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La Policía del Capitolio tenía información sobre el asalto armado semanas antes del suceso, según el Senado

La Policía del Capitolio disponía de información sobre el asalto al menos dos semanas antes del motín del 6 de enero, según los nuevos hallazgos de una investigación bipartidista del Senado.

Por Ken Dilanian y Frank Thorp V - NBC News

WASHINGTON — Los líderes de la Policía del Capitolio de EE.UU. (USCP, por su sigla en inglés) se enteraron de que los partidarios de Trump estaban discutiendo la manera de asaltar el complejo y atacar a los políticos demócratas del Congreso el pasado 6 de enero.

Sin embargo, no actuaron frente a las amenazas, según un nuevo informe del Senado que resume profundos fallos de inteligencia y seguridad que contribuyeron a uno de los peores incidentes de terrorismo interno en la historia de Estados Unidos.

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El documento resalta que los oficiales se quejaron de la falta de liderazgo dentro del departamento mientras intentaban repeler el ataque, y que los principales líderes se mantuvieron virtualmente en silencio mientras los policías que estaban en primera línea suplicaban ayuda.

Seguidores de Trump irrumpen en el Capitolio de Estados Unidos en Washington
Seguidores de Trump irrumpen en el Capitolio de Estados Unidos en Washington, el 6 de enero de 2021.REUTERS/Shannon Stapleton

La Policía del Capitolio "conocía las publicaciones en las redes sociales que pedían violencia en el 6 de enero, incluido un complot para asaltar el Capitolio, el intercambio en línea de mapas de los sistemas de túneles del complejo y otros amenazas", indica el informe, pero la división de inteligencia de la fuerza policial, "no transmitió el alcance completo de la información conocida por los líderes de la USCP a los oficiales y otras agencias de autoridad".

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La posesión de la inteligencia específica por parte de la Policía del Capitolio había sido señalada previamente por el inspector general del departamento en un informe que no se ha hecho público, según informaron NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, y otros medios de comunicación. 

Pero el documento del Senado arroja nueva luz al respecto. El hecho de no distribuir ampliamente la información, dice el informe, dejó a los oficiales de policía del Capitolio sin preparación para defenderse de la turba armada.

"Los objetos que nos arrojaron variaron en tamaño, forma y consistencia", explicó un oficial. "Lanzaron latas y botellas congeladas, barras de refuerzo de la construcción, ladrillos, líquidos, gas pimienta, spray para osos, palos de diferente longitud, tuberías, bates", añade.

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Otro oficial declaró a los investigadores del Senado: "Estábamos mal preparados. NO fuimos informados con datos de inteligencia. Fuimos traicionados".

El informe del Senado de 100 páginas, los resultados hasta ahora de una investigación conjunta de los comités de Reglas y Seguridad Nacional, ofrece nuevos detalles sobre lo que los líderes de la Policía del Capitolio sabían y cuándo lo sabían.

El documento recomienda una revisión de la estructura "opaca" de la junta que supervisa el aparato de seguridad del Capitolio, con una disposición específica para permitir que el jefe de la Policía del Capitolio solicite asistencia de la Guardia Nacional de inmediato, después de que se revelera que este refuerzo de Washington D.C. no llegó hasta casi tres horas después de la primera solicitud de ayuda.

Pero el informe repite una línea de tiempo que ya se ha hecho pública y deja muchas preguntas sin respuesta. En ese sentido, es probable que no se considere un sustituto como la comisión independiente al estilo de los antentados del 11 de septiembre de 2001, con pleno poder de citación, que no logró aprobar el Congreso el mes pasado sobre la oposición republicana.

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El informe no establece, por ejemplo, si el FBI tenía o no información sobre un posible ataque al Capitolio o la posible violencia de grupos extremistas cuyos miembros estaban bajo investigación de la agencia.

Ni el Departamento de Justicia ni el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) cumplieron plenamente con las solicitudes de información de los comités, apunta el informe, lo que limita las percepciones del Senado sobre las deliberaciones internas sobre la recopilación y difusión de inteligencia de las agencias.

El informe también critica las acciones del FBI y el DHS, señalando que ninguno de los dos organismos publicó un boletín de inteligencia antes del recuento de votos del Colegio Electoral del 6 de enero a pesar de las indicaciones públicas generalizadas de protestas y posible violencia planeadas en Washington. Ambas agencias han defendido sus acciones.

"Un factor clave que contribuyó a los trágicos sucesos del 6 de enero fue la incapacidad de la comunidad de inteligencia para analizar, evaluar y difundir adecuadamente información a las fuerzas del orden sobre el potencial de violencia y las amenazas conocidas contra el Capitolio y los miembros presentes ese día", indica el documento. "Continuará el escrutinio adicional de estos errores y los preparativos y la respuesta de las agencias federales", añade.

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Altos funcionarios del FBI y el DHS testificaron en audiencias públicas este año que estaban al tanto de las amenazas en las redes sociales de personas que hablaron sobre perpetrar violencia el 6 de enero para detener lo que consideraban la certificación de una elección fraudulenta, pero dijeron que no consideró las amenazas lo suficientemente creíbles como para calificarlas como información de inteligencia.

El día antes de los disturbios, la oficina de campo del FBI en Norfolk, Virginia, aprobó un informe sobre discusiones en línea sobre violencia dirigidas al Congreso, incluyendo indicios de que los manifestantes se dirigían hacia allí "preparados para la guerra".

Pero el principal funcionario antiterrorista del FBI declaró en el Congreso que el informe se consideraba "información de internet, no atribuible a una persona específica". Dentro de la Policía del Capitolio, no se distribuyó a los líderes, según el informe.

El documento centra un escrutinio particular en la actual jefa interina de la Policía del Capitolio, Yogananda Pittman, quien fue una adjunta a cargo de los tres componentes de inteligencia de la fuerza en los meses previos al motín. Pittman fue nombrada jefa en funciones después de que Stephen Sund, que fue el jefe durante los disturbios, se viera obligado a dimitir.

Pittman se contradijo a sí misma sobre la cuestión de si la policía del Capitolio sabía o debería haber sabido que los manifestantes podrían intentar violar el Capitolio el 6 de enero, según el informe.

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El 26 de enero, declaró a los legisladores: "Sabíamos que había un gran potencial de violencia y que el Congreso era el objetivo". Pero el 25 de febrero, ella cuestionó que hubiera habido una "amenaza específica y creíble de que miles de manifestantes descendieran al Capitolio con la intención de interrumpir la certificación de votos del Colegio Electoral", apunta el documento.

"Las variaciones en el testimonio de Pittman reflejan la falta de consenso sobre si la información de inteligencia disponible contenía amenazas específicas", agrega.

Pittman no respondió a una solicitud de comentarios realizada a través de la Policía del Capitolio.

En un comunicado, la Policía del Capitolio dijo que el departamento recibió con agrado el informe y se comprometió a mejorar sus operaciones. Pero el informe agregó que "ni el USCP, ni el FBI, el Servicio Secreto de Estados Unidos, la Policía Metropolitana o nuestros otros socios policiales sabían que miles de manifestantes estaban planeando atacar el Capitolio de Estados Unidos. La información conocida simplemente no respaldaba esa conclusión".

"¿Alguien tiene un plan?"

Muchos de los detalles expuestos en el informe se han hecho públicos anteriormente. El informe repite algunas de los errores que fueron expuestos durante varias audiencias públicas por los comités de investigación, incluida la respuesta confusa en el Pentágono que provocó un retraso de tres horas en la llegada de la Guardia Nacional de Washington D.C.

El comité no encontró evidencia de que el entonces presidente Donald Trump interviniera personalmente para retrasar la respuesta, según afirmó un asistente del comité. El informe dice que la lenta respuesta del Pentágono fue "informada por las críticas" de su participación anterior y muy criticada en reprimir las protestas del verano pasado relacionadas con el asesinato de George Floyd a manos de un policía.