El hombre que abrió fuego durante una recepción en una iglesia del sur de California, matando a una persona e hiriendo a cinco, era un inmigrante chino motivado por el odio hacia los taiwaneses, según informaron este lunes las autoridades, que investigan lo sucedido como un crimen de odio.
El atacante abrió fuego contra miembros de la iglesia presbiteriana taiwanesa, ubicada en Laguna Woods, en la tarde del domingo, matando a una persona, identificada como John Cheng, de 52 años, e hiriendo a cinco más.
Cuando hizo una pausa para recargar su arma, fue detenido por los propios feligreses de la congregación y por un pastor, en una hazaña descrita por las autoridades como heroica.
“Mostraron lo que creemos que es un heroísmo y una valentía excepcionales al intervenir para detener al sospechoso. Sin duda evitaron que hubiera más muertos y heridos”, afirmó Jeff Hallock, oficial del Departamento del Sheriff del condado de Orange.
El sheriff del condado de Orange, Don Barnes, dijo que el motivo del tiroteo fue un desacuerdo entre el atacante, identificado como un inmigrante chino y la comunidad taiwanesa. El crimen está siendo investigado como un incidente de odio por el FBI a nivel federal.
El presunto asesino ha sido identificado como David Chou, de 68 años y vecino de Las Vegas, Nevada. Está acusado de un cargo de asesino y cinco de intento de asesinato, según NBC News.
El domingo, manejó hasta la iglesia, de la cual no era un miembro regular, bloqueó las puertas de salida del edificio y comenzó a disparar, relató el sheriff. Cheng fue una de las personas presentes que intentó desarmarlo, y resultó mortalmente herido. Luego, el pastor golpeó en la cabeza con una silla, y otros lo ataron con cables eléctricos para inmovilizarlo hasta que llegaran las autoridades.
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Jerry Chen, un miembro de la congregación de 72 años, relató a la agencia de noticias The Associated Press que escuchó una serie de disparos alrededor de la 1:30 de la tarde del domingo cuando entró a la cocina de la iglesia presbiteriana taiwanesa de Irvine, en Laguna Woods, donde se realizaba un almuerzo en honor a un pastor.
Chen se asomó entonces por una esquina de la habitación hacia la sala principal de la iglesia y vio a los miembros de la congregación gritando, corriendo y agachándose bajo las mesas. “Sabía que alguien estaba disparando”, dijo, “y estaba muy, muy asustado. Salí corriendo por la puerta de la cocina para llamar al teléfono 911”.
Chen, quien llamó al 911 desde el estacionamiento de la iglesia, dijo que estaba en tal estado de shock que no pudo decirle al operador su ubicación. “Tuve que pedirle a otra persona la dirección”, contó.
El hombre armado mató a un hombre e hirió a cinco ancianos, a cuatro de ellos de gravedad, indicaron las autoridades, hasta que los propios feligreses lograron detener la balacera.
El tiroteo se produjo tan sólo un día después de que un joven de 18 años matara a tiros a 10 personas en un supermercado en Buffalo, Nueva York, en lo que la policía considera un ataque racista.
El domingo hubo otro tiroteo en Texas que dejó dos muertos tras una discusión en un mercado de pulgas.
En California, Chen dijo que un grupo de unos 40 feligreses se había reunido en el salón para almorzar después de un servicio matutino y homenajear a su expastor, Billy Chang, quien había servido en la iglesia durante 20 años. Chang regresó a Taiwán hace dos años, y esta era la primera vez que volvía a Estados Unidos.
“Acababan de terminar de almorzar”, contó Chen, “se estaban tomando fotos con Chang. Él marchó a la cocina y fue entonces cuando escuchó los disparos y salió corriendo.
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Sus compañeros de la congregación le contaron después que cuando el asesino se detuvo para recargar su arma, Chang lo golpeó en la cabeza con una silla; otras personas le quitaron el arma y luego le ataron con un cable eléctrico, según relató Chen.
“Fue increíble lo valientes que fueron”, dijo, “esto es muy triste. Nunca, nunca pensé que algo así sucedería en mi iglesia, en mi comunidad”.
La mayoría de los miembros de la iglesia son inmigrantes taiwaneses ancianos, dijo Chen. “Somos en su mayoría jubilados y la edad promedio de nuestra iglesia es de 80 años”, dijo.
Creo que es seguro decir que si la gente no hubiera intervenido podría haber sido mucho peor"
Jeff HallockJeff Hallock Agente del Sheriff
Laguna Woods se construyó como una comunidad para personas mayores y luego se convirtió en una ciudad.
Más del 80% de los residentes de la localidad, de 18,000 habitantes y a unas 50 millas al sureste de Los Ángeles, tienen al menos 65 años. El incidente ocurrió en un área con iglesias católicas, luteranas y metodistas, y una sinagoga.
“Creo que es seguro decir que si la gente no hubiera intervenido, podría haber sido mucho peor”, dijeron las autoridades locales.
La investigación recién comienza, agregaron, y aún hay muchas preguntas sin respuesta, incluyendo si el agresor asistió al servicio, si los feligreses lo conocían, y cuántos disparos se hicieron.
Cinco adultos mayores heridos
La mayoría de los fieles en la iglesia en ese momento eran de ascendencia taiwanesa, dijo Carrie Braun, portavoz del sheriff.
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Entre los heridos hay cuatro hombres asiáticos, de 66, 75, 82 y 92 años, y una mujer asiática de 86 años, dijo el Departamento del Sheriff. No se ha revelado aún información sobre el asesino.
El tiroteo más mortífero dentro de una iglesia ocurrió en 2017 en Sutherland Springs, Texas, cuando un hombre abrió fuego en un servicio dominical en la Primera Iglesia Bautista y mató a más de dos docenas de personas.
En 2015, otro hombre disparó docenas de balas durante la oración final de una sesión de estudio bíblico de 2015 en la iglesia Mother Emanuel AME de Charleston en Carolina del Sur. Nueve miembros de la congregación negra fueron asesinados; el atacante se convirtió en la primera persona sentenciada a muerte por un crimen de odio federal; aún está pendiente su apelación ante la Corte Suprema.