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Seis muertes a manos de la policía en un día: lo que pasó en las 24 horas posteriores al veredicto por el caso George Floyd

Mientras en las calles se celebraba que un jurado halló culpable a Derek Chauvin, el exagente que asfixió y mató a George Floyd en mayo del año pasado, por lo menos seis personas perdieron la vida tras ser baleadas por agentes.
/ Source: Telemundo

Por Associated Press

Mientras se leía el veredicto contra Derek Chauvin en un tribunal de Minneapolis por el homicidio de George Floyd y existía jubilo en las calles por lo que muchos consideraron como un acto de justicia, seguía corriendo sangre por las calles del país como consecuencia de la violencia policial.

Al menos seis personas recibieron disparos mortales de policías en Estados Unidos en las 24 horas posteriores a la decisión del jurado que declaró culpable a Chauvin. La lista de los fallecidos es lamentable: una niña de 16 años en Columbus, Ohio; un hombre arrestado en Escondido, California; un hombre de 42 años en el este de Carolina del Norte, un hombre no identificado en San Antonio, otro asesinado en la misma ciudad pocas horas después y un sujeto de 31 años en el centro de Massachusetts.

Las muertes, en algunos casos, provocaron nuevos clamores de justicia. Algunos exigieron hacer cambios radicales en la actuación policial, una petición que el veredicto de Chauvin no puede disimular. Para otros los tiroteos son un trágico recordatorio de las difíciles y peligrosas decisiones a las que se enfrentan diariamente los policías.

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Las circunstancias que rodean a cada muerte son muy diferentes. Algunas ocurrieron mientras los agentes investigaban delitos graves. La policía dice que algunas de las personas estaban armadas con una pistola, un cuchillo o un palo de metal. Un hombre dijo tener una bomba que amenazó con detonar. En varios casos se conocen pocos detalles sobre la vida de los asesinados y de lo que ocurrió en sus últimos momentos.

Pocas veces las miles de interacciones que se producen a diario entre los agentes de policía y los civiles concluyen en asesinatos. Los encuentros sin incidentes entre la policía y la población son comunes y no generan ningún problema. Pero es una historia muy diferente cuando se saca un arma y se acaba con una vida.

Casi en simultáneo

Mientras la nación observaba al juez leer el veredicto contra Chavuin el martes por la tarde, un oficial a cientos de millas de distancia escuchaba por la radio de su patrulla en un vecindario de Columbus, Ohio, que un compañero de labores acababa de matar a tiros a una adolescente.

La policía había sido llamada a la casa después de que alguien se comunicara con el 911 y reportara haber sido amenazado físicamente. Las imágenes de las cámaras corporales muestran a un agente acercándose a un grupo de personas en la entrada de la casa mientras la adolescente, Ma'Khia Bryant, empuña un cuchillo. Momentos después, la chica carga contra una joven inmovilizada contra un automóvil.

Una activista de Black Lives Matter sostiene una pancarta que recuerda la corta edad de MaKhia Bryant, baleada por la policías a los 16 años.
Una activista de Black Lives Matter sostiene una pancarta que recuerda la corta edad de MaKhia Bryant, baleada por la policías a los 16 años. SOPA Images/LightRocket via Getty Images

El agente dispara cuatro veces antes de que Bryant caiga al suelo. Una navaja de mango negro, similar a un cuchillo de cocina o de carne, yace en la acera junto a ella.

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"¡No tenías que dispararle! Es sólo una niña", le gritó un hombre al agente.

El oficial responde: "ella tenía un cuchillo y fue a atacarla a ella".

Más tarde un vecino angustiado grita a los agentes: "¿Ves por qué importan las vidas de los negros? ¿Lo entiendes ahora?"

Bryant, que estaba en régimen de acogida en ese momento, era una chica tímida y tranquila a la que le gustaba hacer videos de peinados y bailes en TikTok, según dijo su abuela, Debra Wilcox, a la agencia de noticias Associated Press. Su familia dice que sus acciones de ese día estuvieron fuera de lugar.

"No sé qué pasó allí, a no ser que temiera por su vida", dijo Wilcox.

Aunque las autoridades han dicho que la muerte de Bryant fue una tragedia, apuntan a las leyes que permiten a la policía usar la fuerza letal para protegerse a sí misma y a otros.

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La actuación del agente fue "un acto de heroísmo" con resultados trágicos, dijo el presidente de la Orden Nacional de Policía, "una demostración más de las situaciones" a las que se enfrenta la policía.

Aproximadamente al mismo tiempo que la radio informaba a Columbus la noticia del veredicto de Chauvin, dos agentes de San Antonio se enfrentaban a un hombre en un autobús. No está claro cómo empezó todo, pero la policía dice que el hombre no identificado que terminó recibiendo disparos mortales de los agentes, estaba armado.

Esa misma noche, en la misma ciudad, las autoridades dicen que un hombre mató a una persona que trabajaba en un cobertizo fuera de su casa. Cuando llegaron los agentes, el sospechoso empezó a disparar a la policía. Estos devolvieron los disparos y lo mataron. Las autoridades no han revelado su nombre aún.

Más tiroteos

Mientras el país asimilaba las noticias de Minneapolis, en Worcester, Massachusetts, la noche estuvo marcada por otro enfrentamiento con armas de fuego en el que la policía estuvo involucrada.

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Phet Gouvonvong, de 31 años, llamó al 911 y amenazó con hacer estallar una bomba que tenía en su poder. Los agentes pudieron localizarlo, dijeron que llevaba un chaleco antibalas, una mochila y lo que parecía ser un rifle.

Un equipo SWAT de la policía se unió a los negociadores. Uno de ellos se puso en contacto con Gouvonvong por teléfono para intentar calmarlo, según las autoridades.

Alrededor de la medianoche, Gouvonvong se acercó a la policía y un agente abrió fuego. Fue declarado muerto en el lugar de los hechos y la policía no ha confirmado públicamente si realmente tenía un artefacto explosivo.

Gouvonvong tuvo problemas con las autoridades a lo largo de los años, incluyendo una condena por asalto y agresión con un arma, pero una tía dijo que había cambiado su forma de vida al ser consultada por el periódico Telegram & Gazette.

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Su madre, Marie González, lloró desconsolada y se desplomó en el lugar del asesinato el jueves. Le dijo al periódico que había llamado a la policía el martes por la noche para intentar ponerse en contacto con su hijo, pero que no la comunicaron. Ella creía que podía haber evitado el suceso.

"No tenían derecho a quitarle la vida a mi hijo", dijo. "No tenían derecho".

Mientras tanto los habitantes de Minneapolis se despertaban en la siguiente mañana con una ciudad cercada debido a la posibilidad de disturbios que nunca llegaron a producirse. Aunque un hombre negro de 42 años del este de Carolina del Norte fue abatido a tiros, cuando los ayudantes del sheriff intentaban cumplir órdenes de búsqueda y captura relacionadas con drogas.

Un testigo dijo que Andrew Brown Jr. fue asesinado a tiros en su automóvil en Elizabeth City cuando intentaba huir. Un vehículo que las autoridades retiraron del lugar parecía tener múltiples agujeros de bala y una ventana trasera destrozada.

Su asesinato provocó una protesta y cientos de personas exigieron la publicación de las grabaciones de las cámaras corporales de los agentes. Siete funcionarios han sido puestos en licencia desde ese momento.

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Los familiares describen a Brown como un padre cariñoso que siempre tenía un chiste que contar. También tuvo una vida difícil. Su madre fue asesinada cuando él era joven y quedó parcialmente paralizado del lado derecho por un disparo accidental. Además, había perdido un ojo por un apuñalamiento según contó su tía, Glenda Brown Thomas.

También tenía problemas con la ley, incluida una condena por un delito de posesión de drogas. El día antes de ser asesinado, se emitieron dos órdenes de detención contra él por cargos relacionados con las drogas, incluida la posesión con intención de vender cocaína, según los registros judiciales.

Los agentes no han explicado hasta ahora las razones por las que le dispararon, pero su familia está decidida a obtener respuestas. "La policía no tenía que disparar a mi bebé", dijo Martha McCullen, otra de sus tías.

¿Se presentarán cargos?

La policía del sur de California recibió una llamada esa misma mañana sobre alguien que golpeaba automóviles con los restos de un poste metálico. El hombre huyó cuando llegó la policía, pero otro agente lo vio llevando un poste de metal de dos pies en la calle.

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El hombre blanco cargó contra el agente, que le ordenó que soltara el objeto contundente antes de abrir fuego, según el registro policial.

La policía de Escondido, en los alrededores de San Diego, no ha revelado el nombre del hombre, pero sí dijo que había sido detenido casi 200 veces en los últimos 20 años por agresiones violentas a la policía, cargos de drogas y otros delitos. Los esfuerzos por conseguirle ayuda de profesionales de la salud mental no habían funcionado, dijo el jefe de policía.

 justicia racial
Getty Images

Queda por ver si algún agente se enfrentará a cargos por estos disparos y muertes. Chauvin fue condenado en gran medida gracias a un video que mostraba cómo presionaba con su rodilla el cuello de Floyd durante más de nueve minutos. Los disparos de la policía en un momento de acaloramiento son notoriamente difíciles de procesar. Los jurados han sido generalmente reacios a cuestionar a los agentes cuando afirman haber actuado en situaciones de vida o muerte.

Tras el veredicto del martes, los fiscales de varios estados en los que se han dado asesinatos en tiroteos con agentes policiales anunciaron decisiones diferentes sobre la posibilidad de presentar cargos contra las fuerzas del orden.

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Un fiscal de Florida anunció el miércoles que no presentaría cargos contra un ayudante del sheriff del condado de Brevard que disparó y mató a dos adolescentes negros. Un fiscal de California anunció la presentación de cargos por homicidio y agresión contra un ayudante del sheriff de la zona este de la bahía de San Francisco por el tiroteo contra un filipino desarmado.

Ninguno de estos casos ha generado la atención como el juicio que concluyó el martes. Algunas personas tienen la esperanza de que el veredicto de Chauvin pueda ser una coyuntura crucial en el debate nacional sobre la raza, la policía y el uso de la fuerza.

"Estamos en un momento de ajuste de cuentas", dijo Rachael Rollins, fiscal del distrito de Boston y comunidades circundantes y la primera mujer de color que ocupa el cargo de fiscal superior del condado de Massachusetts. "Si podemos ser estratégicos y unirnos, podemos hacer cambios profundos", concluyó.