Un acaudalado dentista fue acusado de disparar a su esposa directamente al corazón con una escopeta en un Safari en África para estar con su novia de toda la vida. Él sostiene que ella descargó el arma por error.
Lawrence Larry Rudolph, de 67 años, fue acusado del asesinato de su mujer, Bianca Rudolph, de 30, quien murió tras recibir un disparo de su escopeta Browning en su cabaña mientras hacía la maleta a toda prisa la mañana de octubre de 2016 en la que debían abandonar Zambia y emprender su viaje de vuelta a Estados Unidos.
También está acusado de fraude postal en lo que los fiscales describen como un crimen premeditado. Se enfrenta a una posible pena de muerte si es declarado culpable de asesinato.
La pareja viajó a finales de septiembre de 2016 desde su casa en Phoenix a Zambia, en el sur de África, donde ella estaba decidida a añadir un leopardo a su colección de trofeos animales, según reportó la cadena CNN.
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Los fiscales federales alegan que Rudolph mató a su esposa por el dinero del seguro y para estar con su novia. Este le pagó más de 4,8 millones de dólares tras la muerte de Bianca, según los documentos judiciales.
Rudolph tenía un patrimonio millonario de más de 15 millones de dólares cuando su esposa murió por lo que, según su abogado David Markus, no tenía motivos económicos para asesinarla.
Los abogados dieron sus últimos argumentos el viernes en la corte federal de Denver antes de entregar el caso a un jurado de seis mujeres y seis hombres. Los miembros del jurado no llegaron a un veredicto al final del día y reanudarán las deliberaciones el lunes.
Markus instó el viernes a los miembros del jurado a desestimar lo que, según él, era un caso del Gobierno construido sobre chismes e insinuaciones y a absolverlo.
Aseguró que los fiscales federales no habían probado que Bianca, una viajera nerviosa, no se disparara accidentalmente.
Markus reconoció que Rudolph, un cazador de caza mayor y exdirector de un club de Safari internacional que declaró que tenía un matrimonio abierto con su esposa, puede no ser simpático pero dijo que sigue siendo inocente.
“Demos al doctor Rudolph el beneficio de la duda que exige la ley. Él no hizo esto”, dijo Markus en los argumentos finales.
Pero los fiscales dijeron que los hechos del caso eliminaban toda duda de la culpabilidad de Rudolph, incluyendo que el disparo alcanzó el corazón de Bianca en un ángulo que indicaba que el arma estaba ligeramente por encima y a unos 2 o 3.5 pies (1 metro) de distancia de ella. El disparo mortal no pudo ser causado por la caída accidental del arma, dijo a los miembros del jurado el fiscal adjunto, Bryan Fields.
El día antes del funeral de su esposa, Rudolph presentó una solicitud de seguro de vida, y un día después de este, se fue a Las Vegas con su su novia, Lori Milliron. Y a finales de mes se mudó a su casa, según el fiscal adjunto Garreth Winstead.
Fields dijo que Rudolph mató a su esposa para estar con Milliron, una empleada de muchos años en su franquicia dental de Pennsylvania, y recuperar el control sobre su vida y sus finanzas después de que Bianca empezara a exigir más voz en las finanzas de la pareja y a presionar a su marido para que despidiera a Milliron. Milliron fue juzgada junto a Rudolph por acusaciones de mentir a un gran jurado y ser cómplice después de los hechos.
Fields acusó a Rudolph de llorar “lágrimas de cocodrilo” en el estrado.
Un camarero de un restaurante de carne en Phoenix, donde Milliron se trasladó para estar con Rudolph después de la muerte de Bianca, dijo que escuchó a Rudolph decir “¡Maté a mi p--- esposa por ti!” durante una discusión que tuvieron a principios de 2020.
Sin embargo, Brian Lovelace testificó que no pudo escuchar las palabras justo antes de esa declaración porque estaba sonando música. Rudolph testificó que en realidad dijo: “¡Ahora dicen que maté a mi p--- esposa por ti!” después de enterarse de que el FBI lo estaba investigando.
Durante el juicio, el guía de caza de toda la vida de los Rudolph, Mark Swanepoel, testificó que siempre pueden producirse errores con las armas de fuego. “El diablo carga la escopeta”, aseguró.
“El diablo carga la escopeta pero son los demonios los que persiguen al hombre que la empuña”, dijo Fields.