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Mochilas antibalas o aprender desde casa: tras el tiroteo en Uvalde, los padres sienten que "no hay un lugar seguro" para los niños

Mientras persisten los tiroteos masivos y los legisladores no actúan para crear y aprobar regulaciones para el control de las armas, los padres deben recurrir a cambios drásticos en la crianza de sus hijos.

Por Elizabeth Chuck - NBC News

La masacre perpetrada en una escuela primaria en Uvalde, Texas, ha generado cambios en la crianza de los niños porque los tiroteos masivos persisten en lugares que antes eran seguros, y los legisladores aún no toman acciones a nivel federal para prevenir futuros ataques.

La tragedia de Uvalde, que ocasionó la muerte de 19 estudiantes y dos maestras, ocurrió en el mismo mes que los tiroteos en un supermercado en Buffalo, Nueva York, una peluquería en Dallas y una iglesia en Laguna Woods, California.

Desde entonces, se han producido más tiroteos masivos, incluido uno en un hospital en Tulsa, Oklahoma, pero las esperanzas de aprobar nuevas medidas para el control de armas son escasas, incluso después de que el Congreso escuchó el desgarrador testimonio de una joven sobreviviente de Uvalde que les dijo a los legisladores: "No quiero que esto vuelva a suceder".


La naturaleza alarmante de estos incidentes y la frecuencia de los tiroteos han hecho que algunos padres sientan que tienen la responsabilidad de implementar cambios para proteger a sus hijos porque no tienen garantías de que el Gobierno estatal o federal tomará medidas inmediatas para prevenir la violencia armada.

"¿Simplemente debo enviar a mi hijo a la escuela día tras día y cruzar los dedos todos los días?", dijo Tracy L.M. Norton, que vive en East Islip, Nueva York. "Así no se puede vivir".

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Norton forma parte del movimiento de padres que están haciendo cambios, como pasar a la educación en el hogar, comprar mochilas a prueba de balas y verificar si hay armas en los hogares donde sus hijos podrían estar jugando con amigos.

Siempre ha sido una defensora de las escuelas públicas. Pero después del tiroteo en el supermercado de Buffalo que dejó 10 muertos y luego de la masacre de Uvalde, ella y su esposo decidieron que a partir de este otoño, su hija de 8 años, Elizabeth, será educada en casa.

Nos sentimos arrinconados".

Tracy L.M. Norton madre de una estudiante

"Nos sentimos arrinconados", dijo Norton, como si "realmente no hubiera un lugar seguro para tener a nuestra hija en espacios públicos durante largos períodos de tiempo".

"Si el Gobierno federal se toma en serio el control de armas, si hay un esfuerzo significativo para recomprar la cantidad de armas que hay, entonces la escuela pública volverá a ser una opción para nosotros", agregó.

La educación en el hogar

Norton no está sola.

En Ogden, Utah, Brittney Lee Fox sacó a sus hijos Dominic, de 10 años, y Jayden, de 8, de la escuela el día después del tiroteo en Uvalde para comenzar a educarlos en casa. Ella planea asistir a las reuniones de la junta escolar para tratar de que se implementen más precauciones de seguridad en las escuelas públicas locales, pero no cree que eso sucederá pronto.

Sus hijos se sintieron nerviosos por su seguridad en la escuela cuando les contó lo que sucedió en la Escuela Primaria Robb, dijo.

"Se sienten impotentes. Se sienten muy confundidos, y no importa cómo se lo expliquemos a cualquier niño, no lo va a entender, porque ni siquiera los adultos [lo entendemos]", dijo Fox.

La educación en el hogar ya se había acelerado durante la pandemia. Familias de todo el país recurren a esa opción ante las preocupaciones por el cierre impredecible de escuelas y la propagación del COVID-19.

Históricamente, los tiroteos en las escuelas han provocado un aumento en las consultas sobre la educación en el hogar, dijo Jeremy Newman, subdirector de Texas Home School Coalition, que brinda apoyo y defensa para las familias que educan en el hogar en el estado.

Uvalde no fue la excepción. La coalición celebró una convención la semana pasada en la que presentó un programa específico para los nuevos educadores en el hogar, "y este año estuvo repleto", dijo Newman.

La seguridad solo es una de las muchas razones por las que las familias sacan a sus hijos de la escuela pública, agregó. Otras preocupaciones incluyen la presión de los compañeros, las drogas y lo que se enseña en el plan de estudios.

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"La mayoría de estos padres ya tenían cuatro o cinco cosas que los preocupaban, y luego sucede algo que los lleva al límite", dijo.

Aumentan las ventas de mochilas antibalas

Mientras tanto, las empresas que venden mochilas antibalas han experimentado un aumento en sus ventas desde el tiroteo de Uvalde.

TuffyPacks, que vende mochilas a prueba de balas, así como insertos a prueba de balas para mochilas, ha visto un aumento de 300 a 500% en las ventas, dijo Steve Naremore, propietario de la empresa.

Guard Dog Security también ha registrado un aumento en la demanda de mochilas antibalas, tanto de los clientes como de los minoristas nacionales que venden sus productos, dijo Yasir Sheikh, presidente y director ejecutivo de la compañía, aunque se negó a dar detalles sobre las ventas "por respeto a las familias y víctimas" en Uvalde.

Los productos de estas empresas son controversiales, tanto porque las armas de asalto utilizadas en algunos tiroteos recientes son más poderosas que lo que resisten los materiales de las mochilas, como porque las empresas han sido acusadas de aprovecharse de los temores de los padres. Sheikh, que ofrece otros artículos de defensa personal como gas pimienta y pistolas paralizantes, desestima esa acusación.

"Sería mucho más feliz si no tuviéramos que lidiar con los tiroteos en las escuelas y eso significara que las mochilas antibalas no existieran. Eso me haría feliz", dijo.

Otras medidas que los padres pueden tomar

Aunque los tiroteos en las escuelas siguen siendo raros, las posibilidades de que un niño encuentre un arma de fuego en una casa no lo son. Un estudio estimó que 4.6 millones de niños vivían en un hogar con un arma cargada y desbloqueada.

Marjorie Sanfilippo, profesora de psicología y directora ejecutiva de excelencia académica en Eckerd College, ha investigado las conductas de los niños pequeños y si educarlos sobre la seguridad de las armas de fuego les impide tocarlas.

Sus estudios, que involucraron dejar a los niños con acceso a un arma real después de decirles que no jugaran con ella, mostraron que tienen una "curiosidad insaciable y no aprecian las posibles consecuencias", dijo.

"Mi investigación mostró que ningún esfuerzo educativo será lo suficientemente fuerte como para vencer la curiosidad de un niño, especialmente si otro niño lo está provocando", dijo Sanfilippo.

Durante mucho tiempo, los expertos han recomendado que los padres pregunten si hay un arma en una casa antes de enviar a sus hijos a jugar, y la tragedia de Uvalde ha hecho que muchos padres compartan consejos sobre cómo hacerlo en las redes sociales. Pero esa conversación puede ser incómoda.

Si los padres se sienten incómodos, centre la discusión en su propio hijo, sugirió Sanfilippo.

"Diga: 'No sé qué haría mi hijo si encontrara un arma. Creo que tendría mucha curiosidad al respecto, por lo que tratamos de asegurarnos de que en cualquier casa a la que entre no pueda acceder a un arma", dijo. "Entonces no estás diciendo nada malo sobre los padres".

Por muy preocupante que sea la crianza de niños en una era de tiroteos masivos, trate de no transferirles su ansiedad, dijo Marc Zimmerman, codirector del Instituto para la Prevención de Lesiones por Armas de Fuego de la Universidad de Michigan y codirector del National Centro de Seguridad Escolar.

Es importante pensar en la prevención: cómo los educadores, los padres y los niños pueden ayudar a crear un clima escolar de apoyo para que no se sientan aislados o acosados, dijo. Dondequiera que usted o su hijo vayan, estén atentos e informen cualquier cosa que parezca fuera de lo común.

Pero asegúrense de seguir viviendo sus vidas, agregó.

"No tengan miedo", dijo. "Si vivimos una vida con miedo, eso solo crea ansiedad, y la ansiedad genera todo tipo de otros problemas".