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Los residentes de Jackson, Mississippi, llevan un mes sin agua y ya temen el próximo apagón

Gran parte de Jackson, donde algunas de las tuberías son anteriores a la Gran Depresión de 1929, todavía permanece bajo la advertencia de hervir el agua antes de usarla tras el temporal de febrero. Muchos residentes ya se preparan para el siguiente corte de suministros en una ciudad con graves deficiencias estructurales.

Por Bracey Harris - NBC News

JACKSON, Mississippi — Cuando Vince Gordon se quedó sin agua en su casa en el sur de Jackson a mediados de febrero se cortó el suministro eléctrico, la temperatura bajó de los 20 grados y las carreteras eran intransitables

Su familia se acurrucó con un generador y la reserva de agua que habían comprado antes de la llegada de la tormenta invernal. Al final de la semana, el hielo se había derretido. Pero cuando abrieron el grifo, no salió nada.

Durante gran parte de la ciudad, se mantuvo así durante tres semanas. Y aunque Jackson anunció el viernes que se había restaurado la mayor parte del servicio de agua de la ciudad, la crisis no ha terminado.

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En el Centro de Aprendizaje de Conexión Global, una guardería que atiende a 59 niños, todavía hay cinta adhesiva sobre los lavabos para asegurarse de que los pequeños no los usen, ya que gran parte de Jackson permanece bajo la advertencia de hervir el agua antes de usarla.

En su lugar, los miembros del personal lavan las manos de los niños pequeños y los platos del centro con agua embotellada. Nancy Sylvester, la directora del centro, se lleva a su casa en Clinton los  baberos y las fundas de cuna para lavarlos

En el punto más álgido de la crisis, se estimó que al menos 40,000 residentes en Jackson y la vecina Byram se habían quedado sin agua. Aunque los residentes ya no derriten la nieve ni recolectan agua de lluvia en baldes para poder descargar los inodoros, las autoridades aún no han confirmado que la mayor parte del agua de la ciudad sea potable. Este tema se ha convertido en una quimera diaria para muchos.

La vida en estos días se trata de "simplemente conseguir agua y tratar de que esté bien", afirmó Alonzo Mabry, residente del sur de Jackson, quien ha estado recorriendo la ciudad en busca de agua embotellada gratuita para su madre de 94 años, que está postrada en cama.

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Los funcionarios esperan comenzar a levantar el aviso de hervir el agua la próxima semana, pero los desafíos persisten. En ausencia de una reforma de lo que el alcalde de Jackson, Chokwe Lumumba, ha llamado una infraestructura similar a la de un "crocante de maní quebradizo", y de los cientos de millones de dólares para hacerla realidad, se avecina la amenaza de la próxima interrupción del suministro.

Distribución de agua en Jackson, Mississippi.
La profesora de física de la escuela secundaria Provine, Raven Thompson, toma una caja de agua potable embotellada para colocarla en un vehículo de un residente de Jackson, Mississippi, el jueves 11 de marzo de 2021.AP Photo/Rogelio V. Solis

Aunque las olas de frío anteriores han provocado roturas en las tuberías de agua, los lugareños afirman que los problemas de este año han sido de los peores en la historia reciente. Danyelle Holmes, directora de campo de la Campaña de los Pobres y residente de Jackson, pasó gran parte del último mes ayudando a distribuir agua en la ciudad. Vieron anuncios de organizaciones benéficas internacionales que mostraban a familias y niños pequeños llenando baldes y jarras con agua. Algo que estaba sucediendo en casa.

A Holmes no le sorprende que se estropeara la infraestructura, en una ciudad donde algunas de las tuberías son anteriores a la Gran Depresión de 1929.

Jackson es una ciudad con un problema de infraestructura estimado en 2,000 millones - el coste de las reformas atrasadas del sistema de agua y alcantarillado - y que cuenta con un presupuesto anual de 300 millones. El 25% de los residentes de Jackson viven por debajo del umbral de pobreza.

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Los ingresos medios de la ciudad están algo por debajo de los 39,000 dólares anuales. Aunque es la ciudad más grande de Mississippi, Jackson, donde el 82% de los residentes son personas negras, sufre grandes problemas, ya que décadas de huida de la población blanca blancos ha mermado la economía de la ciudad.

“Todo esto le sucedió a personas que no tienen la culpa y, sin embargo, tienen que sufrir”, recordó Holmes.

Durante años, la ciudad ha luchado para cobrar las facturas de agua atrasadas de los residentes, mientras que los lugareños han informado recibir facturas astronómicas de 1,000 dólares o más. En 2014, los votantes aprobaron un impuesto adicional sobre las ventas del 1% para realizar mejoras. Eso ha llevado a la ciudad de 13,000 millones de dólares a 15 millones anuales para mejoras, pero aún se queda corto.

El director de Obras Públicas de Jackson, Charles Williams, declaró el jueves que su principal prioridad es asegurarse de que los residentes vuelvan a tener agua corriente segura. Pero también ha pasado tiempo presionando para obtener fondos del estado que podrían ayudar a prevenir crisis futuras.

"Esto no ha terminado todavía", avisó.

El último capítulo de la ciudad en una larga historia de problemas de infraestructura comenzó el 15 de febrero, cuando una tormenta invernal azotó Mississippi y gran parte del sur del país.

En Jackson, se congeló la maquinaria de la planta de agua de la ciudad. A esa avería le siguió una caída abrupta en la presión del agua, que gravó aún más el suministro de la ciudad, ya que los residentes mantuvieron goteando los grifos tratando de evitar que las tuberías se congelaran.

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El retorno gradual de la presión a medida que las temperaturas subieron resultó demasiado para la infraestructura de Jackson. Hubo casi 100 rupturas de tuberías de agua confirmadas en la ciudad, provocando otro gran revés para los ciudadanos y las autoridades.

Una grupo de ciudadanos formó equipo de respuesta rápida para suministrar agua a los residentes. Los organizadores también brindaron asistencia en efectivo a los lugareños que habían faltado al trabajo debido a la tormenta o que tenían dificultades para comprar más comida, una vez que los alimentos de los que disponían se echaron a perder cuando se cortó la luz.

Natt Offiah, un voluntario de este grupo, monitoreó la línea directa del grupo. Una mujer que llamó durante varios días para pedir ayuda se mostró incrédula cuando se enteró de que la asociación no era parte de una respuesta dirigida por el Gobierno. Las tuberías habían estallado en su casa y estaba desesperada por recibir ayuda para quedarse en un hotel.

Mientras el grupo trabajaba para recolectar donaciones para alojarla, ella le dijo a Offiah que nunca había oído hablar de una agencia estatal o federal que usara métodos como Cash App para entregar fondos de ayuda. Preguntó si eran una estafa.

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“Pensé que este era el Gobierno. ¿Sabes si el estado está haciendo algo?", preguntó a Offiah.

Pasó casi una semana hasta que llegó la Guardia Nacional para distribuir agua.

"En este momento, nosotros somos todo lo que hay", le contestó Offiah, recordando que "su estado de ánimo cambió de la ira a la frustración y un poco de conmoción" y que su decepción apuntaba "hacia la falta de respuesta estatal”.

Bailey Martin, portavoz de la oficina del gobernador de Mississippi, Tate Reeves, afirmó que el mandatario había cumplido con varias solicitudes hechas por el condado de Hinds, donde se encuentra Jackson, incluida la entrega de agua.

Reeves, republicano, firmó una orden ejecutiva el 23 de febrero para desplegar a la Guardia Nacional una vez que los funcionarios locales hicieron la solicitud, según Martin. Los miembros llegaron con cuatro camiones cisterna al día siguiente.

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Agregó que Reeves "no podría estar más orgulloso" del trabajo que la Guardia Nacional y la agencia estatal de manejo de emergencias han realizado durante los últimos 13 meses.

Antes de la reciente tormenta, muchos residentes recuerdan que los congelamientos de 2018 ya habían servido de advertencia para prepararse ante este tipo de situaciones. Las gélidas temperaturas provocaron una racha de roturas de tuberías principales, dejando a muchos residentes sin agua durante la semana. El temporal también provocó el cierre de las escuelas de la ciudad durante varios días. Muchos de los campus del distrito carecían de suficiente presión de agua para descargar los inodoros o calentar edificios.

Sargentos de la Guardia Nacional llenan cubos de agua en un punto público de distribución en Jackson, Mississippi
Sargentos de la Guardia Nacional llenan cubos de agua en un punto público de distribución en Jackson, Mississippi, el 4 de marzo de 2021.REUTERS/Rory Doyle

Ese mismo mes, el consejo de la ciudad comunicó su apoyo a un posible litigio contra una empresa privada encargada de mejorar el sistema de facturación del agua de la ciudad, lo que resultó en un eventual acuerdo en 2020. Jackson recibió alrededor de 60 millones de dólares en fondos, pero aún quedan gastos elevados. Las últimas semanas han puesto de manifiesto aún más la fragilidad del sistema de agua de la ciudad.

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Mientras los equipos trabajaban para restablecer el servicio, Lumumba y la delegación legislativa de la ciudad comenzaron a presionar a los principales funcionarios del estado para obtener un indulto. Lumumba redactó una carta dirigida a los líderes republicanos del estado y a la delegación del Congreso, solicitando 47 millones de dólares de ayuda.

Otra opción, presentada por el representante estatal Chris Bell, demócrata por Jackson, permitiría a la ciudad presentar otro aumento de impuestos a los votantes para las reparaciones. Pero la legislación debe pasar por ambas Cámaras y pasar por el escritorio de Reeves antes de convertirse en ley. No está claro si los legisladores tomarán medidas, mientras se acerca el fin de la sesión legislativa, que termina el 4 de abril.

La ciudad ha presentado una evaluación de daños de 16 millones de dólares con la esperanza de obtener ayuda federal. Michelle Atoa, portavoz de la oficina del alcalde, declaró que los funcionarios anticipan enviar una solicitud complementaria a medida que se determinan los costos adicionales.

Williams expresó el jueves su esperanza de que los fondos del último paquete de ayuda por la crisis del COVID-19 firmado recientemente por el presidente, Joe Biden, lleguen a Jackson para reforzar la ciudad.

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Mientras tanto, algunos residentes, como Holmes, no están esperando que se esboce una solución. El cambio climático que ha provocado veranos más calurosos e inviernos más duros en la región significa que el sistema de la ciudad se verá afectado nuevamente, según ella, que afirmó que ya está discutiendo con las autoridades cómo prepararse para el próximo temporal.

"Nunca podremos decir 'no volveremos a ver este día. Sabemos que la próxima vez que experimentemos esto, será peor", señaló.