Por Orlando Matos
La Habana, 13 de junio.- Un abandonado muelle de la bahía habanera acaba de recibir una rehabilitación inesperada. Luces multicolores y una contagiosa música remozaron su añosa estructura con el resurgimiento aquí de un clásico de Broadway.
En la sorprendente locación este viernes fue el estreno absoluto del musical “Carmen Jones- El Amor Cubano”, basado en la pieza de Oscar Hammerstein II que en los años cuarenta del siglo pasado recreó la famosa ópera de Bizet en el exigente circuito neoyorquino.
En esta presentación, primera de cuatro consecutivas que se realizarán hasta el venidero día 16, el público disfrutó de una novedosa escenografía –gradas que incluyeron dos viejos camiones Chevrolet- más una dinámica puesta en escena de un elenco artístico de excelencia.
La versión cubana, por supuesto, adoptó temática y sabor musical de la isla. Esta Carmen vive la agitada etapa pre-revolucionaria en el oriente del país, viaja hasta La Habana, y se debate en el amor entre un soldado y un boxeador hasta cumplir su destino fatal.
Todo aderezado con una mezcla de ritmos y bailes cubanos que consiguen armonía con los aires de ópera y del musical norteamericano. “Esto es totalmente una brillante idea”, valora Alex Lacamoire, músico estadounidense merecedor de un premio Tony (2008) y un Grammy (2009).
De ascendencia cubana, Lacamoire es el arreglista musical de la obra –junto a Edgar Vero- y siente que este trabajo es “algo que necesitaba hacer y ser parte”, y le vaticina trascendencia a este musical, que algún día será apreciado en “Europa y Estados Unidos”.
Similar aspiración manifiesta el laureado director británico Christopher Renshaw (nominado a un Tony por la pieza El Rey y Yo), quien califica la colaboración “entre varias naciones” para moldear la Carmen cubana como “algo que nunca antes ha sucedido”.
Con entusiasmo desbordante por “el fantástico edificio” donde ha proyectado su creatividad en este musical, que cuenta medio centenar de artistas en escena, Renshaw afirma que tal ambiente “añade cosas especiales para hacer teatro” en esta capital.
Willem Metz con su compañía WMM, radicada en Holanda, apuesta por “un equipo internacional de alto nivel” más el “talento artístico cubano” para lograr “un concepto de producción muy al estilo de Broadway”, capaz de “contar otra vez esta historia reelaborada” en el lugar donde se originó.
Jonathan Lee, co-productor de la obra, considera que el espectáculo “es muy especial” por ser la “primera vez” que se trabaja de tal forma un musical en la isla, que asegura “no ha visto algo similar”.
La joven cantante Luna Manzanares, en “el retador” rol protagónico, logra una convincente actuación porque “siente que Carmen ya está dentro” de ella.
El poeta y dramaturgo Norge Espinosa – que escribió la versión en español de la pieza- coincide en que resulta estimulante comprobar como el personaje “de esta mujer cubana se convierte en una nueva Carmen”.
Quizás el espíritu de otro Buena Vista este rondando por estos días el desprovisto muelle habanero.