Robert Hanssen, un agente del FBI que se convirtió en un espía para los rusos, murió el lunes en la celda donde cumplía 15 cadenas perpetuas consecutivas por traicionar a Estados Unidos, según informaron los funcionarios federales de prisiones.
En un comunicado las autoridades dijeron que Hanssen, de 79 años, fue "encontrado inconsciente" a las 6:55 de la mañana en la prisión federal de máxima seguridad de Florence (Colorado).

A pesar de los intentos de reanimarlo, el hombre fue declarado muerto por los socorristas que trataron de salvarlo, según la Oficina de Prisiones.
Hanssen comenzó a espiar para los soviéticos en 1979, tres años después de ingresar en el FBI.
Usando el alias de "Ramón García", Hanssen, nacido en Chicago, vendió "información de seguridad nacional altamente clasificada" a Moscú a cambio de 1.4 millones de dólares en efectivo, fondos bancarios y diamantes, según informó el FBI en su página oficial de historial.
Hanssen fue detenido en 2001 después de hacer una entrega en un parque de Virginia mientras era vigilado por el FBI, que le había estado vigilando durante meses.
El exagente se declaró culpable de haber vendido durante años miles de documentos clasificados en los que se detallaban estrategias estadounidenses para una guerra nuclear, así como información de contraespionaje.
Hanssen también reveló a sus jefes de Moscú la existencia de un túnel subterráneo secreto construido por el FBI bajo la embajada soviética.
En su momento, el Departamento de Justicia describió la situación como "posiblemente el peor desastre de inteligencia de la historia de EE.UU.".
Desde el 17 de julio de 2002, Hanssen estaba preso en la cárcel de máxima seguridad de Florence, la prisión federal más segura del país, y hogar de otros reclusos de alto perfil como el terrorista de Al Qaeda Zacarias Moussaoui, el terrorista del maratón de Boston Dzhokhar Tsarnaev, el fallido "terrorista del zapato" Richard Reid y el "Unabomber" Ted Kaczynski.
¿Quién era Robert Hanssen?
Robert Hanssen nació en Chicago, Illinois, en el seno de una familia luterana, de ascendencia noruega, que vivía en el barrio de Norwood Park. Su padre, Howard, fue agente de la policía de Chicago y supuestamente lo maltrató emocionalmente durante su infancia, según consta en Spy: The Inside Story of How the FBI’s Robert Hanssen Betrayed America, un libro de David Wise sobre la vida del espía.
Hanssen se graduó de la secundaria William Howard Taft en 1962 y asistió al Knox College de Galesburg, Illinois, donde se licenció en Química en 1966. Tras su graduación solicitó un puesto de criptografía en la Agencia de Seguridad Nacional, pero fue rechazado debido a problemas presupuestarios. En 1972 se incorporó al Departamento de Policía de Chicago como investigador de asuntos internos, especializado en contabilidad forense y cuatro años después entró al FBI.
El 12 de enero de 1976, Hanssen juró hacer cumplir la ley y proteger a la nación como nuevo agente especial del FBI. Sin embargo, acabó convirtiéndose en el espía más dañino de la historia del FBI.
El 18 de febrero de 2001, Hanssen fue detenido y acusado de espionaje a favor de Rusia y la antigua Unión Soviética. Hanssen --utilizando el alias de "Ramón García" con sus contactos rusos -- había proporcionado información altamente clasificada sobre seguridad nacional a los rusos a cambio de más de 1.4 millones de dólares en efectivo, fondos bancarios y diamantes.
Sus actividades de espionaje comenzaron en 1985. Como ocupaba puestos clave de contraespionaje, tenía acceso autorizado a información clasificada. Utilizó comunicaciones encriptadas, entregas físicas y otros métodos clandestinos para proporcionar información al KGB y a su agencia sucesora, el SVR.
La información que entregó comprometía numerosas fuentes humanas, técnicas de contraespionaje, investigaciones, docenas de documentos clasificados del Gobierno estadounidense y operaciones técnicas de extraordinaria importancia y valor.
Gracias a su experiencia y formación como agente de contraespionaje, Hanssen pasó desapercibido durante años, aunque algunas de sus actividades inusuales habían despertado sospechas. Aun así, no fue identificado como espía.
En una declaración jurada, Hanssen dijo que se convirtió voluntariamente en agente de la KGB en 1985, mientras trabajaba en la división de inteligencia de la oficina del FBI en Nueva York como supervisor de una brigada de contrainteligencia extranjera. Hanssen supuestamente comenzó a espiar para los soviéticos en 1985 cuando, en su primera carta al KGB, ofreció voluntariamente información que comprometía varias áreas sensibles.
También reveló de forma independiente la identidad de dos funcionarios de la KGB que habían sido reclutados por el Gobierno de Estados Unidos para servir como agentes en la embajada soviética en Washington.
"Cuando estos dos funcionarios de la KGB regresaron a Moscú, fueron juzgados y condenados por cargos de espionaje y ejecutados", dijo Louis J. Freeh, que en ese entonces era director del FBI, en un comunicado.
La caza del topo
En la década de 1990, tras la detención de Aldrich Ames (exoficial y analista de contrainteligencia de la CIA, la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, quien entre 1985 y 1991 espió para la Unión Soviética), el FBI y la CIA se dieron cuenta de que un topo, es decir, un informante de la comunidad de inteligencia, seguía compartiendo información clasificada con los rusos.
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El punto de inflexión se produjo en el año 2000, cuando el FBI y la CIA consiguieron documentación original rusa de un espía estadounidense que parecía ser Hanssen. La investigación subsiguiente confirmó esa sospecha.
Hanssen estaba a punto de jubilarse, así que los investigadores tuvieron que actuar con rapidez. Su objetivo era atraparlo "con las manos en la masa".
"Lo que queríamos era conseguir pruebas suficientes para condenarlo y el objetivo final era pillarlo in fraganti", dijo Debra Evans Smith, ex subdirectora adjunta de la División de Contrainteligencia.
Hanssen prestaba servicio en la Oficina de Misiones Exteriores del Departamento de Estado en el momento en que surgieron las sospechas. La dirección del FBI decidió que debía ser apartado de su puesto y trasladado a la sede central. El agente especial Don Sullivan, supervisor de brigada en la Oficina de Campo del FBI en Washington en aquel momento, se ofreció como voluntario para sustituir a Hanssen.
Antes de que Hanssen dejara el puesto, Sullivan fue a conocer su nueva función en el Departamento de Estado. También se le encargó que observara y aprendiera todo lo que pudiera sobre la configuración informática de Hanssen en su oficina y que vigilara con quién se reunía y hablaba.
En su oficina, Hanssen tenía pleno acceso al sistema Automated Case Support (ACS, por su sigla en inglés) del FBI y a los sistemas informáticos del Departamento de Estado. Sullivan señaló que Hanssen pasaba mucho tiempo buscando información en el ACS.
"Tenía la oportunidad. Podía sentarse en su despacho y cerrar la puerta. No era un trabajo muy difícil", dijo Sullivan.
La caída
Para que Hanssen regresara a la sede del FBI, donde podía ser vigilado de cerca, Neil Gallagher, subdirector de la División de Seguridad Nacional en aquel momento, lo llamó para informarle de una falsa asignación para formar parte de su personal como asistente especial en un proyecto tecnológico. Gallagher también le dijo que el entonces director Louis Freeh había aprobado una prórroga de dos años en su servicio y un ascenso al Senior Executive Service.
En enero de 2001, Hanssen se trasladó a una pequeña oficina de la sede central del FBI equipada en secreto con cámaras de vigilancia y micrófonos. Su ayudante, Eric O’Neill, se encargó de mantener informados a los investigadores de los movimientos de Hanssen.
En febrero de 2001, cerca de 300 personas trabajaban en la investigación. Hanssen fue rastreado desde que salía de su casa en el condado de Fairfax, Virginia, hasta que llegaba a casa por la noche, y se confirmó que seguía siendo un espía en activo.
Los investigadores se enteraron de que Hanssen iba a realizar una entrega el 18 de febrero de 2001. Un equipo de detención del FBI se situó en Foxstone Park, un lugar donde el hombre había sido visto anteriormente por la vigilancia del FBI. Hanssen aparcó en una calle residencial y caminó por un sendero arbolado hasta una pasarela con el material clasificado envuelto en una bolsa de plástico. Mientras regresaba a su coche, el equipo de detención se acercó corriendo y lo detuvo.
Hanssen se declaró culpable de 15 cargos de espionaje el 6 de julio de 2001. El 10 de mayo de 2002 fue condenado a cadena perpetua sin libertad condicional.
La mente del espía
En su libro, Wise define a Hanssen como "una paradoja andante". Era un ferviente anticomunista que espiaba para Moscú, un católico piadoso y miembro ultrarreligioso del Opus Dei que grababa en secreto a su mujer cuando tenían relaciones sexuales y planeaba drogarla para que otro hombre pudiera engendrar un hijo con ella.
"Tuvo al menos seis vidas: agente especial del FBI, devoto padre de familia, espía ruso, católico devoto, pornógrafo obsesionado y un James Bond de pacotilla que en una ocasión se llevó a una stripper a Hong Kong", escribe Wise.
"Este tipo [Hanssen] está fuera de cualquiera de los patrones. No es étnico, no es ideológico, no es un joven ambicioso y no parece estar en la crisis de los cuarenta, a pesar de la stripper. Todo está embotellado en su interior. Es realmente extraño", djo James Woolsey, exdirector de la CIA, en una entrevista con Wise.
Hanssen terminó sus días en la prisión federal de máxima seguridad de Florence, Colorado, donde los reclusos están aislados y confinados en sus celdas de hormigón 23 horas al día durante al menos dos años y, debido al diseño de la prisión, no pueden establecer contacto visual con otros reclusos.
Según Wise, Hanssen había luchado con sus contradicciones durante toda su vida. Como estudiante de química en Knox, tenía fácil acceso a los productos químicos en el laboratorio y durante los dos últimos años de universidad guardó un frasco en su tocador.
El espía admitió que nunca se sintió impulsado a usarlo, pero le tranquilizaba tenerlo allí, como un testigo silencioso de su desesperación y sus dudas. Afirmaba que solo lo tenía a la mano por si la vida se volvía demasiado complicada. El frasco que celosamente guardaba contenía cianuro potásico.