El tiroteo del sábado en un supermercado de Buffalo ha sido calificado como un ataque racista y un crimen de odio. En total 10 personas resultaron muertas y tres permanecen heridas. Del total de las víctimas 11 eran personas negras, dicen las autoridades.
Entre ellas está Aaron Salter, de 55 años, quien fue el guardia de seguridad de Tops Market que enfrentó al atacante con su arma, según confirma la afiliada de NBC News en Buffalo. Sin embargo, los disparos no impactaron al atacante de 18 años ya que este llevaba un chaleco antibalas. El joven devolvió el fuego y mató al exoficial.
Salter era un exoficial de la Policía de Buffalo. El comisionado, Joseph Gramaglia, dijo que Salter era un “héroe”.
Los disparos comenzaron el sábado a las 2:30 de la tarde en el estacionamiento del supermercado. Allí murieron tres personas. El atacante, Payton Gendron, ingresó luego a la tienda y disparó con un rifle. Luego al salir amenazó con dispararse en el cuello, pero fue disuadido y detenido.
Ruth Whitfield, una mujer de 86 años, venía de visitar a su marido en una residencia de ancianos y paró en la tienda a hacer compras, según contó su hijo a NBC Buffalo.
También murió Pearly Young, de 77 años quien fue descrita por la estación local como una mujer que ayudaba a su comunidad y que dirigía un banco de comida para alimentar a las personas en el barrio Central Park durante 25 años.
El diario The New York Times también confirmó que Roberta Drury, de 32 años, falleció en el supermercado al que fue para comprar ingredientes para la cena. "Siempre era el centro de atención y hacía sonreír y reír a todos", dijo su hermana Amanda Drury a la publicación.
Celestine Chaney, de 65 años, fue otra de las víctimas y estaba en la tienda comprando fresas para hacer un pastel con su hermana, quien logró esconderse en un refrigerador cuando el atacante estaba disparando. "Pero mi madre ya no puede caminar como antes", aseguró a The New York Times, Wayne Jones, hijo de Chaney.
Los otros fallecidos son: Margus D. Morrison, de 52 años; Andre Mackneil, de 53; Geraldine Talley, de 62; Heyward Patterson, de 67; y Katherine Massey, de 72.
Uno de los heridos es el hijo de una mujer que hace parte del equipo de trabajo del senador estatal Tim Kennedy. "Esta noche, un miembro de mi personal, mi familia extendida, está en ECMC cuando debería estar en casa. Está sentada en la sala de espera de un hospital, porque su hermoso y extraordinario hijo fue disparado mientras solo hacía su trabajo", escribió el senador en Twitter.
Aunque no se ha confirmado la identidad total de los fallecidos por las autoridades, en una rueda de prensa el domingo la fiscal general de Nueva York, Letitia James dio a conocer algunas descripciones, como la mujer que paró a comprar algo luego de visitar a su esposo.
James aseguró que se reunió con algunos empleados del supermercado. "Abracé a una joven que trabajaba en Tops Market y tenía miedo de haber pedido la vida (..) estaba temblando en mis brazos".
Dos de los heridos ya fueron dados de alta del hospital y el tercero permanece en condición estable, informaron las autoridades locales.
“Sólo rezaba y trataba de salir”
Jennifer Tookes dijo a NBC News que estaba en el mercado con un primo cuando se empezaron a escuchar los disparos en la parte delantera de la tienda.
“Se detuvo, disparó de nuevo”, dijo, los tiros del rifle del hombre se acercaron cada vez más al interior de la tienda “Sólo rezaba y trataba de salir. Es todo lo que podía hacer”, agregó su relato.
La mujer corrió hasta dos puertas donde logró salir al estacionamiento y de ahí se intentó comunicar con su primo que se escondió en un refrigerador hasta que el atacante dejó de disparar.
“Vi los tres cuerpos tirados afuera en el estacionamiento. Uno estaba junto a la puerta. Un hombre estaba junto a su auto. Otra chica estaba justo ahí”, contó y agregó que esas imágenes quedarán en su cabeza “por el resto de mi vida”.
Katherine Crofton, una bombera y médica jubilada, contó a NBC News que vio al asesino disparar, desde la entrada de su casa. Pudo reconocer que baleó a una mujer que entraba a la tienda y a otra que estaba metiendo sus compras al auto. “Me agaché porque no sabía si me iba a disparar”, contó.