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La policía admite que se demoró en entrar al aula donde estaba el atacante de Texas mientras los niños llamaban al 911

Esperar para confrontar al tirador de la escuela de Uvalde fue "una decisión equivocada", reconocieron las autoridades de Texas. Se reveló que los alumnos clamaban, "Manden policías". El asesino disparó 142 balas y mató a 21 personas.
/ Source: The Associated Press

El asesino de la escuela primaria de Uvalde disparó 142 veces dentro de los salones de clases mientras cada vez más policías se amontonaban en un pasillo sin intervenir, según admitió este jueves en una conferencia de prensa Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad de Texas, tras dos días de información falsa o errónea y rectificaciones constantes de las autoridades.

Mientras, los niños estaban llamando al número 911 de emergencias alertando en susurros a los operadores de que estaban encerrados en el aula, aterrorizados, al alcance del asesino. Cuando al fin fue abatido el tirador, una hora después del inicio del ataque, las autoridades encontraron los cadáveres de 19 niños y dos maestras.

El comandante al mando de la operación, que no fue identificado durante la conferencia de prensa, consideró que el tirador se había atrincherado en un aula en el que no había niños, dijo McCraw, y decidió demorar la intervención hasta la llegada de refuerzos.

“Fue una decisión errónea, muy errónea”, admitió este viernes McCraw, “habría que haber entrado de inmediato”.

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“Creyeron que teníamos tiempo, que no había niños”, aseguró, y dejó entrever que ese error pudo costar vidas porque había niños heridos que necesitaban ayuda médica cuanto antes para sobrevivir.

El gobernador de Texas, Gregg Abbott, reaccionó a la noticia en conferencia de prensa diciendo que está furioso por lo ocurrido: “Sí. Fui engañado. Estoy furioso por lo que pasó… La información que me dieron resultó ser en parte inexacta, y estoy absolutamente furioso por eso”.

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El responsable policial aportó en la conferencia de prensa un nuevo cronograma de lo que ocurrió aquel días: a las 11:28 de la mañana del martes, la camioneta Ford del asesino se estrelló en una zanja detrás de la escuela y el conductor salió portando un rifle AR-15.

Antes había disparado a su abuela en la cara y había tomado su auto para salir huyendo; la mujer está entre los más de una docena de heridos que fueron hospitalizados a consecuencia de la tragedia.

Tras estrellar el auto, el asesino disparó a dos personas que se encontraban en la zona, que pudieron escapar, y se dirigió a continuación hacia la escuela. La puerta por la que entró había sido abierta unos minutos antes por un profesor, según relató McCraw.

Entró en los pasillos de la escuela primaria Robb y se dirigió a un aula de cuarto grado, donde se atrincheró cerrando la puerta.

No fue hasta las 12:58 de la tarde cuando las conversaciones de radio de las fuerzas de seguridad indican que fue abatido.

Lo que ocurrió en esos 90 minutos ha provocado la ira pública y el escrutinio sobre la respuesta de las fuerzas del orden a la matanza.

“Dicen que entraron corriendo”, aseguró Javier Cazares, cuya hija de cuarto grado, Jacklyn Cazares, murió en el ataque, y que corrió a la escuela mientras se desarrollaba la masacre. “No vimos eso”.

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Tras dos días de información a menudo contradictoria, las autoridades admitieron al fin este jueves que el agente de policía del distrito escolar que debía vigilar el edificio no estaba allí cuando entró el asesino. En un primer momento, se informó de que estaba en la puerta y se enfrentó al asesino para frenarle. Este jueves aclararon que, cuando al fin llegó, se cruzó sin darse cuenta con el asesino, que estaba agachado tras un vehículo.

McCraw describió que a las 11:27, según evidencia de video, un maestro abrió la puerta exterior por donde entró el atacante. A las 11:28 el asesino estrella su vehículo en una zanja cerca a la escuela.

"Había dos hombres en una funeraria [frente a la escuela], cuando escucharon el choque, acudieron al lugar. Antes de llegar vieron a un sujeto armado saliendo por la puerta del pasajero", dijo McCraw.

El asesino les disparó con el rifle AR-15 pero no los hirió, y ambos hombres regresaron a a refugiarse en la funeraria.

A las 11:30, un maestro llamó al 911 "aterrorizado" para informar que había habido un accidente y había un sujeto armado. A las 11:31 el asesino llega al estacionamiento de la escuela. En ese momento los autos de la policía se acercaban a la funeraria, según McCraw.

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"Se había mencionado que un oficial de la policía de Uvalde se enfrentó al sospechoso, [pero] esto no ocurrió, [...] no había un oficial de la policía escolar dentro del edificio", añadió McCraw.

Cuando llegó al lugar este oficial, se dirigió a la parte posterior de la escuela, donde pensaban que estaba el tirador, pero encontró a un maestro. Mientras se desplazaba, pasó frente al asesino, que estaba escondido detrás de unos vehículos, desde donde empezó a disparar hacia la escuela.

El asesino entra a la escuela por la puerta abierta. A las 11:33 ingresó a las aulas 111 y 112 y empezó a disparar. Por los registros de audio, las autoridades indicaron que se registraron "más de 100 disparos". Dos minutos después tres oficiales de policía de Uvalde entraron por la misma puerta y les siguieron otros seis agentes.

A las 11:37 se registraron 16 disparos y a las 11:51 más oficiales llegaron al lugar. En estos momentos varios padres de familia les suplicaban a los agentes que entraran pero era reprendidos incluso a la fuerza por ello, según denunciaron.

En total 19 policías entraron al corredor de la escuela, pero no actuaron porque, según McCraw, su comandante estimó que ya no era un tiroteo activo sino un tirador atrincherado en un aula vacía.

Cuando llegaron los refuerzos e intentaron abrir las puertas de las aulas, se encontraron con que estas estaban cerradas y tuvieron que pedir ayuda a un empleado de la escuela para que les diera la llave.

Los agentes se enfrentaron en un tiroteo con el pistolero, que estaba atrincherado en el aula de cuarto grado. A las 12:58, más de una hora después de que empezara a disparar, lo abatieron.

Los niños llamaron al 911 aterrorizados

Una niña que se identificó en su llamada y que estaba en el aula 112 se comunicó a las 12:03 con el teléfono 911 de emergencias. La conversación duró un minuto 23 segundos.

A las 12:10 volvió a llamar y dijo que había estudiantes muertos. Apenas seis minutos después, cuando se comunicó de nuevo, aseguró que había ocho o nueve estudiantes vivos. Después, a las 12:19, se registró otra llamada de otro menor, pero colgó porque otro niño le dijo que lo hiciera.

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A las 12:26 la primera niña que llamó volvió a comunicarse y alguien le dijo que guardara silencio; se escucharon disparos. "Ella le pide al 911 que por favor enviara la policía de inmediato", aseguró McCraw. Veinte minutos más tarde dijo que podía escuchar a la policía en el salón anexo, se oyeron más disparos y a los oficiales aparentemente sacando niños de las aulas. Se oye mucho ruido y luego la llamada se corta.

En total cuatro niños llamaron al 911; dos de ellos fueron asesinados.

Las autoridades encontraron 1,657 cartuchos, 315 en la escuela y 922 afuera. De ellos, 142 cartuchos de bala había sido disparados.