IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

EE.UU. crea 530,000 nuevos empleos pese al miedo a una recesión y recupera con su fuerza los niveles anteriores a la pandemia

La tasa de desempleo baja al 3.5% desafiando con su fortaleza a la inflación, las caídas del producto interior bruto y las agresivas subidas de tasas de interés de la Reserva Federal.
/ Source: The Associated Press

La economía estadounidense generó 528,000 nuevos empleos en julio, por encima de las previsiones de los expertos, y la tasa de desempleo bajó una décima hasta el 3.5%, al nivel en el que estaba antes del golpe económico de la pandemia de coronavirus en 2020, según publicó este viernes por el Departamento del Trabajo.

El crecimiento del empleo fue generalizado, liderado por el ocio y la hostelería, los servicios profesionales y la atención sanitaria. La cifra de desempleados se redujo a 5.7 millones después de que las contrataciones de julio superaran casi 400,000 de junio.

En lo que va de año la creación de empleos, a un promedio de 457,000 al mes, ha resistido el aumento desenfrenado de la inflación, la subida de las tasas de interés aprobada por la Reserva Federal para hacerle frente, y los crecientes temores a que eso desate una recesión. Mes a mes, las empresas siguen contratando a un ritmo que supera las expectativas de la mayoría de economistas.

Temor a una recesión

La economía estadounidense se contrajo en los dos primeros trimestres de 2022, pero la mayoría de los economistas creen que la solidez del mercado laboral ha evitado que entre en recesión.

“Cuando observamos el mercado laboral, vemos amplios indicios de grietas que comienzan a mostrarse”, dijo Sarah House, economista de Wells Fargo, a la agencia The Associated Press. “Las condiciones generales no son tan fuertes como hace tres o seis meses”, remarcó.

[¿Estamos en recesión? Aún no, aunque la economía se contraiga]

Según la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, en inglés), el grupo privado de investigación no partidista que designa las etapas de contracción económica a partir de varios indicadores, una recesión es “un descenso significativo de actividad económica que se extiende por toda la economía y dura más de unos meses”.

Este descenso puede ser visible en la producción industrial, empleo, ingresos, comercio mayorista y minorista, y sueldos, pero el comité espera a que concluya un ciclo para determinar si es una recesión.

La resistencia del mercado laboral, especialmente la baja tasa de desempleo, es la principal razón por la que la mayoría de los economistas no creen que haya comenzado una recesión, aunque temen cada vez más que esté en camino. La historia no es del todo tranquilizadora: la tasa de desempleo era de 3.5% cuando comenzó una recesión de 11 meses en diciembre de 1969.

Las cifras publicadas el viernes tienen, por supuesto, implicaciones políticas: el aumento de los precios y el riesgo de recesión probablemente pesarán en los votantes en las elecciones de medio término de noviembre, cuando los demócratas del partido del presidente, Joe Biden, tratan de mantener el control del Congreso.

La inflación no es solo un problema estadounidense. El Banco de Inglaterra, por ejemplo, proyectó el jueves que la quinta economía más grande del mundo entraría en recesión a finales de año.

La guerra de Rusia en Ucrania ha oscurecido el panorama en toda Europa. El conflicto ha hecho que los suministros de energía escaseen y ha elevado los precios. Los países europeos se preparan para la posibilidad de que Rusia siga reduciendo, y tal vez cortando por completo, los flujos de gas natural, que se utiliza para alimentar fábricas, generar electricidad y calentar los hogares en invierno.