Mientras miles de personas se encerraban en casa ante las fuertes nevadas que azotaron la semana pasada al estado de Texas, la repartidora Chelsea Timmons entregaba su último pedido en Austin.
Esta mujer de 32 años se encontraba repartiendo comida con la idea de hacer “algo de dinero extra”, señaló hace unos días en su cuenta de la red social Facebook. Tenía planeado volver a su casa a mediodía, luego de hacer algunas entregas por la mañana, antes de que cayera la nieve el domingo pasado por la noche.
Era San Valentín y Timmons solo tenía la intención de beber un poco de vino, comer un poco de chocolate y esperar a que pasara la tormenta, detalló en Facebook. Pero las cosas no salieron como las planeó.
El tiempo ya era malo y el piso estaba resbaladizo por el hielo, por lo que tardó más de una hora en llegar a su destino. Alrededor de las 11 de la mañana comenzó a bajar una pendiente “con mucha preocupación” en su auto, pero cuando intentó frenar el vehículo siguió impasible su camino cuesta abajo.
“Entré en pánico y frené de golpe, pero mi coche siguió avanzando por el camino de entrada. Me di cuenta de que había perdido el control”, describió.
Timmons cerró los ojos mientras el auto se deslizaba hacia una casa. Cuando los abrió de nuevo, ya se había estrellado contra un árbol. Afortunadamente, tanto ella como el coche salieron ilesos.
Llamó a la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA, por sus siglas en inglés) porque su Toyota Rav4 estaba atascado y, tras horas esperando a que llegara una grúa, esta le dijo que su ubicación era “inaccesible debido a las condiciones actuales”.
Fue entonces cuando Nina Richardson y Doug Condon, la pareja que había pedido la comida, acogieron a Timmons.
“Me invitaron a entrar y, por supuesto, en ese momento me sentía muy incómoda al entrar en la casa de un extraño. Pero fueron muy amables”, contó la mujer a la cadena CNN. “Cuando me invitaron a pasar, me senté con mi mascarilla en su cocina durante unas dos horas”, agregó.
Siguieron pasando las horas y la grúa no llegaba. "En algún momento nos dimos cuenta de que probablemente íbamos a tener un huésped durante unos días, lo cual estaba bien", aseguró Condon a la cadena NBC News.
“Ella se convirtió en una especie de parte de la familia rápidamente”, añadió Richardson a CNN.
“Todas las mañanas me decían: 'No te preocupes, quédate un poco más'. Entonces iba a mi habitación y derramaba lágrimas de alegría”, describió en Facebook.
Timmons aseguró que, debido a que la pareja conservó el agua y electricidad, estaban “limpios y calientes”. Además tenían la comida que ella misma les entregó.
Tras cinco días con su familia adoptiva, Timmons pudo volver a su casa en Houston el pasado viernes.