Tras el temporal que ha azotado Texas esta semana, la tienda de muebles Gallery Furniture de Houston se llenó de personas. Pero no eran clientes.
Cientos de residentes que se quedaron sin luz, agua y calefacción en el estado acudieron a refugiarse a la tienda durante el día o la noche. No es la primera vez que el local recibe refugiados para que descansen, duerman o coman sobre sofás, camas y mesas expuestas a la venta.
Desde el martes, unas 350 personas han abarrotado dos de las tres tiendas de este negocio, mientras que hasta 800 han entrado a diario para calentarse y tomar café, bocadillos o una comida en la cafetería.
Cualquiera puede utilizar las camas y los sofás de sus salas de exposición, ver una película o un partido de baloncesto en sus televisores y sentarse a comer algo caliente. Texas reporta más de 81,000 hogares y negocios sin energía electríca, según el sitio web de seguimiento PowerOutage.us.
El propietario de la tienda, Jim Mattress Mack McIngvale, de 70 años, es conocido por su talento para el espectáculo y los comerciales que protagoniza para televisión en los que aparece disfrazado de colchón.
Pero no es la primera vez que su nombre resuena. Muchos lo consideran un héroe, pues ha ayudado a mucha gente en muchas ocasiones.
Abrió sus tiendas a las personas que huían del huracán Katrina, el más destructivo en la historia reciente de Estados Unidos, y que provocó más de 1,800 muertos y miles de desplazados por las inundaciones en Nueva Orleans.
Volvió a abrir sus puertas en 2017, tras el huracán Harvey, y en 2019, tras la tormenta tropical Imelda.
Esta vez McIngvale anunció en redes sociales que abría sus tiendas como refugio y, en cuestión de horas, la gente comenzó a aparecer para escapar de sus fríos hogares.“Tenemos muchas camas, sofás y sillones reclinables. Entra y siéntete como en casa”, comunicó.
"Lo menos que podemos hacer es abrir esta tienda de muebles para que la gente entre en un lugar más cálido", declaró McIngvale a KHOU-TV, afiliada de CBS Houston.
El local cuenta con inodoros portátiles y obtiene energía de un generador lleno con 15,000 galones (56.7 litros) de combustible diesel, solo un grifo funciona debido a las tuberías congeladas, dijo McIngvale.
“Obviamente hay mucha angustia entre la comunidad que viene aquí. Están conmocionados. Han estado en sus casa durante días sin electricidad, sin calefacción, sin agua, sin plomería”, explicó McIngvale a The Washington Post.
McIngvale también ha comprado tacos, enchiladas, hamburguesas, perros calientes y burritos para los refugiados. “A quien se le ha dado mucho, se le espera mucho”, afirmó al mismo diario.
Y añadió: “Nos hemos beneficiado del apoyo público a lo largo de los años, por lo que es nuestra obligación abrir nuestras puertas y dejar que la gente entre a tomar un respiro de la tormenta. Es lo justo".
Él y sus empleados se aseguran que todos llevan mascarillas la mayoría del tiempo y mantengan el distanciamiento social para evitar contagios de coronavirus, después de que McIngvale repartiera mantas, sudaderas, donas y bolsas de papas fritas... y agua embotellada que sobró del domingo del Super Bowl.
Sus tiendas han ganado seguidores por su compromiso social, pero McIngvale aclaró que ver a la gente cálida y segura es la razón por la que lo hace. "Hace mucho frío allá afuera. Pero los tejanos darán un paso al frente y superarán la tormenta juntos", afirmó al Post.
Felicia Maten se presentó con su hija, Ebony Augustine, de 23 años, y su madre, Dora Maten Bell, de 65, después de que las tuberías estallaran dentro de su condominio, a unos 20 minutos en automóvil de la tienda de muebles.
“Hacía 17 grados [Fahrenheit] adentro. Podíamos ver nuestro aliento. Había perdido la sensibilidad en los dedos de los pies y la nariz de mi madre sangraba. Cuando mi vecino me habló de este lugar, supimos que teníamos que salir de allí", relató Maten, de 42 años, al Post.
Los avisos de hervir el agua siguen vigentes en 189 condados después de que más de 1,300 sistemas públicos de agua informaron interrupciones en el servicio debido a la tormenta, que afectaron a más de 15.1 millones de personas, según comunicó la Comisión de Calidad Ambiental de Texas este sábado por la mañana.
El presidente Joe Biden declaró este sábado el desastre mayor en Texas para liberar fondos federales para las comunidades en 77 condados.
Las ayudas federales incluyen subvenciones para viviendas temporales y reparaciones de casas, préstamos de bajo coste para cubrir pérdidas de propiedad no aseguradas y otros programas para ayudar a residentes y dueños de negocios a recuperarse de los efectos del desastre, según comunicó la Casa Blanca este sábado.
Con información de The Washington Post y CBS.