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Cuba abre la puerta al extranjero a los deportistas

Cuba mira al mercado, ahora por la vía del deporte

Por Orlando Matos

La Habana, 27 de septiembre.- ¡Increíble! me dijo el carnicero de un agromercado donde habitualmente hago mis compras. ¡Increíble! me repitió mientras leía el diario Granma, que hoy informa de cambios en la política deportiva del país.

“Aunque se pedía a gritos, nunca creí que finalmente lo hicieran”, prosiguió antes de comentarme que ahora los deportistas “no se van a hacer ricos, pero van a coger más plata”, en referencia a las nuevas medidas anunciadas por el gobierno para “atletas, entrenadores y especialistas”.

La iniciativa abre las esclusas al mercado deportivo al permitir que los deportistas cubanos puedan contratarse con ligas foráneas algo que, aunque en limitada medida ocurrió eventualmente en el pasado, ahora al parecer será extensivo.

Este apartado lo condicionan a que se realice “protegido por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y las Federaciones Deportivas”, y a que tomen parte por la isla en “las competencias fundamentales del año”.

De igual modo, el gobierno deja en libertad a deportistas, entrenadores y especialistas, para embolsillarse la totalidad de los premios en divisas que obtengan en competencias internacionales, con la única obligación de pagar los impuestos establecidos en el país para tales casos. 

Ciertamente se trata de números  –en el caso de los pesos cubanos- poco relevantes, aunque en el caso de los contratos foráneos y premios de competencias internacionales, por tratarse de divisas, las cifras comienzan a resaltar, poniendo distancia entre el poder adquisitivo de los deportistas y el de la inmensa mayoría de los cubanos.

Del mismo modo,  la llamada futura “política de remuneración” en el sector deportivo de la isla, que comenzará a partir de enero de 2014 en la mayoría de los deportes y desde el venidero 3 de noviembre en el caso del béisbol, contempla incrementos salariales sustanciales comparados con las cifras actuales.

Los salarios mensuales oscilan desde 1,500 pesos cubanos hasta 450, a lo que se añaden “estimulaciones” desde 2,500 hasta 300 por medallas obtenidas en eventos internacionales y premios, en el caso de los beisbolistas de la Liga Nacional, desde 5,000 hasta 1,000.

Los premios en la llamada Serie Nacional de béisbol se extienden a los equipos, pues para los campeones habrá una bolsa de 65,000 pesos, para los subcampeones 45,000 y para el tercer lugar 30,000.

Conceptualmente aparte del matiz económico, la nueva medida clasifica entre las más radicales, pues toca preceptos “socialistas” de larga data y que parecían inamovibles. Aunque las autoridades insistan en que sus deportistas son “aficionados”, la movida apunta al profesionalis

De hecho, la teorización que hacen de los “atletas de alto rendimiento” pone en evidencia, verdad de perogrullo, que se trata de deportistas que su actividad durante todo el año, o gran parte de él, es... el deporte. Y, poco, pero se les paga por ello.

Incluso en la información hoy publicada se desliza la existencia de una relación contractual “como atleta activo en los equipos nacionales”.

No hay que olvidar que a partir de que el gobierno cubano abolió el profesionalismo en 1961, cualquier vínculo deportista-dinero fue descalificada. Para no acudir a dichos muy antiguos, en una fecha no tan distante como junio de 2005, el entonces presidente Fidel Castro rechazaba, una vez más, el deporte rentado.

“El deporte no es en nuestra concepción un instrumento más del mercado, un medio de vida de los jóvenes en vez del estudio y el trabajo”,  afirmaba Castro categórico, y remataba que nos “hemos opuesto y nos seguimos oponiendo a esa concepción mercantilista del deporte”.

Ahora el actual gobierno de Raúl Castro valora como “justa la decisión de perfeccionar la remuneración para atletas, entrenadores y especialistas del deporte” y afirma “que se trata solo del comienzo del camino” y en tal senda promete “otras medidas” que verán la luz “progresivamente”.