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Muere baleada una mujer latina en su casa mientras la profesora de su hija es testigo a través de la computadora

La niña estaba recibiendo clases virtuales cuando comenzó a escucharse el ruido de una discusión. Un exnovio de su madre había llegado a la casa para reprocharle un video de Facebook. La mujer sonrió y él sacó una pistola. Luego la computadora se oscureció.
Momento de la detención de Donald J. Williams.
Momento de la detención de Donald J. Williams. Martin County's Sheriff Office

El teléfono 911 de emergencia recibió la primera alerta pasadas las ocho de la mañana del martes: se había producido un tiroteo en una casa de Indiantown, un pueblito de 6,000 habitantes en la costa atlántica de Florida.

Una mujer, Maribel Rosado Morales, de 32 años, recibió varios balazos presuntamente disparados por su exnovio, Donald J. Williams, de 27.

En la casa había además seis niños, de entre 10 y 16 años. Dos de ellos estaban recibiendo clases en el momento del tiroteo a través de videoconferencia.

La menor, de sólo 10 años, acababa de hecho de sumarse a la clase a través de la aplicación Zoom, cuando su profesora, de la escuela elemental Warfield, notó que algo iba mal. A través del micrófono le llegaban insultos y ruido de pelea, lo que parecía ser un altercado doméstico, según la policía.

La maestra apagó rápidamente el sonido del micrófono de la niña para que el resto de la clase no pudiera escucharlo, pero instantes después pudo ver a través de su computadora como la menor se llevaba las manos a las orejas.

Luego la pantalla se apagó.

“Es un caso triste, un caso terrible, estamos haciendo todo lo posible para aclarar lo ocurrido, al menos desde un punto de vista forense”, dijo el sheriff del condado Martin, William Snyder.

Williams había entrado a la vivienda aparentemente sin forzar la puerta, y había iniciado una discusión con Morales por un video en Facebook, según la policía.

Habían roto su relación un año antes, y había antecedentes de violencia doméstica.

“Él dijo que ella le sonrió y entonces él se enfureció”, explicó el sheriff.

Así que sacó un arma que había robado en 2015 y le disparó varias veces.

La pantalla de la niña de 10 años recibió uno de los balazos, según la policía.

Ninguno de los menores (los tres hijos de la mujer, y dos primos que vivían al otro lado de la calle) resultado heridos.

Fue uno de ellos quien llamó al 911. Morales fue llevada a un hospital, donde murió a consecuencia de las heridas recibidas.

Williams escapó de la casa en bicicleta hasta una lavandería, de donde intentó subirse a un autobús, pero el conductor sospechó y telefoneó al 911.

Un equipo de operaciones especiales SWAT detuvo al hombre y recuperó el arma, que escondía en una bolsa. Williams confesó el crimen, según la policía.

“He aprendido a lo largo de décadas de hacer esto que, cuando crees que lo has visto todo, no es cierto”, dijo el sheriff, “he sido muy cuidados en casos como éste que inducen a una respuesta tan emocional, sé que la gente que lea esto o lo vea van a horrorizarse por lo ocurrido”.

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