IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Las cholitas patinadoras: mujeres jóvenes en Bolivia reivindican su lugar en el deporte

Grupos como Imilla Skate están comprobando que las mujeres sí pertenecen en las pistas de patinaje y más allá mientras mantienen tradiciones como la vestimenta típica que usaban sus abuelas y bisabuelas.

Un grupo de bolivianas está comprobando que las niñas y mujeres pueden patinar y hacer trucos igual de bien que cualquier otra persona, y con falda.

Se trata de Imilla Skate, una agrupación formada en 2019 en Cochabamba para promover el skate entre las mujeres, incursionando en una práctica pensada como típicamente varonil.

Las integrantes de Imilla además patinan rindiendo honor a sus antepasadas: en muestras y competencias visten como cholitas, el apodo para aymaras y quechuas que usan el cabello trenzado y la vestimenta tradicional de bombín o sombrero tipo bolero, chalina y la pollera, falda típica andina.

“Nos juntamos porque queríamos patinar entre chicas, en un espacio que nos ha brindado seguridad en a la hora de patinar en la calle porque siendo mujer una recibe más acoso”, cuenta a Noticias Telemundo una de las integrantes de Imilla, Daniela Santivañez.

“Hemos podido armar comunidad de manera muy bonita para que a otras no les dé miedo, no les dé vergüenza”, añade.

Giro de 180°

Imilla significa “niña” o “jovencita” en quechua y en aymara, pero a veces es usado de manera despectiva por otros bolivianos para criticar a alguna mujer –particularmente si es indígena— de no estar preparada.

[10 mujeres latinas que están dejando su marca]

Fue en parte por esa razón que las 10 fundadoras del grupo quisieron usar el término en su nombre, para darle un giro positivo.

“Entonces es como una protesta silenciosa el no solo patinar cuando se piensa que es algo ‘de chicos’, sino vestirnos así para mostrar nuestra identidad, nuestra cultura y su resiliencia,” dice la patinadora Huara Medina.

Una demostración de Imilla Skate
Una demostración de Imilla SkateCortesía de Imilla Skate vía YouTube

“Primero hubo reacciones como chocantes a lo que hacíamos, por mezclar nuestra cultura andina, la vestimenta tan icónica, con algo que se piensa más estadounidense, como el skate”, agrega Medina. “Pero lo andino está en la sangre de todos, entonces es bonito resaltar eso en cualquier actividad”.

Y además hacerlo en una nación que, aunque ha tenido avances como ser uno de los países con mayor participación política de mujeres, sigue siendo de los que tiene tasas per cápita más altas de feminicidio.

También es de los países regionales donde estudios registran una doble discriminación hacia las mujeres que son indígenas.

Reivindicación de la pollera

Imilla es solo uno de varios grupos enfocados en distintos deportes o disciplinas que han querido rescatar y enaltecer el uso de la pollera.

También el uso del término chola, que en sus orígenes coloniales era usado como peyorativo hacia personas mestizas e indígenas en las zonas altas andinas, pero ha sido reapropiado con orgullo.

[Mujeres indígenas crean banda filarmónica y rompen estereotipos]

Las Cholitas Escaladoras de Bolivia, grupo formado en 2015, ha logrado hazañas como ascender varias cumbres nevadas de su país y también de Chile. En una ocasión incluso jugaron fútbol en una de las montañas mientras caía nieve a su alrededor –sí, con pollera y chalina.

Las Cholitas Escaladoras también trabajan como guías profesionales de alpinismo.

Bolivia también tiene una liga de lucha libre de cholitas.

En febrero, otro grupo de cholitas se volvió viral con sus clases estilo zumba en los que más bien hacen coreografías con bailes típicos andinos y con música de la región. 

Para las siguientes generaciones

Imilla Skate no es solo un colectivo para sus integrantes: tiene una escuela para enseñar patinaje a niñas y niños boliviana.

Buscan así que esos menores de edad crezcan sin tener que pensar en si tienen o no apoyo, sobre todo porque las Imillas no siempre fueron respaldadas por sus familias.

“A mis papás no les agradaba que yo patinara, entonces lo dejé por un tiempo antes de regresar con el grupo”, cuenta Belén Belu Fajardo. “Pero al conformar el grupo pues el objetivo también es impulsar a más chicas a que no desistan, a que sepan que si empiezan desde más pequeñas entonces cuando sean grandes pueden llegar mucho más lejos”, dice.

Pone como ejemplo la inclusión del skate en los últimos Juegos Olímpicos de Verano, en Tokio, donde la adolescente brasileña Rayssa Leal obtuvo una medalla de plata.

Una patinadora con vestimenta de cholita en Cochabamba
Una patinadora con vestimenta de cholita en CochabambaCortesía de Imilla Skate

“Ahora que es deporte olímpico pues muchos de los papás ya le han dado un poco más de importancia”, comenta.

Aunque las Imillas dicen que sigue faltando más apoyo: “queremos conseguir más espacios para poder patinar. Pensando además de que es una forma de motivar a todas las personas a que se metan a la cultura del deporte, la vida activa y la participación de las chicas”, señala Daniela Santivañez.

Para esa promoción, las Imillas no están solas. Agrupaciones similares a la suya han estado creciendo a lo largo de Latinoamérica, como Chicas en Llamas de Perú, Las Skatas de Nicaragua, Catrachas Skate en Honduras, Divas Skateras de Brasil o girlscan2 en México.