El magnate inmobiliario Robert Durst, quien cumplía cadena perpetua por asesinato tras eludir la justicia durante décadas, falleció este lunes a los 78 años en un hospital de California.
"Entendemos que su muerte se debió a causas naturales asociadas a la retahíla de problemas médicos que habíamos reportado repetidamente a la corte durante los últimos años", explicó su abogado, Chip Lewis, en un comunicado.
Durst fue durante años objetivo de las autoridades como sospechoso de varios asesinatos, entre ellos el de su primera esposa, Kathleen McCormack Durst, y el de un vecino en Texas llamado Morris Black, cuyo cuerpo terminó admitiendo haber desmembrado y arrojado a la bahía de Galveston.
Sin embargo, terminó siendo arrestado por matar a Susan Berman, hija de un conocido jefe de la mafia de Las Vegas y quien fue su amiga toda la vida.
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Su caída dio un giro inesperado y excéntrico a su caso: fue detenido un día antes del final de la emisión del documental de HBO The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst, en 2015, en el que pareció confesar: "Los maté a todos, por supuesto".
El multimillonario se declaró inocente del asesinato de su amiga, pero el año pasado fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua. En noviembre de 2021, fue acusado también de la muerte de su primera esposa.
Durst murió sin arrepentirse. "Es una pena que alguien muera, sin embargo, es importante tener en cuenta que Bob Durst vivió hasta los 78 años, más décadas que dos de sus víctimas", manifestó en un comunicado John Lewin, fiscal adjunto del condado de Los Ángeles que lo procesó por la muerte de su amiga.
"Hasta el final fue hostil, sin arrepentimiento y sin remordimientos. Mis pensamientos y simpatías están con sus víctimas", agregó.
Un reguero de muertos
Durst, nacido el 12 de abril de 1943, era el hijo mayor de Seymour Durst, quien dirigía la Organización Durst, uno de los imperios inmobiliarios más poderosos de Manhattan. Su fortuna al momento de morir rondaba los 100 millones de dólares.
El magnate siempre afirmó haber presenciado cómo su madre murió tras caerse o saltar del tejado de la casa familiar cuando tenía 7 años, aunque su hermano Douglas siempre negó esta versión.
Durst conoció en 1971 a su primera esposa, entonces estudiante de medicina. Tras vivir un tiempo en Vermont, la presión familiar les hizo mudarse a Nueva York y casarse en 1973.
Nueve años más tarde la mujer desapareció y las sospechas recayeron sobre su marido, después de que diera a la policía versiones contradictorias sobre cuándo la había visto por última vez.
Su cuerpo nunca fue encontrado y la policía no le acusó del crimen.
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"Cuando Kathleen Durst desapareció el 31 de enero de 1982, su familia y amigos se quedaron con el dolor, la angustia y las preguntas que han contribuido a su búsqueda incesante de justicia durante los últimos 39 años", aseguró la fiscal del condado de Westchester, Miriam Rocah.
Berman, de su lado, fue encontrada muerta de un solo disparo en la cabeza en su casa el 24 de diciembre de 2000. Esto ocurrió poco más de un mes después de que se supiera que la policía del estado de Nueva York había reabierto su investigación sobre la desaparición de la esposa de Durst.
La policía de Los Ángeles anunció en febrero de 2001 que sus detectives estaban tratando de hablar con el magnate sobre la muerte de Berman, pero no llegaron a calificarlo de sospechoso. Para entonces, Durst había huido a Galveston (Texas) y se había disfrazado de mujer para despistar a la policía.
El multimillonario fue detenido en octubre de 2001 después de que fueran halladas bolsas de basura con partes del cuerpo desmembrado de su vecino en aguas de Galveston.
Tras pagar una fianza de 300,000 dólares, se dio a la fuga aunque volvió a ser detenido un mes después en una tienda de comestibles de Pennsylvania tras ser sorprendido intentando robar comida, a pesar de que tenía 500 dólares en efectivo en el bolsillo.
Durst finalmente reconoció haber matado a su vecino, pero alegró haberlo hecho en defensa propia y terminó siendo absuelto en noviembre de 2003.
Hollywood ya se había fijado en la agitada vida del multimillonario y en diciembre de 2010 estrenó la película All Good Things, en la que Ryan Gosling interpretaba a un hombre con un perfil similar al de Durst, cuya esposa desaparece repentinamente y se convierte en sospechoso de una serie de asesinatos.
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HBO estrenó en 2015 su propio documental, que desencadenó en el arresto de Durst cuando estaba en un hotel de Nueva Orleans, Louisiana. Fue trasladado en avión a Los Ángeles, donde fue acusado formalmente del asesinato de Berman.
La misma semana en que fue condenado a cadena perpetua, dio positivo a una prueba de COVID-19 y tuvo que ser conectado a un respirador.
A pesar de sus problemas de salud subyacentes, Durst se recuperó aunque quedó debilitado. Al regresar el lunes a un hospital para hacerse una serie de pruebas médicas, sufrió una parada cardíaca.