Por Elaina Patton - NBC News
Más de tres décadas después de que Úrsula, la bruja pechugona del reino de Atlántida, se deslizó por primera vez a la gran pantalla, la reina del caos está de vuelta para tentar los mares en una nueva versión del clásico de Disney La sirenita (The Little Mermaid).
Para celebrar su retorno, todos desde la actriz Melissa McCarthy, quien encarna a la enemiga del rey Tritón, a los historiadores del cine, han aprovechado la oportunidad para rendir tributo a Divine, la legendaria drag queen que inspiró la villana del cine.
Hay mucha mitología alrededor de cómo surgió la villana animada del filme La sirenita de 1989, escrito y dirigido por Ron Clements y John Musker. Según algunas historias, los animadores que estaban trabajando en la película estaban pasando trabajo para encontrar la imagen apropiada para la antagonista, quien fue inicialmente modelada a partir de una matrona de la serie Dinastía. Pero todas las anécdotas incluyen el momento en que a Rob Minkoff, un joven ilustrador, se le ocurrió inspirarse en la figura vampiresca y maquillada de Divine.
"La manera en que el personaje estaba descrito en el guión era como un personaje de Joan Collins [la escritora y actriz británica]. La mayoría de los diseños que se estaban haciendo eran los de una mujer delgada con una frente muy larga, pómulos amplios y pelo muy negro", relató Minkoff a NBC News. "Entonces, sugerí esta idea distinta basada en Divine, de un filme de John Waters".

Minkoff, quien fue uno de los directores del filme El rey león, de 1994, y otras películas de Disney, dijo que incorporó a Divine en al menos uno de los dibujos que terminaron siendo usados. Y cuando Howard Ashman, un brillante compositor de canciones a quien se le acredita el "renacimiento de Disney" de los años 1980, vio los diseños, fue justamente el de Divine el que le llamó la atención.
"Howard vio todos los diseños y se enfocó en ese", Minkoff recordó que Musker le dijo en esa ocasión. "John regresó y me dijo: 'Howard vio todos los dibujos y vamos a ir con ese".

Ashman, junto a su socio creativo, el compositor Alan Menken, había sido reclutado por Disney con la esperanza de que le trajeran al estudio el éxito que tanto necesitaban.
Una vez que Ashman llegó a Los Ángeles, como se detalla en el documental Howard, de Don Hanh, se movió hacia la operación de animados del estudio, donde vio una oportunidad de enlazar su experiencia en el teatro musical con el trabajo más experimental y poco convencional de los ilustradores. Y eso fue lo que hizo con La sirenita, el primero de una cadena de éxitos de Disney.

Mirando atrás a esa era del estudio, Minkoff comentó que la gente ha olvidado que Walt Disney, el hombre, fue un "innovador que había roto todas las reglas en su carrera".
"Hay muchas cosas vanguardistas en los primeros filmes animados que la gente ya ha olvidado, de las cuales la mayor no fue matar a la madre de Bambi, pero Disney se había vuelto conservadora a la hora de escoger las historias y filmes que estaba haciendo en esa época", comentó Minkoff sobre la compañía antes de la llegada de Ashman. "Creo que toda la gente en animación durante ese período en los años 1980 era fanática de los primeros clásicos de Disney y quería que los filmes modernos llegaran a esas alturas. El único modo de hacerlo, sabíamos, era violar las fronteras de lo que parecía aceptable".
La idea de Minkoff de modelar a Úrsula –una aproximación a la bruja del mar en La Sirenita, de Han Christian Andersen– basada en una drag queen que personificara lo extravagante y grotesco, ciertamente rompía barreras.
"La mujer más bella del mundo, casi"
Durante su ilustre carrera, Divine, cuyo nombre era Harris Glenn Milstead, fue la musa de vanguardia del director John Waters, quien amorosamente se refería a la drag queen como "la mujer más bella del mundo, casi". Como la dama protagonista preferida de Waters, Divine ayudó al director a ser el pionero del género "cine basura" (trash cinema): producciones de bajo costo que exageraban y satirizaban los filmes sensacionalistas y controversiales.
La larga amistad y colaboración comenzó cuando ambos, nacidos en Baltimore, se conocieron siendo adolescentes a mediados de los años 1960. Su primer filme juntos, Roman Candles, un homenaje a The Chelsea Girls, de Andy Warhol, incluyó una versión reducida de Divine. Pero en la medida que continuaron trabajando juntos, la drag queen, con la ayuda de Waters, se transformó en una infame persona exagerada: una drag queen con tendencias homicidas, el pelo rapado hacia atrás y las cejas muy arqueadas.
Fue Divine la que sacudió a las audiencias y molestó a los censores de filmes en todos los lugares por, entre otras cosas, comer heces fecales de perro en la gran pantalla, en el desconcertante filme de Waters Pink Flamingos, de 1972, un clásico del cine basura.
A diferencia del filme Hairspray, de 1988, en el que Divine protagoniza a Tracy Turnblad, la madre de Ricki Lake, durante su único roce con la fama, Pink Flamingos desafía al público a seguir mirando mientras un desquiciado grupo de marginados comete más y más actos depravados, para ganarse el título de "persona más sucia viva".

Esta era la película en la cabeza de Minkoff cuando hizo el diseño que llamó la atención de Ashman. Porque, como recuerda el antiguo ilustrador, Pink Flamingos estaba rodando indefinidamente en el teatro del Instituto de Artes de California, fundado por Walt Disney, donde Minkoff fue una vez estudiante.
"No era el lugar más obvio para conseguir inspiración, ciertamente", dijo Minkoff. "Pero cuando tienes un personaje, y especialmente una villana, quieres encontrar un ángulo interesante. Creo que los villanos de Disney pueden ser los personajes más interesantes en las películas, por lo tanto quieres crear algo grande, que tenga mucha personalidad".
Parece que Ashman, quien nació en Baltimore y reconoció la inspiración de Minkoff inmediatamente, estuvo de acuerdo que el filme necesitaba una villana de proporciones monstruosas.
La idea de una Úrsula inspirada en Divine recibió finalmente luz verde, y Ashman, junto a los directores y un grupo de animadores, empezaron a trabajar con modelos reales para dar vida a sus personajes, un método que el estudio ha usado desde su primer filme animado en 1937: Blancanieves y los siete enanitos.
Minkoff dijo que sugirió que Max Kirby, su compañero de cuarto en el Instituto de Arte de California, fuera contratado para ser la referencia en vida real de Úrsula. Ashman y los directores aceptaron la sugerencia y, relató Minkoff, Kirby cantó el tema insignia de Úrsula Poor Unfortunate Souls (Pobres almas en desgracia) para el grupo, "básicamente vestido de drag queen".
Una antihéroe queer
Finalmente, tomó años y muchos ilustradores antes de que la inolvidable villana de La sirenita, a quien dio la voz Pat Carroll, apareciera en los cines de todo el mundo.
El producto final fue una antihéroe de estilo queer que recordaba las complejas reinas y brujas de filmes de Disney como Blancanieves y los siete enanitos y La bella durmiente, de 1959, cuyo estilo exagerado, lenguaje corporal e inmoralidad en general sirven para resaltar la pureza de la heroína y el héroe de la película.

La sirenita fue un gran éxito para Disney y recibió dos premios Oscar, por mejor canción original y mejor banda sonora original. La película marcó un giro para la división de animados de Disney, que no había tenido un sonado éxito en décadas, y puso al estudio en el camino de otros logros, incluyendo filmes favoritos de los años 1990 como La bella y la bestia y Aladino, que incluía las letras y composiciones de Ashman y Menken.
Tristemente, Ashman, quien murió de sida en 1991, no vivió para ver el total impacto del nuevo estilo de filmes musicales animados que él creó. Divine murió un año antes del estreno de La sirenita.
Sin embargo, uno puede imaginar que la drag queen habría saboreado el legado y compartido los sentimientos de Waters, quien en 2016 fue citado cuando dijo: "Cuando era joven, todo lo que quería ser era un villano de Disney".