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La policía sabía que había niños aún vivos en el aula con el asesino pero no actuó. Así lo justifica el jefe del operativo en Uvalde

Un análisis del diario The New York Times indica que los agentes sabían que había rehenes con vida en el salón de clases pese a que Pete Arredondo entró al edificio sin su radio. "La gente se va a preguntar por qué estamos tardando tanto", pudo decir el jefe policial.

Los policías que respondieron al tiroteo en la escuela primaria de Uvalde (Texas) supieron durante 77 minutos que todavía quedaban docenas de estudiantes con vida dentro del salón de clases en el que se había atrincherado el asesino, pero decidieron esperar a que llegaran refuerzos en vez de actuar de inmediato, según una reconstrucción de lo sucedido publicada este jueves por el diario The New York Times a partir de testimonios y videos de la masacre.

Durante esa hora y 17 minutos en los que cerca de 60 agentes se amontonaba al otro lado de una puerta cerrada, más de una docena de los 33 niños y tres maestros que había originalmente en el aula seguían aún con vida. Cuando finalmente una unidad de cuatro agentes de la Patrulla Fronteriza con material táctico accedió a la sala y abatió al asesino, habían muerto 19 niños y dos maestras.

“La gente se va a preguntar por qué estamos tardando tanto”, relató un hombre a los investigadores sobre lo que oyó en esos momentos a una persona que cree que era Pete Arrendondo, el jefe de policía escolar de Uvalde, que estaba al frente de la operación. "Estamos intentando preservar el resto de vidas", dijo éste, según el relato recogido por The New York Times.

El diario Texas Tribune publicó este jueves las explicaciones de Arredondo tras más de dos semanas de silencio sobre lo ocurrido (en las que le dio tiempo para jurar su cargo en el Gobierno municipal de la ciudad texana). “Lo único que me importaba en ese momento era salvar al mayor número posible de profesores y niños”, dijo el jefe policial, que defendió que él no era la persona al mando, que no dio la orden de no intervenir, y que tuvieron que esperar porque no tenían material para atacar ni llaves para entrar.

"Mi mente estaba puesta en llegar lo más rápido posible, eliminar cualquier amenaza y proteger a los estudiantes y al personal", dijo.

Lo que ocurrió sin embargo, según su propio relato, es que pasaron unos 40 minutos alejados de la puerta del aula para que el asesino no les disparara a ellos, esperando a que llegaran escudos antibalas, francotiradores y otro material con el que reforzarse.

Las autoridades texanas reconocieron días después de la masacre que el jefe policial al mando de la operación (al que no nombraron) había cometido un error al pensar que en el aula no quedaba nadie con vida ya, lo que retrasó su intervención. Arredondo ha explicado ahora que él considera que no estaba al frente de la operación, añadiendo que él no dio ninguna orden: “Llame pidiendo ayuda y pedí herramientas para abrir la puerta”, dijo al citado diario.

Arrendondo llegó a la escuela minutos después que el asesino, y se precipitó al interior del edificio sin radio, creyendo que eso le retrasaría y que además necesitaba sus dos manos para abatir al tirador. Esa decisión le impidió conocer las llamadas al teléfono 911 de emergencias de niños atrapados en el aula; pero aun así los agentes que estaban aguardando fuera sin actuar sí sabían que quedaban personas con vida en el interior, según la reconstrucción del diario The New York Times.

“Creemos que hay algunos heridos ahí dentro”, se oye decir a un hombre en los videos grabados por los agentes, una voz que las autoridades atribuyen a Arredondo. Ahora intentan determinar si algunos de esas personas atrapadas pudo haber sobrevivido de haberse actuado antes, según el diario. Una de las profesoras falleció en la ambulancia y tres niños murieron en el hospital.

Uno de ellos es Xavier López, de 10 años, que recibió un tiro en la espalda y perdió mucha sangre a la espera de ser ayudado. “Podría haberse salvado”, aseguró su abuelo, Leonard Sandoval, de acuerdo con The New York Times. “La policía no entró durante más de una hora. Se desangró”, denunció.

[El jefe de la policía escolar de Uvalde no llevaba su radio durante la masacre]

Cuando al fin decidieron empezar a intervenir, los agentes tuvieron que probar con varias llaves porque las puertas de las aulas estaban cerradas y las herramientas para romperlas nunca llegaron, según reportó el diario texano. “Cada vez que probaba una llave, sólo rezaba”, afirmó el oficial a este diario.

La unidad de la Patrulla Fronteriza que finalmente irrumpió en un aula contigua y mató al asesino lo hizo ignorando las órdenes de no intervenir.