Por Hayley Vaughn – NBC News
Courtney Wilson y Shenita Jones enviaron elaboradas invitaciones a familiares y amigos para que asistieran a su boda en una "casa y finca de ensueño" en Florida. Pero no obtuvieron antes el permiso del propietario, Nathan Finkel, para celebrar el evento allí, según informó la emisora WTVJ en Miami.
Las detalladas invitaciones describían su historia de amor y cómo se habían unido supuestamente por intervención divina unos 30 años después de conocerse en la escuela secundaria. Pedían así a los invitados que se unieran a ellos para la ceremonia y la recepción, que duraría hasta después de la medianoche del sábado. El domingo volverían a la mansión para un almuerzo, según informó la emisora.
Pero cuando Wilson se presentó en la mañana del día de la boda en la vivienda, listo para empezar a "prepararse", Finkel los vio en su puerta e inmediatamente llamó a la policía, según WTVJ.
"Hay gente entrando en mi propiedad", dijo Finkel a un operador del teléfono 911 de emergencias, según el diario South Florida Sun Sentinel. "Y siguen acosándome, llamándome. Dicen que van a celebrar una boda aquí y que es un mensaje de Dios. No sé qué está pasando. Todo lo que quiero es que se detenga", agregó.
Cuando la policía llegó, pidió a Wilson que abandonara la propiedad inmediatamente y no volviera. El hombre cumplió la orden, y no se presentaron cargos en su contra, según WTVJ.
Finkel puso la propiedad en el mercado hace casi dos años, y actualmente está a la venta por 5.7 millones de dólares, según el diario Sun Sentinel. Equipada con piscina, jacuzzi, bar, mirador, cancha de tenis, y ascensor, la finca era anteriormente propiedad del difunto padre de Finkel, que había sido uno de los primeros franquiciados de restaurantes IHOP, según WTVJ.
Wilson visitó la propiedad hace meses durante una jornada de puertas abiertas y se hizo pasar por un posible comprador, dijo Keith Poliakoff, abogado de Southwest Ranches, donde se encuentra la mansión, informó el Sun Sentinel.
Al parecer, Wilson llamó a Finkel unos meses después de su visita de puertas abiertas para preguntarle si podía utilizar el patio trasero para la boda, pero Finkel se negó de inmediato, dijo Poliakoff al periódico.
Al final, no hubo boda para Wilson y Jones ese día y, desde luego, no en la casa de sus sueños.
"El hombre pensó que la casa estaba vacía y no se dio cuenta de que Nathan vivía en la propiedad en una casa diferente", dijo Poliakoff al Sun Sentinel, "no tenía ni idea de que vivía allí. ¿Sabes el susto que debió sentir cuando se presentó en la puerta y el dueño estaba en casa?".