Por primera vez desde el nacimiento de la Mara Salvatrucha en Los Ángeles, hace más de cuatro décadas, el gobierno de Estados Unidos ha acusado a un miembro de esa pandilla de terrorismo, según anunció este miércoles el presidente Donald Trump.
El mandatario también informó sobre la detención de otras figuras prominentes de la MS-13. Además, destacó que el Departamento de Justicia pedirá la pena de muerte para los arrestados que sean condenados por delitos capitales.
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"Tenemos al líder de la MS-13 y está acusado de terrorismo, eso es lo primero", dijo Trump durante una reunión en Oficina Oval en referencia al arresto de Armando Eilú Melgar Díaz, cabecilla de esa pandilla y quien presuntamente controlaba desde El Salvador a sus integrantes en 13 estados del país.
En la operación denominada Proyecto Volcán, que el presidente calificó de “histórica” y que, en sus palabras, fue el resultado de una “campaña total para destruir a la MS-13, una banda de personas viles y malvadas”, también se detuvo a 21 figuras claves del grupo en los estados de Nueva York y Nevada.
“Creemos que los monstruos que asesinan niños deberían ser ejecutados”, aseveró Trump. “Estas personas asesinan niños y lo hacen de la manera más lenta y cruel posible. No permitiremos que estos animales aterroricen a nuestras comunidades. Y mi administración no descansará hasta que cada miembro de la MS 13 sea llevado ante la justicia”, agregó.
Trump, que ha atribuido la violencia y el crecimiento de las pandillas a las políticas de inmigración laxas, también destacó que la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos ha arrestado a más de 2,000 miembros de MS-13 en los últimos años.
En la reunión también estuvo presente el fiscal general del país, William Barr, que describió a la MS-13 como una “secta de la muerte” y aseguró que sus integrantes están motivados por el “honor de ser la persona más salvaje y sedienta de sangre que puedas ser y construir una reputación como asesino”.
“La única forma de derrotar a la MS-13 es atacando a la organización en su conjunto, enfocándose en la estructura de liderazgo y desplegando un enfoque de todo el gobierno contra un enemigo común”, dijo John Durham, un fiscal federal en Nueva York que dirige el Proyecto Volcán.
Barr adelantó que pedirán la pena capital para Alexi Sáenz, cabeza de la pandilla en Nueva York y que fue imputado por el brutal asesinato de los estudiantes Nisa Mickens, Kayla Cuevas y José Peña de la escuela de Brentwood.
“Estuvo involucrado en esas muertes, también en los asesinatos de dos afroamericanos que vio en la calle y pensó que eran pandilleros rivales”, mencionó el fiscal Barr.
Sáenz fue arrestado en 2016 en el marco de redadas conjuntas del FBI y la policía de Suffolk y fue imputado por cargos que incluyen asesinato, conspiración, crimen organizado y otros delitos por la muerte de cinco personas.
La MS-13, considerada como una de las principales amenazas de delincuencia organizada transnacional en los Estados Unidos, es única, dijo Barr, ya que no está impulsada por “intereses comerciales” sino por pura sed de sangre.
“En 2017, el presidente ordenó al Departamento de Justicia declarar la guerra contra la MS-13 y simplemente hemos hecho eso”, explicó el fiscal Barr, que destacó la colaboración con el Departamento de Seguridad Nacional y se comprometió a “no descansar hasta vencer” a este grupo delictivo transnacional.
Por su parte, la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York dijo en un comunicado que ha presentado un total de 24 cargos, entre ellos asesinato y delitos relacionados con secuestros y tráfico de drogas, contra esos diez miembros de los Hollywood Locos Salvatruchas y los Sailors Locos Salvatruchas Westside, dos grupos locales de la Mara Salvatrucha.
Entre los imputados están David Sosa-Guevara, de 28 años, y Kevin Torres, de 25, además de cinco individuos ya en custodia, dos fueron detenidos este martes en Carolina del Norte y serán trasladados a Nueva York, y uno está en paradero desconocido. Se desconoce la situación de los dos pandilleros restantes porque eran menores de edad cuando cometieron “varios asesinatos”.
El fiscal neoyorquino en funciones, Seth D. DuCharme, indicó que los acusados seguían el código “brutal” de la MS-13 y que sus víctimas fueron “acuchilladas con machetes, otra recibió numerosos disparos y otra fue decapitada”, a lo que el responsable del FBI, William Sweeney, agregó que algunas eran adolescentes, lo que aterrorizó a la comunidad.
Se les atribuyen precisamente los asesinatos violentos de Javier Castillo (2016) y Ángel Soler (2017), dos adolescentes de 15 años procedentes de Long Island que supuestamente pertenecían a la banda rival Barrio 18 y cuyas muertes fueron ordenadas por los líderes de las pandillas y ejecutadas por sus miembros, según el documento de la imputación.
Asimismo, se les vinculan con los asesinatos violentos de otros cuatro jóvenes adultos en 2016 y que supuestamente pertenecían a esa banda rival: Oscar Acosta, de 19 años; Kerin Pineda, de 20 años; Josue Amaya Leonor, de 19 años, y Carlos Ventura Zelaya, de 24 años.
Se cree que la MS-13 fue fundada como una pandilla callejera en Los Ángeles a mediados de la década de 1980 por inmigrantes que huían de la guerra civil en El Salvador. La pandilla recluta jóvenes adolescentes de El Salvador y Honduras, aunque muchos pandilleros nacieron en Estados Unidos.
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