Por Minyvonne Burke — NBC News
Una madre y su hija en California fueron arrestadas y acusadas de asesinato después de realizar de forma ilegal un procedimiento para aumento de glúteos que causó la muerte de una mujer, informó la policía.
El incidente ocurrió en octubre de 2019, pero Libby Adame, de 51 años, y su hija, Alicia Galaz, de 23, fueron arrestadas hasta agosto, indicó la policía de Los Ángeles.
El 5 de agosto fueron encarceladas y liberadas después de pagar la fianza, según muestran los registros en línea de la cárcel.
Está previsto que Galaz comparezca ante el tribunal en diciembre. Para Adame aún se ha fijado una fecha. No está claro si ya contrataron a un abogado.
Karissa Rajpaul, de 26 años, murió el 15 de octubre de 2019 en un hospital después de acudir a Adame y Galaz para lo que la policía describió como un “procedimiento ilegal de aumento de glúteos”.
“La víctima falleció poco después”, afirmó un portavoz de la policía.
La muerte de Rajpaul está catalogada como un homicidio por disfunción cardiopulmonar aguda e inyecciones de silicona intramusculares e intravasculares, según la oficina del médico forense.
Robert Dinlocker, detective de la policía, declaró el martes que Adame y Galaz le realizaron tres procedimientos a Rajpaul y que la joven murió después del último. La policía no halló certificaciones médicas en California para las sospechosas y señaló que cree que no habían recibido ningún tipo de formación.
Adame y Galaz ofrecían sus servicios principalmente en las redes sociales y cobraban entre 3,500 y 4,000 dólares por sesión. Dinlocker aseguró que presionaban a sus clientes para que aceptaran un ciclo de tres sesiones.
“Eran inyecciones de silicona no controlada que se ponían por debajo del músculo para que el glúteo tuviera un aspecto natural, pero el problema es que, según la oficina del forense, en esa zona hay arterias importantes y es probable que al hacerlo se pueda romper una”, indicó Dinlocker.
Tras darse cuenta de que Rajpaul estaba en peligro, Adame y Galaz llamaron al 911 y huyeron de la casa después de que los paramédicos llegaron, indicó Dinlocker.
Desde que se conoció la noticia de la muerte de la joven el departamento de policía ha recibido “docenas y docenas” de llamadas de otras personas que dicen ser víctimas. Muchas se han quejado de sufrir infecciones, entumecimiento, desfiguración e hinchazón después de acudir a las dos mujeres para inyectarse los glúteos.
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Cargos adicionales serán presentados, mientras las autoridades esperan que la historia de Rajpaul ayude a otros a percibir los peligros de someterse a procedimientos ilegales.
“Nos gustaría llegar a los oídos de estas jóvenes que se hacen selfies y publican cosas en Instagram y en todos estos sitios de redes sociales (para advertirles) que estos procedimientos invasivos son mortales. Los efectos secundarios y los incidentes catastróficos son probables”, dijo. “No hay recursos, no hay contingencia, no hay respaldo médico para estos procedimientos en casa”, lamentó.