Cuando los investigadores ingresaron a su domicilio en Atizapán, un municipio en el centro de México, encontraron una escena digna del cine de horror: enterrados en varios sitios de la casa, incluyendo las habitaciones y un sótano, hallaron los restos humanos de varias mujeres.
No solo eso: también una perturbadora colección de artículos femeninos desde zapatos, ropas, bisutería femenina y esmalte para uñas. El domicilio era el de Andrés Mendoza, un hombre de 72 años que llegó a ocupar cargos de liderazgo en su comunidad de la Colonia Lomas de San Miguel y al que sus vecinos describen como un ciudadano “respetuoso”, pero que este fin de semana fue detenido como parte de una investigación de la Fiscalía del Estado de México (FGJEM) que busca establecer si el sospechoso es un secuestrador y feminicida en serie y si comió partes del cuerpo de sus víctimas.
“Hemos encontrado desgraciadamente diferentes indicios humanos, restos óseos, ropa de mujer, credenciales (identificaciones) de elector y otros elementos que nos hacen suponer que pudiese ser un feminicida serial”, dijo Dicyla García, fiscal para la atención de delitos relacionados con violencia de género en el Estado de México.
Las autoridades requisaron su casa a inicios de esta semana luego de la desaparición su presunta expareja, Reyna González Amador, de 34 años. Los restos desmembrados de la mujer fueron encontrados en el sótano de la vivienda. Junto a los objetos femeninos hallados, los peritos también incautaron numerosas cintas de video. No se conoce que si ese material contiene alguna pista incriminatoria sobre los presuntos crímenes de Mendoza.
Las autoridades han dicho que Mendoza se podría haber cobrado la vida de unas 15 mujeres a lo largo de las últimas dos décadas. Este martes, el sospechoso fue trasladado al correccional de Tlalnepantla, un municipio cercano a Atizapán, y permanecerá bajo custodia hasta que se presenten formalmente los cargos en su contra.
"Me hiela la sangre"
Noticias Telemundo entrevistó a vecinos del área, quienes se mostraron sorprendidos de que en una casa de su barriada —ahora bautizada la “casa del terror”— las autoridades hubieran hallado una escena criminal de tal envergadura.
“Saber que he estado pasando por aquí todo este tiempo en las noches yo sola, me hiela la sangre”, dijo Daniela Quiroz. “Él era buen vecino”, dijo Francisca Hernández sobre el sospechoso. “No nos faltaba al respeto”.
Colectivos de familiares de personas desaparecidas en México están exigiendo al Gobierno mexicano que se realicen exámenes de ADN a los restos hallados, para saber si pertenecen a algunas de las mujeres que siguen reportadas como desaparecidas.
En promedio, más de 10 mujeres mueren cada 24 horas en México. El número de carpetas de investigación por feminicidio ha aumentado cada año: de 411 en 2015 a 860 en 2020.
Sin embargo, organizaciones como ONU Mujeres han advertido que esas cifras tienen un problema de fondo. Por ejemplo, en 2019 se registraron en México 971 presuntas víctimas de feminicidio y 2,862 presuntas víctimas de homicidios dolosos de mujeres, es decir, solamente en 25.3% de los casos de asesinatos se abrió una carpeta de investigación considerando las razones de género como los feminicidios.
En medio de la pandemia de coronavirus en 2020, México registró 16,545 delitos de violación y un histórico de más de 260,000 llamadas de emergencia relacionadas con violencia contra la mujer.