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El desplome del banco suizo Credit Suisse hace temblar de nuevo los mercados por temor a una crisis financiera

Las bolsas caen con fuerza por las turbulencias bancarias y el frenazo en el consumo de las familias, que refuerza el riesgo de que la economía caiga en recesión.

Por Elliot Smith, Hannah Ward-Glenton, Sam Meredith — CNBC y Jesse Pound — CNBC

Las acciones de Credit Suisse se desplomaron este miércoles más de un 20% hasta su mínimo histórico (por debajo de dos francos suizos, unos 2.17 dólares) por segundo día consecutivo, después de que uno de los principales inversores de la entidad afirmara que no aportará más fondos a la institución debido a restricciones normativas.

La crisis del banco suizo, que cerró la jornada con una caída del 24%, agravó el miedo en los mercados tras la quiebra el fin de semana de dos entidades en Estados Unidos, afectando sobre todo al sector bancario pero hundiendo en su camino los índices bursátiles: el Dow Jones, por ejemplo, abrió la jornada dejándose 1.3%, y el S&P 1.1%.

Al miedo por el sector bancario se suma el frenazo en el consumo (cuatro décimas en febrero, según el indicador conocido este miércoles) y la caída de la inflación en los precios al por mayor (al 4.6% en febrero, desde el 6% de enero), que apuntan a una recesión.

El origen de la caída de este miércoles fue el anuncio del mayor inversor de Credit Suisse, Saudi National Bank, de que no podrá proporcionar al banco suizo más ayuda financiera, según un informe de la agencia de noticias Reuters: “No podemos porque superaríamos el 10%. Es una cuestión regulatoria”, dijo su presidente, Ammar Al Khudairy. Sin embargo, añadió que su banco está satisfecho con el plan de transformación de Credit Suisse y sugirió que es poco probable que la entidad necesite dinero extra.

El banco nacional saudí adquirió el año pasado una participación del 9.9% en Credit Suisse como parte de la ampliación de capital de 4,200 millones de dólares de la entidad suiza para llevar a cabo una reestructuración masiva destinada a mejorar su rendimiento.

El presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, declinó el miércoles explicar si necesitará ayuda en el futuro. “Estamos regulados, tenemos fuertes ratios de capital, un balance muy sólido", dijo.

Debilidades materiales

Los inversores siguen evaluando sin embargo el anuncio del martes del banco en su informe anual de que ha encontrado “debilidades materiales” en procesos de información financiera de 2022 y 2021.

La comunicación, prevista para el pasado jueves, se retrasó por una llamada a última hora de la Comisión del Mercado de Valores (SEC, en inglés) para una “evaluación técnica de las revisiones previamente divulgadas de los estados de flujos de efectivo consolidados en los ejercicios cerrados el 31 de diciembre de 2020 y 2019, así como de los controles relacionados.”

A finales de 2022, el banco reveló que estaba registrando “retiradas significativamente mayores de depósitos en efectivo, no renovación de depósitos a plazo que vencían y salidas netas de activos a niveles que superaban sustancialmente las tasas del tercer trimestre".

Credit Suisse registró retiradas de clientes por valor de más de 110,000 millones de francos suizos en el cuarto trimestre, entre una serie de escándalos, riesgos heredados y fallos de cumplimiento.

Caen las acciones

La fuerte caída de Credit Suisse sacudió unos mercados que ya se tambaleaban tras las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank la semana pasada en Estados Unidos.

First Republic Bank, uno de los bancos más zarandeados en Estados Unidos por esta crisis financiera, perdió más de un 17%. KeyCorp cayó más de 6% y Huntington Bancshares se dejó más de un 4%. También los grandes bancos como Wells Fargo, Citi, JPMorgan y Goldman sufrieron bajadas notables.

Aunque las dificultades de Credit Suisse no parecen estar relacionadas con los bancos estadounidenses, la combinación de ambos problemas podría provocar un examen más amplio del sistema bancario entre los inversores, según Peter Boockvar, de Bleakley Financial Group.

“Lo que esto nos dice es que existe la posibilidad de que los bancos se embarquen en una gran contracción del crédito [para] centrarse más en reforzar sus balances que en conceder préstamos”, explicó, "los mercados se replantean sus balances. Y hay que preguntarse si muchos de estos bancos van a tener que empezar a captar capital”.