Por Jason Abbruzzese y Kevin Collier - NBC News
Una moneda digital estadounidense está en el horizonte.
El Gobierno de Joe Biden está apoyando la investigación y el desarrollo de una “moneda digital del banco central de Estados Unidos”, o CBDC.
La medida forma parte de una amplia orden ejecutiva que el presidente firmó este miércoles, en la que se insta al Gobierno federal para que explore los posibles usos y regulaciones de activos digitales como las criptodivisas.
“Mi Administración concede la máxima urgencia a los esfuerzos de investigación y desarrollo de las posibles opciones de diseño y despliegue de un CBDC de Estados Unidos”, dice la orden ejecutiva.
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La orden pide a una amplia variedad de organismos que comiencen a investigar y presenten informes sobre una serie de cuestiones relacionadas con las monedas digitales, desde el diseño y la seguridad hasta las repercusiones financieras y sociales.
“Sabemos que las implicaciones de la posible emisión de un dólar digital son profundas. Son extraordinariamente amplias”, explicó un alto funcionario de la Administración a los periodistas en una llamada el martes.
Aunque una moneda digital estadounidense no cambiaría necesariamente mucho en términos de experiencias cotidianas como la compra de bienes y servicios, los economistas señalan que podría transformar la banca central y comercial, así como las sanciones gubernamentales, la accesibilidad bancaria y los impuestos.
“El potencial es enorme y muy interesante”, apuntó David Yermack, profesor y director del departamento de finanzas de la Universidad de Nueva York.
La orden ejecutiva pedirá al Gobierno que investigue las necesidades técnicas de una moneda digital y abogará por que la Reserva Federal (Fed) continúe su investigación y desarrollo, según una hoja informativa publicada por la Casa Blanca.
La Reserva Federal publicó en enero un documento parlamentario sobre la posible creación de una CBDC que complementaría los sistemas de pago existentes. En él se concluía que esta medida podría abaratar y facilitar los pagos a los consumidores, pero también podría suponer un riesgo para la estabilidad del sistema financiero estadounidense.
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Estados Unidos no sería el primer país con una moneda digital. China ha introducido su propia CBDC y a cuenta con más de 140 millones de personas que han abierto “carteras” digitales. Muchos otros países han puesto en marcha o están desarrollando monedas digitales. El dólar de arena de las Bahamas está considerado como una de las monedas digitales más exitosas del mundo.
Yermack dijo que la medida del Gobierno de Biden apuntaba a algo inevitable debido a la tendencia global hacia las monedas digitales.
“No es una cuestión de sí o no, sino de cuándo. Una vez que los bancos centrales empiecen a adoptar la tecnología, se acabó el juego”, opinó.
Las monedas digitales también abren nuevas posibilidades para las políticas del Gobierno, según Michael Bordo, profesor de economía y director del Centro de Historia Monetaria y Financiera de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey.
Una moneda digital podría hacer que el tipo de pagos de estímulo de la pandemia de coronavirus fuera casi instantáneo y mucho más eficiente y llegaría a las personas que hasta ahora han estado excluidas de los servicios bancarios.
Bordo señaló la moneda digital de Bahamas como ejemplo de cómo pueden beneficiarse las personas sin cuenta bancaria.
“Descubrieron que funcionaba de verdad, e idearon formas de hacerlo realmente sencillo, porque hay mucha gente de muy bajos ingresos que no tiene cuentas bancarias”, recordó Bordo.
Además de los beneficios para el consumidor, una moneda digital estadounidense ofrecería a la Reserva Federal una nueva herramienta sobre la que los economistas sólo han teorizado anteriormente: los tipos de interés negativos.
El control de los tipos de interés es la principal forma que tiene la Reserva Federal de estimular o enfriar la economía, pero tiene sus límites. Los bancos sólo pueden bajar los tipos de interés del dinero normal hasta un punto determinado, conocido como límite cero, lo que deja a los bancos centrales con pocas opciones cuando los tipos de interés ya son bajos y la economía necesita un impulso.
Con una moneda digital, el límite cero no existe, lo que permite actuar con agresividad cuando es necesario.
“Si el dinero es electrónico, el Gobierno puede simplemente borrar el 2% de su dinero cada año. Creo que esto se va a convertir en una necesidad sólo por los cambios demográficos en el mundo”, explicó Yermack.
Bordo también señaló los tipos negativos como una característica importante de las monedas digitales.
“Creo que es algo que podría cambiar las reglas para la Fed”, afirmó.
A pesar de todas las posibilidades teóricas, una moneda digital estadounidense se enfrenta a muchos obstáculos. Bordo señaló que los bancos comerciales tienen un gran interés en oponerse a esta tecnología.
“Conseguir que esto salga adelante va a ser un gran proyecto”, opinó.
Sin embargo, el impulso de las monedas digitales respaldadas por los Gobiernos es cada vez mayor. Yermack ha asesorado a los principales Gobiernos que buscan iniciar sus propias monedas a medida que más países adoptan las suyas. “Los otros probablemente la van a daoptar en efecto dominó muy rápidamente", afirmó.
“Hace dos años todo el mundo ridiculizaba esto. Ahora es lo que está de moda”, señaló Yermack.