El avión en el que viajaba Harold E. Bray, un alguacil local, sobrevolaba las montañas de Colorado una noche de enero de 1982 cuando miró por la ventanilla y se percató de varios destellos de luz: tres destellos cortos, tres largos y otros tres largos más. Inmediatamente le avisó al capitán de que se trataba de un SOS, la señal internacional de socorro en clave morse.
Cuando los rescatistas en tierra escalaron una montaña a 10,000 pies de altura con temperaturas bajo cero, hallaron a Alan Lee Phillips, de 30 años, cuyo vehículo había quedado atrapado en la nieve. Su rescate acaparó los titulares de los medios de comunicación a nivel nacional.
Pero después de casi cuatro décadas, la historia conmovedora del conductor inocente que intentaba llegar a casa en medio del mal tiempo se ha desdibujado. La policía acusa a Phillips de haber matado a dos mujeres horas antes de quedar atascado en la nieve y a quienes se les ha identificado como Annette Kay Schnee, de 22 años, y Barbara Jo Oberholtzer, de 29.
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Basados en resultados de muestras de ADN, las autoridades del condado de Park, Colorado, pusieron a Phillips, de 70 años, bajo arresto y lo acusan de homicidio, secuestro y agresión.
“Después de evitar lo sucedido todos estos años, ahora [Phillip] tendrá que enfrentarlo”, destacó Charlie McCormick, exdetective de homicidios en Denver que estuvo a cargo del caso por muchos años, en entrevista con la estación local KUSA. Ambas víctimas fueron reportadas como desaparecidas el 6 de enero de 1982 cerca a Breckenridge, Colorado, donde trabajaban.
A Oberholtzer se le vio por última vez luego de tomar unos tragos con unos colegas justo antes de las 8:00 de la noche. Al día siguiente, su familia encontró su cadáver a unas 10 millas al sur de Breckenridge, en un montículo de nieve cerca de una autopista, de acuerdo con el Buró de Investigaciones de Colorado.
La policía informó que a Oberholtzerse la hallaron boca abajo con una herida de bala en el tórax mientras que sus pertenencias fueron encontradas a 20 millas de distancia.
Shnee, por su parte, fue vista por última vez esa misma tarde. Su cuerpo fue encontrado seis meses después en el Condado Park. Según las autoridades, la víctima fue hallada con vestimenta –aunque desaliñada– boca abajo en un riachuelo y con una herida de bala en la espalda.
La obsesión de McCormick, que empezó a investigar el caso en 1989 cuando la familia lo contrató como detective privado, y al que le pagaba un dólar simbólico al año, empezó a ver sus frutos una década más tarde, cuando se ofreció como voluntario para formar parte de un equipo especial creado por la Fiscalía, según él mismo relató a KUSA.
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Fue entonces cuando el caso tomó forma con la ayuda de la genealogía genética. Sin embargo, demoró años en concretarse una conexión entre los árboles genealógicos de la familia con el sospechoso. Todo cambió a principios de 2021. McCormick recibió una llamada del equipo de investigadores genealógicos con la buena noticia: el ADN había sido vinculado a Phillips.
El 3 de marzo de este año, la policía anunció el arresto de Phillips durante un control de tráfico. Al igual que aquella noche de 1982, cuando Phillips era el centro de atención mediática luego de su increíble rescate, la imagen del padre de tres hijos aparecía en todos los canales de la televisión local.

Fue entonces cuando Dave Montoya, un ex jefe del Departamento de Bomberos del Condado Clear Creek, Colorado, reconoció al sospechoso como el hombre a quien él rescató hace casi cuatro décadas.
Montoya narra que encontró a Phillip al borde de la medianoche atascado con su vehículo en una cima de Guanella Pass, Colorado. Philip, según Montoya, presentaba un moretón en el rostro y señales de estar ligeramente tomado.
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Un cable de la época, de la agencia United Press International, menciona que Phillips dijo que esa noche había visitado la casa de un amigo en Bailey, Colorado, cuando se quedó atascado.
“Estaba en su camioneta pequeña y cuando me vio dijo ‘Dios, me he salvado’”, aseguró Montoya, quien llevó a Phillip a su casa móvil esa misma noche. Nunca más lo volvió a ver, al menos hasta cuando se enteró de que lo relacionaban con las muertes de Schnee y Oberhozer.
“Se salvó, logró que se salve su vida, no murió allí, pero antes hizo cosas malas y tendrá que pagarlas”, culminó Montoya.
Phillips tiene programada una comparecencia en corte el próximo 3 de septiembre.
Con información de KUSA y The Washington Post