desempleo.
“El panorama más amplio es el de un mercado laboral sobrecalentado en el que la demanda (de trabajadores) supera sustancialmente la oferta”, insistió Powell.
Los responsables de la política económica quieren ver señales de que el crecimiento del empleo y los salarios se están suavizando, dijo, “pero no veo el caso de un ablandamiento real todavía”.
Muchos economistas afirman que los salarios tienden a seguir la inflación al alza, ya que los trabajadores tratan de mantenerse al día con los aumentos de precios. Esos aumentos salariales, a su vez, pueden mantener la inflación más alta si las empresas trasladan al menos parte de sus mayores costos laborales a sus clientes en forma de precios más altos.
En lo que va de año, la Reserva Federal ha subido su tipo de interés a corto plazo seis veces, desde casi cero a principios de marzo hasta un rango del 3.75% al 4%, el nivel más alto en 14 años.
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Por ahora, la economía sigue creciendo. Se expandió a una tasa anual del 2.6% en entre julio y septiembre, tras haberse contraído en los seis primeros meses del año. Pero gran parte del crecimiento del último trimestre se debió a un repunte de las exportaciones estadounidenses. En cambio, los consumidores -el principal motor de la economía- sólo aumentaron modestamente su gasto por encima de la tasa de inflación.
Con la inflación todavía dolorosamente alta y la Fed haciendo que los préstamos sean cada vez más caros para los consumidores y las empresas, la mayoría de los economistas esperan una recesión para principios del próximo año.
La vivienda ha sido, hasta ahora, la más perjudicada por el aumento de los costes de los préstamos. Las hipotecas a largo plazo se han disparado cerca del 7%, el nivel más alto en dos décadas, mientras que las ventas de viviendas se han desplomado y los precios de las mismas, que antes estaban en alza, han empezado a disminuir.
Muchas empresas tecnológicas también están experimentando una ralentización de sus negocios. El proveedor de servicios de transporte Lyft y la empresa de tecnología financiera Stripe han dicho que están recortando puestos de trabajo. Y el jueves, Amazon dijo que suspendería la contratación en sus oficinas corporativas.
Sin embargo, gran parte del resto de la economía se ha mantenido hasta ahora resistente, con empresas de viajes, restaurantes, fabricación y atención médica que siguen contratando.