Los equipos de rescate buscan este martes a sobrevivientes del terremoto de magnitud 7.8 que causó más de 7,200 muertos en Turquía y Siria, en una batalla contra el reloj, pues a partir de los tres días las probabilidades de seguir con vida bajo los escombros de los miles edificios derruidos por el temblor son mínimas.
Más de 24,000 personas (a las que se suman equipos enviados por Alemania, Italia o México, entre otros países) rastrean las ruinas en busca de señales de vida, una tarea dificultada por las gélidas temperaturas y las más de 200 réplicas del temblor, que pueden derrumbar las estructuras inestables que quedan en pie.
Las autoridades turcas prevén que la cifra de muertos aumente en las ciudades devastadas por el sismo, pero algunos rescates ofrecen algo de esperanza, aunque agridulce, en la inmensa tragedia.
En la localidad siria de Jindires, una mujer embarazada perdió la vida atrapada entre los escombros de un edificio derrumbado por el temblor antes de que los rescatistas pudieran salvarla, pero su hija recién nacida sí pudo sobrevivir. Un video difundido por los equipos de rescate muestran a la bebe, todavía unida a su madre por el cordón umbilical, al ser rescatada por un hombre a la carrera de los restos de metal y cemento de una edificio de cuatro plantas.
La madre, una mujer siria desplazada de la región oriental de Deir Ezzor por la guerra civil que asola el país desde hace años, se puso de parto durante el sismo, según reportó la agencia de noticias AFP.
[El terremoto agrava el sufrimiento de los desplazados sirios]
La bebé es la única sobreviviente de su familia: todos los demás murieron al hundirse su casa en esta ciudad controlada por los rebeldes contra el régimen sirio. La niña fue trasladada a la cercana localidad de Afrin para recibir tratamiento, mientras entre los escombros extraían los cadáveres de su madre, Afraa; su padre, Abdullah; sus cuatro hermanos y una tía, según la citada agencia.

Dentro de una incubadora, la recién nacida estaba conectada, con el cuerpo lleno de cicatrices y el puño izquierdo vendado."Ahora está estable", dijo el pediatra Hani Maarouf pero llegó al hospital muy magullada: su frente y sus dedos seguían azules por el frío, además tenía varios hematomas y heridas por todo el cuerpo.
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"También llegó con hipotermia a causa del intenso frío. Tuvimos que calentarla y administrarle calcio", añadió el médico.
Jindires es una localidad del norte de Siria, en el distrito de Afrin de la gobernación de Alepo y se encuentra a orillas del río Afrin. Fue tomada por Turquía y sus representantes rebeldes sirios en una ofensiva de 2018 que expulsó a las fuerzas kurdas de la región.
En Siria han muerto al menos 1,832 personas y al menos 4,232 resultaron heridas, según el Ministerio de Sanidad sirio y los Cascos Blancos.