Por Arturo Conde - NBC News
Mientras México recuerda el 500 aniversario de la conquista española de los aztecas, un galardonado cineasta quiere que sus compatriotas se enfrenten a su identidad nacional y vuelvan a examinar cómo el legado de la historia colonial sigue afectando a la gente hoy en día.
"El nacionalismo te dice de dónde vienes para decirte a dónde vas", dijo Rodrigo Reyes a NBC News. "Creo que es importante sentirse orgulloso de dónde vienes. Yo estoy súper orgulloso de ser de México. Pero creo que algunas de estas narrativas son tan simplistas, tan en blanco y negro, que dañan nuestra comprensión de quiénes somos y cómo estamos interconectados", agregó.
El 13 de agosto de 1521, el Ejército del "conquistador" español Hernán Cortés tomó la capital azteca de Tenochtitlan tras un brutal asedio con barcos de guerra y cañones que duró al menos 75 días. La idea popular de que un pequeño Ejército español derrotó a un imperio mesoamericano mucho mayor es incorrecta, aseguró Reyes.
"Tenemos esta identidad mexicana dominante como los herederos de los aztecas, lo cual es completamente falso", explicó Reyes. "También hubo miles de aliados indígenas que fueron fundamentales para ayudar a Cortés a ganar. Colaboraron y trabajaron juntos y participaron en la explotación de otros grupos [indígenas]", precisó.
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El cineasta describió su película 499, que ganó el premio a la Mejor fotografía como documental en el Festival de Cine de Tribeca de 2020, como una "antiépica" que "hackea el 500 aniversario de la conquista española" para exponer la huella de largo alcance del colonialismo que aún perdura sobre México en la actualidad.
"Hablamos con un grupo increíble de estudiosos que son cronistas locales, y señalan que la conquista no terminó el 13 de agosto de 1521", apuntó Reyes. "Continúa hasta el día de hoy porque México, lamentablemente, tiene un enorme problema de racismo y clasismo que obliga a las comunidades indígenas a asimilarse", subrayó.
La película, que se estrena en Nueva York el 20 de agosto, es un híbrido entre un documental y una película de ficción. Sigue a un conquistador con armadura de cromo del siglo XVI (interpretado por Eduardo San Juan) que viaja en el tiempo hasta el México actual y recorre el camino que siguió el Ejército de Cortés desde la costa de Veracruz hasta Ciudad de México.
El conquistador narra momentos de la invasión española de 1521 mientras se ve obligado a escuchar también los testimonios de los mexicanos contemporáneos, que se enfrentan a sus propios problemas en torno a la violencia y la política medio milenio después de la victoria del Ejército de Cortés.
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La película, dijo Reyes, revela un espejo con la forma del conquistador para que los espectadores puedan ver cómo los mexicanos contemporáneos podrían llevar una pequeña parte de él dentro de ellos. La historia, señaló Reyes, no es algo remoto o ajeno, sino que está muy viva en diferentes partes de la sociedad.

"A veces no queremos reconocernos en estos personajes por lo que son", dijo Reyes sobre el conquistador y otros antihéroes de las historias nacionales. "Queremos simplificar la historia para que nos consuele y nos una. Pero esto también puede cegarnos al ser demasiado simplista".
México y Estados Unidos luchan con "verdades incómodas sobre el pasado"
México ha gravitado a veces hacia esta visión simplista de la historia, que distorsiona tanto su pasado como su presente, advirtió Reyes.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, escribió una carta a Felipe VI, rey de España, denunciando la violencia del Imperio español en el 500 aniversario de la llegada del Ejército de Cortés en 2019. El Gobierno de Obrador también ha rebautizado el quinto centenario de la conquista como 500 años de resistencia indígena. Pero cientos de personas han denunciado este cambio de nombre como un gesto simbólico y han marchado hasta el Palacio Nacional en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto) para exigir una mayor inclusión de los 23 millones de indígenas de México.
Al comparar la perspectiva de la historia del Gobierno mexicano con la de Estados Unidos, el cineasta dijo que ambos países luchan con verdades incómodas del pasado.
"En Estados Unidos, todavía estamos luchando con el hecho de que George Washington era un propietario de esclavos y el padre fundador de nuestro país", dijo. "Las historias de las víctimas se borran con bastante frecuencia. Y esto es cierto para todos los países que están lidiando con una historia que permanece desatendida", añadió.
Reyes dijo que este es el caso de muchos latinos y otros grupos diversos en Estados Unidos que están luchando con la historia desatendida de sus propias comunidades y exigiendo una mayor inclusión en la sociedad general.
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En Estados Unidos, la presión para retirar los monumentos que conmemoran el pasado colonial y confederado del país, como la estatua ecuestre de Juan de Oñate, de 36 pies de altura, en El Paso, Texas, ha dividido a las comunidades por exaltar o denostar a los conquistadores y colonos europeos. Sin embargo, según el cineasta, comprometerse con la historia puede ayudar a la gente a superar siglos de traumas culturales y sociales.
La "atroz" realidad de la conquista
"Para los vencidos, los días inmediatamente posteriores a la caída de Tenochtitlán fueron atroces", escribió el historiador Hugh Thomas en su libro Conquista: Moctezuma, Cortés y la caída del viejo México.
Thomas escribió que, al mirar hacia atrás en la destrucción del Imperio Azteca y la conquista de otros pueblos indígenas en las Américas, los colonizadores europeos han tratado de justificar la violencia denunciando los brutales actos de sacrificio humano y asesinato de las comunidades indígenas.
En el caso de los aztecas, los españoles condenaron cómo los sacerdotes arrancaban los corazones de los prisioneros y esclavos y llevaban las pieles de sus víctimas al revés. Tanto los colonos británicos como los estadounidenses aprovecharon igualmente la acción de arrancar la cabellera de algunos nativos americanos para defender las represalias violentas.
Sin embargo, los historiadores afirman que es innegable la magnitud de la violencia que la conquista española tuvo en México, así como la destrucción perpetrada por otras conquistas europeas en América.
Thomas hizo referencia a una carta de Pedro de Maluenda, un comisario que trabajaba con Cortés, en la que decía que hacer el viaje de vuelta de Tenochtitlán a Veracruz era como viajar del infierno al cielo.
El historiador describía una ciudad devastada tras la conquista española, con los aztecas derrotados dejando sus casas en humo y ruinas y las calles de su capital llenas de cadáveres sin enterrar.
Para poner en perspectiva el tamaño de la destrucción, Thomas describió Sevilla, la ciudad más grande de España en ese momento, como "probablemente una mera cuarta parte del tamaño de Tenochtitlán". La capital azteca era más grande que cualquier otra ciudad que hubieran visto los soldados españoles.
"Si los habitantes del lago [los aztecas] estaban fascinados [por los españoles], Cortés y sus hombres también sentían temor", escribió el historiador. "Porque frente a ellos había una ciudad tan grande como cualquiera de las que había visto su grupo, aunque Nápoles y Constantinopla, con más de 200,000 habitantes cada una, se acercaban a Tenochtitlán".
Para Reyes, la huella del colonialismo aún se cierne sobre las Américas, en gran parte porque los distintos grupos no atienden a las lecciones de la historia a través de las experiencias de los demás.
"Estamos en un momento de conflicto. Y hay enormes sectores de la sociedad, enormes sectores de poder, que no quieren escuchar las voces de la gente que está siendo impactada por las acciones persistentes de la dominación colonial", dijo. "Si podemos escuchar las voces de nuestra historia, entonces podremos reinventar el futuro".
Actualmente, Reyes está llevando su película en una especie de peregrinación por México, proyectando 499 para la gente que vive en el histórico camino de guerra que Cortés recorrió desde Veracruz hasta Tenochtitlán. El 13 de agosto llegará a Ciudad de México, construida sobre las ruinas de la capital azteca.
"Estamos constantemente tratando de dar sentido a la historia, tratando de usarla para entender nuestro momento actual", dijo Reyes. "Y 499 promueve la idea de que debemos ser escritores más activos sobre nuestras propias historias", concluyó.