Por Mark Stevenson y Evens Sanon – AP
Rescatistas y recolectores de chatarra trabajaban sin descanso este lunes intentando encontrar sobrevivientes entre los escombros de un hotel que colapsó el sábado, tras el poderoso terremoto que azotó con fuerza el sur del país: un total de 15 cuerpos han sido extraídos del lugar.
Jean Moise Fortunè, hermano del dueño del hotel que falleció como consecuencia del sismo, cree que hay más gente allí atrapada. Pero con base en los espacios que quedaban entre el concreto, la esperanza de encontrar sobrevivientes es cada vez más escasa.
El fuerte temblor, cuyo epicentro se situó a 80 millas (125 kilómetros) al oeste de la capital Puerto Príncipe, ha ocasionado la muerte de al menos 1,419 personas. Unas 6,000 resultaron heridas. El saldo de víctimas no ha parado de incrementarse desde lo ocurrido.
Algunas áreas quedaron completamente arrasadas, pues las réplicas han ocasionado derrumbes que complican los ya complejos esfuerzos de rescate en el país más pobre del hemisferio occidental.
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Haití ya lidiaba con la pandemia de coronavirus, la violencia de pandillas, la pobreza que no ha parado de empeorar y la inestabilidad política tras el asesinato del presidente ovenel Moïse el pasado 7 de julio.
Y dentro de poco la devastación podría empeorar aún más: se espera que la depresión tropical Grace lleve sus vientos y fuertes lluvias a la golpeada isla este lunes por la noche. Cálculos indican que pueden caer hasta 15 pulgadas de agua en algunas áreas, según la agencia de Protección Civil.
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"Estados trabajando para asegurar que los recursos que obtengamos vayan a las zonas que más los necesitan", dijo el jefe de esa agencia, Jerry Chandler, refiriéndose a la provincia de Les Cayes, Jeremie y Nippe, la porción más al suroeste del país.
"Después de dos días, las heridas de casi todos están infectadas"
Mientras se acababa la gasolina, el dinero y el trabajo, residentes desesperados de Les Cayes buscaban metales en las casas colapsadas que pudieran vender. Otros esperaban que les enviaran dinero del exterior, un pilar clave mucho antes de este último terremoto.
Anthony Emile esperó seis horas en una fila con decenas de personas intentando obtener el dinero que le envió su hermano desde Chile.
"Hemos estado esperando desde la mañana, pero hay demasiada gente", dijo Emile, un agricultor de bananas que explicó que sus familiares que viven en zonas más rurales dependen de que él les dé dinero para sobrevivir.
Las víctimas heridas del terremotos continuaban llegando al hospital general de Les Cayes, que se encuentra abarrotado.
"Tras dos días, las heridas de casi todos están infectadas", dijo el Dr. Paurus Michelete, quien ha tratado a por lo menos 250 pacientes y era uno de solo tres doctores cuando ocurrió el sismo.
El terremoto de magnitud 7.2 ha dejado a miles de desplazados: personas cuyas casas resultaron destruidas o dañadas, que ahoran se encuentran durmiendo en plena calle por miedo a las réplicas que no cesan.