Un hombre de 37 años de Kansas que fue erróneamente acusado de haber matado a su madre hace 23 años puede salir libre el año que viene.
En 1998, Michael Politte encontró muerta a su madre Rita en su casa móvil incendiada en Kansas, Missouri, cuando tenía 14 años. Los policías llegaron hasta el lugar y, al ver que él no mostraba ninguna emoción por lo ocurrido (ni siquiera lloraba), pensaron que era sospechoso y lo declararon culpable de asesinato en segundo grado.
Politte fue condenado en 2002 y hoy, 23 años después, su caso vuelve a revisarse y él podría salir libre el año que viene, pues investigaciones hechas desde entonces indican que las personas, sobre todo los jóvenes cuyos cerebros aún se están desarrollando, no siempre reaccionan a los traumas de la manera indicada en los libros de texto, según lo reportó el diario USA Today.
La falta de emoción de Politte ante la tragedia no era entonces una prueba suficiente para inculparlo. A eso se suman nuevos análisis de las evidencias que, en ese entonces, sirvieron para acusarlo.
La única prueba física utilizada contra él fue la supuesta gasolina encontrada en sus zapatos. Los investigadores creyeron que él había prendido fuego a la casa.
Años después, según reporta el diario citado, se determinó que la sustancia que pensaron que era gasolina era, en realidad, productos químicos en la parte delantera de sus zapatos Converse.
Politte fue condenado de por vida con base en esa prueba y en las suposiciones de los agentes. Funcionarios de Missouri han reconocido, desde entonces, que esas evidencias eran defectuosas, según los documentos judiciales y los abogados del ahora hombre de 37 años.
La facilidad de acusar a un joven
“En ese momento pusieron sus ojos en mí”, dijo Politte en entrevista con USA Today. “Fue fácil para ellos asumir que yo era el responsable porque era la única persona viva (aparte de un amigo) en mi casa. Y entonces empezaron a analizar mi comportamiento”.
Steven Drizin, profesor de derecho clínico en la Universidad Northwestern y codirector del Centro de Condenas Injustas, dijo al medio citado que “a veces el trauma puede llevarnos a actuar con una especie de efecto plano o en lo que puede percibirse como una forma no emocional, y eso no significa que una persona sea culpable y no es tampoco una base para subir la temperatura durante un interrogatorio”.
"(Las autoridades) intentaron ponerse en mi lugar de cómo se sentirían, de cómo debería haber actuado al encontrar a mi madre quemándose en el suelo. Y como no era de su agrado... a sus ojos, yo era culpable", dijo Politte.
Politte fue detenido y condenado a finales de los años 90, una década de alta criminalidad en general y de aumento de la delincuencia violenta juvenil. El incremento de esta dio lugar al mito del “superdepredador”, según el cual los jóvenes estadounidenses armados amenazaban a la sociedad con asesinatos salvajes.
“Había una percepción de los adolescentes de que eran... despiadados”, dijo Drizin.
Megan Crane, abogada principal de Politte y codirectora del Centro de Justicia MacArthur en Missouri, indicó que la policía no investigó al padre de Politte, que había cerrado hace poco un polémico divorcio con Rita.
Su padre la había amenazado de muerte una semana antes tras un importante acuerdo financiero contra él por el divorcio, agregaron sus abogados.
El futuro de Politte
Este martes, el Tribunal Supremo de Missouri pidió al Estado que respondiera a la petición de los abogados de Politte y a sus alegaciones.
Crane dijo que el hecho de que el pedido no fue automáticamente negado por parte del alto tribunal estatal era un buen primer paso.
El Tribunal Supremo podría conceder o denegar la solicitud de excarcelación de Politte, o podría ordenar una audiencia probatoria antes de tomar una decisión. El calendario exacto no está claro.
Si Politte pierde su petición ante el Tribunal Supremo estatal, Crane dijo que el siguiente paso sería el tribunal federal.
"Seguiremos luchando por su exoneración, y seguiremos litigando esto en los tribunales", dijo su abogada. "Pero es increíble que esta oportunidad esté siquiera sobre la mesa, y tenemos la esperanza de que él pueda volver a casa algún día".