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El acuerdo sobre el techo de la deuda supera reto en la Cámara de Representantes y será votado

El proyecto de ley superó un primer obstáculo pese a la resistencia de los miembros más radicales del Partido Republicano, que lo han criticado por considerar que no logra suficientes recortes del gasto público.

El acuerdo para elevar el techo de la deuda pasó este martes su primera prueba de fuego en el Comité de Reglas de la Cámara de Representantes, tras ser aprobado por 7 votos a favor y 6 en contra para ser sometido a votación en el pleno, probablemente este miércoles.

Los representantes republicanos Ralph Norman, por Carolina del Sur, y Chip Roy, por Texas, y los cuatro demócratas en el comité votaron en contra del acuerdo.

El presidente, Joe Biden, había dicho sentirse “bien” con las condiciones del acuerdo alcanzado con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, republicano por California.

Biden dedicó gran parte del fin de semana feriado por Memorial Day a hablar por teléfono con legisladores de ambos partidos y buscar el apoyo necesario para que el pacto sea respaldado.

The U.S. Capitol Building
El Capitolio en Washington el 30 de mayoAnna Moneymaker / Getty Images

Un sector del ala dura del Partido Republicano ha criticado el acuerdo por no incluir los profundos recortes de gastos que exigía, mientras que congresistas liberales han censurado algunos cambios introducidos, como los nuevos requisitos laborales para los cupones de comida.

“Me siento muy bien al respecto”, declaró Biden a los periodistas este lunes, cuando abandonaba Washington D.C. para dirigirse a su casa en Delaware. “He hablado con un montón de gente y me siento bien”, dijo. Entre las personas con las que conversó estuvo el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, un antiguo socio en los grandes acuerdos bipartidistas que se ha quedado fuera de este.

A los demócratas progresistas que expresaron su preocupación por el acuerdo les transmitió un mensaje sencillo: “Hablen conmigo”.

Mientras los legisladores evalúan el proyecto, de 99 páginas, se espera que pocos estén plenamente satisfechos con el resultado final. Pero Biden y McCarthy confían en conseguir el apoyo mayoritario del centro político, una rareza en un Congreso dividido, para unirse en la votación en el pleno y evitar un catastrófico impago federal.

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McCarthy reconoció que el reñido compromiso con Biden no será “el 100% de lo que todo el mundo quiere”, ya que lidera una exigua mayoría en la Cámara y necesita a los conservadores del ala dura.

Ante el posible rechazo de sus filas, McCarthy tendrá que contar con más de la mitad de los demócratas y la mitad de los republicanos de la Cámara para impulsar la aprobación del proyecto de ley.

En líneas generales, este paquete es un compromiso que impondrá algunas reducciones del gasto para los próximos dos años junto con una suspensión del límite de la deuda hasta enero de 2025, empujando la volátil cuestión política más allá de las elecciones presidenciales del año que viene. Elevar el límite de la deuda, que actualmente asciende a 31 billones de dólares, permitirá al Tesoro seguir endeudándose para pagar las facturas ya contraídas.

Las cuestiones políticas son las que suscitan más objeciones entre los legisladores. Los legisladores liberales lucharon duro, pero no pudieron detener los nuevos requisitos de trabajo para las personas de 50 a 54 años que reciben asistencia alimentaria del Gobierno y que, por lo demás, son aptas sin dependientes. Los republicanos lo exigieron como parte del acuerdo, pero algunos dicen que los cambios en el programa de cupones de alimentos no bastan.

Los republicanos también presionaron para que se reforzaran los requisitos laborales para la asistencia sanitaria y otras ayudas; Biden se negó a aceptarlos.

Por otro lado, se han planteado dudas sobre una disposición inesperada que básicamente otorga la aprobación del Congreso al gasoducto de Mountain Valley, un proyecto de gas natural importante para el senador Joe Manchin, demócrata de West Virginia, al que se oponen muchos demócratas y otros.

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Al mismo tiempo, los republicanos conservadores, incluidos los del Freedom Caucus de la Cámara de Representantes, dicen que el recorte presupuestario no es suficiente para contar con su apoyo.

“Nadie que diga ser conservador podría justificar un voto por el SÍ”, escribió en la red social Twitter el representante Bob Good, republicano por Virginia.

Norman había considerado el acuerdo "una locura” y había dicho que “no voy a votar para quebrar nuestro país”, agregó.

En conjunto, el paquete mantendría el gasto prácticamente estable para el próximo año, al tiempo que permitiría aumentos para las cuentas militares y de veteranos.

El Comité de Reglas tiene tres miembros del influyente Freedom Caucus que muy bien podrían tratar de bloquear el avance del paquete, obligando a McCarthy a confiar en los demócratas para asegurar que el proyecto de ley pueda ser enviado al Pleno.

La Cámara de Representantes tiene previsto votar el miércoles y enviar el proyecto de ley al Senado, donde el líder de la mayoría, Chuck Schumer, junto con McConnell, están trabajando para lograr una rápida aprobación a finales de semana.

Los senadores, que se han mantenido al margen durante gran parte de las negociaciones entre Biden y McCarthy de la Cámara, han empezado a intervenir con más fuerza en el debate.

Algunos senadores insisten en introducir enmiendas para remodelar el paquete tanto desde la izquierda como desde la derecha. Esto podría requerir largos debates que retrasarían la aprobación final del acuerdo.

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El senador demócrata Tim Kaine está “muy decepcionado” por la disposición que da luz verde al controvertido oleoducto Mountain Valley Pipeline, según informó en un comunicado. Tiene previsto presentar una enmienda para eliminar la disposición del paquete.

El senador republicano Lindsey Graham se quejó de que los aumentos del gasto militar no son suficientes. “Utilizaré todos los poderes de que dispongo en el Senado para que se vote una enmienda que deshaga esta catástrofe para la defensa”, tuiteó.

Pero a estas alturas parece poco probable que se introduzcan cambios con tan poco tiempo por delante. El Congreso y la Casa Blanca se apresuran a cumplir el plazo del lunes, ahora a menos de una semana. Es entonces cuando la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha dicho que Estados Unidos se quedaría sin liquidez y se enfrentaría a un impago de deuda sin precedentes que aplastaría con toda seguridad la economía estadounidense y se extendería por todo el planeta, ya que la confianza del mundo en la estabilidad del dólar y el liderazgo del país quedarían en entredicho.

Con información de Associated Press y NBC News.