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La escritora mexicana Cristina Rivera Garza habla de los feminicidios y su más reciente libro: "Siguen pasando porque hay impunidad"

'El invencible verano de Liliana' se centra en el feminicidio de la única hermana de la escritora que sigue impune desde hace más de 30 años. Pero gracias a la información de los lectores las autoridades descubrieron una nueva pista. Conversamos con ella.

A Cristina Rivera Garza le tomó décadas poder contar la historia de su hermana Liliana, quien el 16 de julio de 1990 fue víctima de un feminicidio en Ciudad de México. Las cajas con los apuntes y otros papeles de Liliana, una inteligente estudiante de arquitectura a la que también le gustaba escribir, reposaron en silencio durante años, esperando a que alguien reviviera sus palabras y pensamientos.

"Mientras estuvo en este mundo, ella se tomó el trabajo de ir armando su propio archivo y yo lo tomé muy en serio, como si fueran sus instrucciones para contar su vida y respeté mucho lo que decía, sin tratar de interpretar desde el presente sino dejar su voz", explica Rivera Garza, durante una entrevista con Noticias Telemundo.

Luego de un intenso trabajo de archivo, entrevistas con familiares, amigos y autoridades, además de acometer un honesto ejercicio de memoria, Rivera Garza publicó El invencible verano de Liliana, un volumen que nos adentra en la vida de la joven estudiante, sus anhelos y sueños, y que también plantea una profunda reflexión sobre el duelo.

"Hay un duelo culposo y lleno de vergüenza por toda la situación de violencia y lo silenciamos, a la fuerza, porque hay que vivir. Pero, aunque es una herida que no va a sanar, lo que vivimos ahora como familia es un duelo lleno de abrazos y de conexión por la simpatía de los lectores", explica la autora.

En un país como México, donde se estima que diez mujeres son asesinadas a diario, El invencible verano de Liliana ha logrado trascender la esfera literaria para incorporarse al intenso debate social por el incontrolable auge de los feminicidios y los abusos contra las mujeres.

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Solo en 2021 se registraron 1,004 feminicidios, una cifra terrible que no cesa de aumentar desde 2015, cuando las autoridades comenzaron a registrar los casos.

"Pusimos a disposición del público un correo para que nos mandaran información sobre el caso. Los lectores han sido muy generosos y recibimos toda clase de tips, pero un dato nos llevó a una pista que ahorita están siguiendo los equipos de investigación, tanto de México como de Estados Unidos", explica la autora.

Rivera Garza, una escritora mexicana aclamada por la crítica y el público por novelas como Nadie me verá llorar (1999), La cresta de Ilión (2002) y El mal de la taiga (2012), es catedrática de la Universidad de Houston, Texas, y su talento excepcional para crear historias con atmósferas cuidadas, y un manejo magistral de la crudeza, la han hecho acreedora de múltiples galardones como el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, el Premio Internacional Anna Seghers y el Roger Caillois, entre otros.

La escritora dice que la treintena de libros publicados en su fructífera carrera literaria fueron una preparación para el proyecto de Liliana, quizá su trabajo más íntimo y doloroso por la inevitable cercanía con la tragedia que, en 1990, culminó con el estrangulamiento de su única hermana, quien intentaba terminar una relación con un novio, posesivo y violento.

"Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva (...) Lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida. Haría una maestría y después un doctorado; viajaría a Londres. La decisión de él fue que ella no tendría una vida sin él", escribe Rivera Garza en una dura síntesis de su obra.

La escritora mexicana Cristina Rivera Garza.
La escritora mexicana Cristina Rivera Garza.Marta Calvo
  • ¿Cuál fue la pista sobre el caso de Liliana que los lectores enviaron al correo electrónico?

–El caso estaba empantanado, no se le había puesto atención por mucho tiempo y descubrimos que había una orden de aprehensión válida. Eso me hizo pensar que el libro podía convocar otras fuerzas, desde abajo hacia arriba, con los lectores y tuvimos mucha suerte.

El dato que recibimos es que el presunto feminicida de mi hermana, que en México se llamaba Ángel González Ramos, podría haberse cambiado el nombre a Mitchell Angelo Giovanni en Estados Unidos, en el sur de California, quien murió el 2 de mayo de 2020.

  • Un acierto del libro es el uso del lenguaje como una herramienta para presentarnos a Liliana, en toda su complejidad, como una joven llena de retos y sueños. ¿Fue difícil lograr ese tono?

–Esta historia tenía que ser contada desde el punto de vista de la víctima, con un lenguaje nuevo. En casos de violencia extrema, las historias se ven reducidas a cifras, a un expediente perdido o al crimen.

En casos de violencia extrema, las historias se ven reducidas a cifras"

Cristina rivera garza escritora

Por eso quise usar el lenguaje de Liliana de la manera más auténtica posible para dar un repaso de su vida, y sin sus archivos no habría podido hacerlo. La imaginación, por más que digamos que es poderosa, tiene sus limitaciones y fue importantísimo el trabajo de investigación y de entrevistas con los amigos para terminar de conocer a mi hermana.

  • El auge de los feminicidios en México parece incontrolable, ¿cuál es el aporte que la cultura y los medios pueden hacer para combatir esa trágica tendencia?

—Yo creo que es importante tener los ojos bien abiertos y estar muy alertas contra estas narrativas que traducen los hechos de violencia contra las mujeres con el lenguaje de los crímenes pasionales. El patriarcado dice que las mujeres siempre somos culpables, por eso hay que combatirlo porque ese es el lenguaje dominante de la sociedad en la que vivimos.

Todos los días nos toca recordarle a las autoridades sus responsabilidades. Estos crímenes siguen pasando porque hay impunidad, porque un feminicida sabe que se puede salir con la suya con muy poca probabilidad de enfrentar a la justicia.

  • ¿Cuáles son los cambios, a nivel social, que podrían ayudar a erradicar esta epidemia de feminicidios?

—Aparte de exigirle al Estado que cumpla con sus funciones, en nuestra vida cotidiana tenemos que hacer autocrítica y reflexionar cuando el silencio nos puede volver cómplices de este tipo de feminicidios, de esa violencia.

Los feminicidas no actúan de manera aislada, no son monstruos que vamos a poder reconocer por sus características tremendas. Son hombres que parecen normales, pero forman parte de un sistema que los favorece y que se hace de la vista gorda en casos de violencia, entonces creo que todos tenemos una gran responsabilidad social.

  • ¿Después del proceso de escritura de este libro siente que conoce mejor a Liliana?

—Siempre había tenido dudas sobre la capacidad curativa de la literatura, eso me parecía un poco cliché y hasta cursi, pero en el libro escribí que uno nunca está más inerme que cuando no tiene lenguaje, y este proceso me permitió desarrollar uno para identificar, describir y posicionarme frente a actos de extrema violencia.

Uno nunca está más inerme que cuando no tiene lenguaje".

Cristina rivera garza

Creo que juntar todas esas palabras producidas por tantas personas, sobre todo por activistas y feministas en todos lados del mundo, hizo que conociera a muchas Lilianas. Pienso que todas las Lilianas siguen aquí con nosotros, porque cuando descubrimos ese lenguaje tenemos la capacidad de invocar a nuestros seres queridos, podemos hablarles y tenerlos presentes, pero no como una metáfora, sino como una cuestión material.

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  • ¿Cuándo sale la edición en inglés de este proyecto?

—Saldrá a inicios de 2023 en Hogarth Press, pero también lo escribí en inglés porque quería tener la responsabilidad de todas las decisiones en ambos idiomas. Será una versión distinta, no es nada más una traducción literal. Hay cosas que me permite hacer el inglés que no me permite el español y viceversa, entonces quería explorar eso.

  • ¿Hay algún recuerdo especial que haya revivido durante la investigación?

—Sabía que Liliana tenía muy buen humor porque ella y yo hacíamos sesiones enteras para burlarnos de cualquier cosa, pero al hablar con sus amigos me enteré de que ellos también disfrutaban su ironía, su sarcasmo y su capacidad crítica.

Una de las cosas que me partió el corazón fue que en la marcha reciente del Día Internacional de la Mujer alguien me pasó una fotografía de una joyería en la Ciudad de México que se llama Liliana y alguien pasó por ahí y le puso al negocio una pinta con el apellido Rivera Garza. En ese momento me di cuenta que el libro funciona como un artefacto y está en las calles. Ya no solo soy yo quien recuerda el nombre de mi hermana, sino que muchas otras mujeres también celebran su vida.